En este contexto de amplia disponibilidad la producción de Brasil deprime el precio de la oleaginosa.
Puede captar mucha demanda de China, que va a tener una alternativa competitiva fuera de un Estados Unidos conducido por Donald Trump que está dispuesto a dar pelea comercial al gigante asiático con aranceles más altos.
Estiman que en 2020 Brasil superará las 60 millones de toneladas de soja exportadas
Brasil rumbo a otra campaña sojera con producción que puede ser récord.
La presión de esta enorme producción mantiene el precio de la soja en el piso de los últimos tres años, con cotizaciones de US$ 350 por tonelada en Uruguay para la próxima cosecha.
Hace un año la soja valía US$ 420 por tonelada en el mercado local, 20% más que ahora pero menos de lo que valía al momento de la siembra 2023, cuando estaba en US$ 450.
Los productores brasileños operan en reales, por lo que la caída del precio se compensa en parte con el aumento del valor del dólar frente a la moneda local, que en 2024 se acerca al 25%.
Comenzó el año a RS 4,85 y mantuvo una sostenida tendencia al alza para dispararse en octubre. El 28 de noviembre cruzó los 6 reales por primera vez en su historia y tocó su máximo el viernes 6 de diciembre en RS 6,09. El jueves 13 de diciembre al cierre de este informe se situaba en RS 6,03.
El proceso devaluatorio de la moneda brasileña continuaría el próximo año, en un escenario de presión fiscal, con tasas que volvieron a subir y fortaleza global del dólar.
Eso podría ser desfavorable para los negocios desde Uruguay a Brasil, principal comprador de lácteos, carne ovina, arroz y trigo entre otros productos agropecuarios obtenidos acá.
Con importaciones por US$ 2.500 millones en lo que va del año, Brasil disputa a China (US$ 2.680 millones) el primer lugar entre los principales clientes de Uruguay. Viene creciendo 10% respecto a 2023.
El monto de las compras es US$ 500 millones superior a los negocios con la Unión Europea, casi tres veces mayor al de las exportaciones a Estados Unidos y cuatro veces más que las ventas a Argentina.
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Vuelve la incertidumbre al mercado ganadero
El escenario para la carne venía muy firme en Brasil. El novillo comenzó enero a US$ 3,46 por kilo, unos 40 centavos por encima de la referencia de Uruguay, y fue bajando paulatinamente hasta un piso de US$ 2,65 en julio.
El precio en Uruguay mantuvo una tendencia al alza y llegó a situarse más de un dólar por encima de la referencia de Brasil.
A partir de setiembre dio un salto y el precio del ganado tuvo una recuperación de más de 40% hasta un pico de US$ 4,04 el 26 de noviembre, empatando a Uruguay.
Sin embargo, en diciembre cambió la situación, el precio del novillo cayó con fuerza hasta US$ 3,50 por kilo en menos de 15 días y se instaló cierta incertidumbre.
Para 2025 las referencias del mercado de futuros B3 colocaban esta semana al novillo a US$ 3,43 para enero y US$ 3,40 para febrero.
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Después de tres años de crecimiento coronados con un 2024 récord de faena y exportaciones y un nivel de extracción extraordinariamente alto, el ciclo ganadero está en proceso de cambio en Brasil.
Para 2025 el USDA proyecta una baja de medio millón de cabezas faenadas desde los 48 millones de vacunos en 2024, 8% más que el año anterior y con un incremento de 20% desde 2021.
En 2025 bajaría a 47,5 millones de cabezas, una caída de 1% que sería menor a la reducción del rodeo, que bajaría 3% desde 192,5 a 186,8 millones de cabezas. Este sería el número más bajo desde 2017, presionando la faena de 2026.
Sin embargo, las exportaciones tendrían un ligero aumento de 25 mil toneladas sobre los 3,575 millones de toneladas que el USDA estima para 2025. Ese total de 3,6 millones de toneladas de saldo exportable responde a menos consumo interno por venir, mayor peso de carcasas y al estímulo que representa un real depreciado para exportar carne, soja y otros commodities.
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Las exportaciones de carne vacuna en el tercer trimestre alcanzaron un volumen histórico de 706.430 toneladas, un aumento de 30,6% en la comparación anual, con récords mensuales en julio, agosto y setiembre, informó el IBGE, citando cifras de la Secretaría de Comercio Exterior.
El aumento en las exportaciones brasileñas influyó mucho en la recuperación de los precios del ganado gordo.
Si bien durante gran parte del año el volumen de carne vacuna exportada rondó el 30% del total producido, una proporción habitual, en setiembre esa cifra fue del 41% y alcanzó el 43% en octubre. “Esa fue la gran diferencia que provocó este aumento tan fuerte de los precios”, afirmó un operador del mercado ganadero.
“La demanda externa seguirá generando buenos volúmenes y ayudará a sostener los precios, aunque la demanda interna puede haberse debilitado debido a la dificultad de absorber los aumentos por parte del consumidor”, afirmó el consultor de Hedge Agro Consultoría, Rafael Grings.
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La ganadería brasileña, puntal en la economía de ese país.
Riesgo económico
Brasil pasó de un superávit fiscal primario de 1,5% a fines de 2022 a un déficit de 2,5%, una pérdida de 4 puntos en el resultado fiscal en dos años. Si se le suman los intereses es un déficit de 9%, con una deuda de 80% del PIB.
Eso es “difícil de sostener”, consideró esta semana el economista Aldo Lema en Tiempo de Cambio de Radio Rural, “es el mayor riesgo que enfrentamos en lo inmediato”, complementó.
Para despejar los nubarrones, Brasil “tendría que lograr un shock de expectativas que lo aleje de un círculo vicioso de déficit, recesión, devaluación y más recesión, un escenario probable en 2025”, sostuvo Lema.
El Poder Ejecutivo anunció un ajuste fiscal de 0,2% que fue tomado como muy insuficiente y llevó al dólar a 6,10 reales, un récord de depreciación de la moneda brasileña.
“Con un déficit de 9% parece no reconocer la magnitud del problema. Salvo que el escenario externo cambie para mejor, algo poco probable, Brasil está lejos de estabilizarse a menos que haya un cambio drástico en materia de política fiscal”, indicó el economista.
A esto se le suma que el miércoles el Comité de Política Monetaria (Copom) del Banco Central de Brasil sólo aceleró el ritmo del aumento de la tasa Selic con una suba de 11,25% a 12,25% anual y prometió dos aumentos más de la misma magnitud en las próximas reuniones. La decisión puso una vez más de manifiesto la discrepancia frecuente entre el ministro de Economía y las autoridades del Banco Central.
Si se cumplen los aumentos futuros la tasa podría alcanzar el 14,25%, la tasa de interés máxima durante el gobierno de Dilma Rousseff.
Si el dólar en Brasil siempre es una variable relevante, ahora pasa a un primerísimo plano. La cotización subió 25% en lo que va de año, desde RS 4,85 el 1° de enero a situarse por encima de 6 reales en las últimas dos semanas.
Es casi el doble de lo que se apreció en Uruguay, donde va llegando a fin de año 13,5% arriba del año anterior con una fuerte apreciación en las últimas dos semanas.
La cotización habrá aumentado a fin de año más del doble respecto al incremento de la inflación, y tal vez cerca del triple.
Es un dato positivo en términos de competitividad exportadora para Uruguay, pero que queda opacado frente a un Brasil desacoplado del mundo y con el real como la moneda que más se devaluó en el mundo en 2024.
El dólar en Argentina, a contramano de Brasil
Del otro lado, Argentina tensiona en forma inversa, con el dólar oficial a punto de absorber al paralelo.
El peso argentino fue la moneda más apreciada del mundo en 2024, con una revalorización del 40% en términos reales, superando ampliamente al resto de las divisas.
Brasil tiene el desafío de instaurar un sistema de trazabilidad que esté activo en octubre de 2025 para exportar a la UE. Maneja un proyecto piloto basado en un protocolo de trazabilidad específico para exportar carne a la Unión Europea que actualmente determina la identificación y seguimiento individual del bovino al menos 90 días antes de la faena.
En general, el ganado de hasta 13 meses pasa por un solo establecimiento antes de ser engordado, dijo la coordinadora de trazabilidad de la Asociación Brasileña de Industrias Exportadoras de Carne (Abiec) Danielle Schneider.
En principio es un factor alcista para la carne, que empezó a ver una recuperación en los precios internacionales en el tercer trimestre de 2024.
En noviembre el precio de la tonelada de carne exportada por Brasil dio un salto y alcanzó el mayor promedio en 18 meses con US$ 4.865. La suba interanual fue de 6% y el incremento mensual fue de casi US$ 300 por tonelada respecto a octubre, un mes que fue récord absoluto de exportación con 270.300 toneladas, superando al anterior que duró 30 días: 251.760 toneladas.
Las perspectivas son de una tónica alcista para los precios, con dificultades de oferta que se profundizan en Estados Unidos e importaciones de China que crecerían moderadamente.
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Exportaciones brasileñas: inciden en los mercados internacionales y en gran medida en los precios a los que pueda aspirar Uruguay.
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