La noche caía sobre la tranquila localidad bonaerense de Merlo cuando la policía recibió un angustiante llamado al 911, alertando sobre una pelea violenta en una casa cercana. Rápidamente, los efectivos se movilizaron hacia el lugar, preparados para intervenir en lo que parecía ser una situación de alta tensión. Sin embargo, lo que encontraron al llegar les heló la sangre: en medio de la penumbra, un escenario de horror se desplegaba ante sus ojos.
En el interior de la vivienda, un hombre sostenía a una mujer inerte entre sus brazos, un filoso cuchillo aún empuñado en su mano. La víctima, identificada como Soledad Ibañez, yacía sin vida, su cuerpo marcado por al menos 25 puñaladas. El responsable de este acto atroz era su pareja, Matías Alejandro Guiñazú, cuya mirada perdida reflejaba la magnitud de su crimen.
La desesperación parecía haberse apoderado de Guiñazú, quien, al percatarse de la presencia policial, intentó acabar también con su propia vida. "¿Tirame, qué esperás? Matame de una vez", desafió a los agentes, mientras sostenía el arma homicida que minutos atrás había arrebatado la vida de Soledad. Sin embargo, antes de que pudiera consumar su intento, la intervención decidida de las fuerzas del orden logró evitar una nueva tragedia.
Con el uso de postas de goma y armas de estruendo, los policías lograron reducir a Guiñazú y lo trasladaron de urgencia al hospital Héroes de Malvinas, donde su destino se debatía entre la vida y la muerte. Mientras tanto, la investigación del brutal femicidio de Soledad Ibañez quedó en manos de la UFIyJ Nº 12 de Morón, a cargo de María Laura Cristini y Hernán Moyano.
Se supo que Guiñazú contaba con antecedentes por violencia de género, arrojando luz sobre un pasado oscuro marcado por la agresión y el abuso. Ahora, enfrentará una causa por Homicidio Agravado por el Vínculo y por mediar violencia de género, con la única pena posible de prisión perpetua.
En medio de la conmoción y el dolor, surge la urgente necesidad de brindar apoyo a quienes puedan encontrarse en situaciones similares. Para solicitar asesoramiento o ayuda, se puede recurrir a la línea 144, disponible las 24 horas del día, los 365 días del año. Esta línea cuenta con especialistas en la materia, garantizando un espacio seguro y confidencial para expresar preocupaciones y buscar orientación. Además, se ofrece la posibilidad de contacto a través de correo electrónico y WhatsApp, así como una aplicación móvil gratuita para acceder a recursos y asistencia de manera rápida y sencilla.
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