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26 de abril 2025 - 13:32hs

La Tribuna del Agro en El Observador: "La Justicia debe ser mucho más dura con este tipo de delitos (...), es la condena social la que ha demostrado ser la defensa más efectiva", expresó Carlos María Uriarte, en una columna en la que reflexionó sobre las estafas: "No queremos estafadores en el Uruguay. A ellos todo nuestro desprecio".

No queremos estafadores

Por Carlos María Uriarte / @uriartec1 / (*), especial para La Tribuna del Agro en El Observador

Si bien a lo largo de la historia de la humanidad, lamentablemente, la estafa ha sido una actividad ligada al ser humano, en Uruguay las señales que se han dado y se dan a su respecto son más un incentivo que un combate.

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Más frecuentemente de lo que quisiéramos, somos testigos de estafas donde los responsables no reciben un castigo acorde al daño que provocan, razón por la cual la estafa es tomada como alternativa de vida por no pocos uruguayos.

Peor aún, en nuestros días el engañar al prójimo y/o a las instituciones con razones financieras, es considerado hasta como un símbolo de viveza.

Como sociedad deberíamos ser mucho más severos con los estafadores, que no solo son ladrones, son anti patrias que solo piensan en su interés personal, ni siquiera en el de su familia, a la que sentencian con su comportamiento.

Los castigos que nuestra justicia prevé para este tipo de delitos son irrisorios, cuesta creer que a pesar haber tenido recientemente en el país renombrados casos de estafa, aun los plazos máximos para este delito son menores a los mínimos de una rapiña.

Peor aún, la cárcel es como un hotel transitorio para los estafadores, cuando son personas que merecen ser mantenidos aislados de la sociedad.

La señal que se transmite con todo esto es clara, y no amerita mucha explicación.

La estafa es una práctica que se da en todos las actividades y estratos sociales de la sociedad, y está fuertemente ligada a la educación, pero tampoco ella nos garante suficiente protección contra los “chantas”.

Por más que algunos desde el comienzo trabajan para la estafa, es común y más en estos tiempos, que su origen se la asocie y justifique, con el fracaso de alguna iniciativa empresarial. La diferencia es como se encara ese fracaso, asumiendo la responsabilidad, o estafar.

Todos tenemos ejemplos cerca de estafadores para referirnos y lamentarlos.

Las estafas y el Agro

Es nuestra intención en estas líneas, referirnos exclusivamente al Agro, y reflexionar acerca de algunos aspectos que pueden ayudar a prevenir la estafa en el sector.

Importancia: Lo primero es tener claro que la inversión privada en el Agro no solo es importante sino necesaria. El sector tiene una marcada necesidad de fluidez financiera, que en la práctica es solucionada en forma improvisada y muchas veces lejos de las regulaciones. Donde cada uno asume los riesgos implícitos, y donde gracias a Dios, la palabra sigue siendo la garantía más común y confiable.

Garantías: Es claro que el Estado no ha dado las suficientes garantías a los inversionistas que optan por invertir en ganado como alternativa, y es su deber hacerlo. Crear ambientes confiables para las inversiones ganaderas, es un deber ineludible del Estado.

Control: Indudablemente el Banco Central del Uruguay (BCU) y el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) deben tener un mayor control sobre este tipo de inversiones en ganado. Pero es la sociedad toda y no solo el Estado, quienes debe estar alerta y en defensa de estas personas.

Castigo: Los culpables deben ser castigados en forma ejemplar. La Justicia debe ser mucho más dura con este tipo de delitos. Existen ejemplos en el mundo que nos pueden ilustrar al respecto. Pero es la condena social la que ha demostrado ser la defensa más efectiva.

Trazabilidad: Por último y no menor, es el tema del manipuleo y manoseo que, lamentablemente se ha hecho y se hace de la trazabilidad de nuestro ganado.

Manoseo de la trazabilidad

Desgraciadamente el manoseo de la trazabilidad es una práctica muy difundida en nuestra actividad ganadera, normalmente necesaria para solucionar problemas. Pero es justamente de esta debilidad y de la confianza, que se aprovechan los “chantas” para estafar.

Urge tomar medidas para corregir su vulnerabilidad. Ya no se puede seguir así.

En este sentido es necesario fortalecer los sistemas de denuncia de posibles irregularidades, y de habilitar de suficientes recursos a los organismos encargados de realizar auditorías para identificar tempranamente el mal uso del sistema de trazabilidad.

Creemos que se debería convocar a un ámbito público/privado para rediscutir todo el sistema, desde el sistema de identificación, hasta sus sistemas de control y castigo. Hoy existe tecnología mucho más avanzada que nos permitiría mejorar y mucho al sistema.

Tengamos en cuenta que nuestra trazabilidad es una característica única de nuestra ganadería que nos diferencia y caracteriza en el mundo ganadero. Por eso es nuestro deber defenderla y mantenerla actualizada.

Sabemos que el gobierno está atento al tema a todos los niveles.

Aplaudimos y apoyamos a quienes están trabajando para tomar medidas al respecto.

Ojalá puedan hacerlo.

Los uruguayos que no consideramos a la estafa como modo de vida, enérgicamente la rechazamos.

¡No queremos estafadores en el Uruguay!

A ellos todo nuestro desprecio.

(*): ingeniero agrónomo, productor agropecuario, expresidente de la Federación Rural (FR) y exministro de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP)

Temas:

Carlos María Uriarte La Tribuna del Agro estafadores Agro Uruguay

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