El Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), en un emprendimiento en el que acciona junto a otras instituciones y empresas, activó la Red Uruguaya de Monitoreo de Chicharrita en el maíz, herramienta que permitirá a los productores y a los profesionales que trabajan en la agricultura tomar las decisiones más convenientes en las chacras.
Si bien esa adversidad sanitaria se ha expresado en otros países de la región en los últimos ejercicios agrícolas, durante la última zafra de cultivos de verano por primera vez hubo en Uruguay dificultades y así pérdidas relacionadas con la acción de la plaga popularmente llamada chicharrita del maíz (Dalbulus maidis).
El Ing. Agr. Nicolás Baráibar Pedersen, profesional de la Técnica Sectorial de INIA LA Estanzuela, recordó que “fue una problemática que surgió el año pasado, por primera vez esta plaga causó grandes daños en el cultivo de maíz y puso en jaque la siembra de maíz tardío, el maíz de segunda; esto –la mencionada red de monitoreo– fue una respuesta rápida del INIA, de otras instituciones y de las empresas para dar a los productores información para tomar mejores decisiones y mejores y decisiones objetivas”.
Remarcó, especialmente, el valor que tiene la unión de diversas instituciones y empresas para brindar esta respuesta.
Chicharrita del maíz, ¿de qué se trata?
Según detalló el Ing. Baráibar Pedersen, la Red Uruguaya de Monitoreo de Chicharrita es un trabajo que coordina el INIA, con la participación de instituciones como Facultad de Agronomía, el Ministerio de Ganadería Agricultura y Pesca, cooperativas de productores como Copagran y la Unión Rural de Flores, así como de las principales empresas semilleristas relacionadas al cultivo de maíz (Rutilan, Corteva, Pioneer, Bayer, Agroterra, Syngenta, Nidera, NK, Yalfin, PGG Wrightson Sedes, Agrocentro, Procampo, KWS, Agrofuturo y 3Agro).
El objetivo de la Red es identificar fluctuaciones y picos poblacionales estacionales para:
- Caracterizar la distribución temporal de Dalbulus maidis a nivel nacional.
- Identificar patrones de presencia y abundancia del vector.
- Evaluar como las condiciones ambientales de nuestro país afectan la dinámica poblacional de la plaga.
- Evaluar la variabilidad de patógenos en los vectores recolectados.
- Elaborar mapas nacionales de distribución de la plaga como soporte a la toma de decisiones de productores y técnicos.
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Plataforma en la web
En cuanto a este último punto, recientemente el INIA puso a disposición una plataforma de acceso público a través de su página web donde se le puede dar seguimiento al monitoreo realizado por los integrantes de la red en 150 puntos distribuidos en el país, con información que actualizan los mismos cada 15 días.
La información generada, añadió el Ing. Baráibar, es de muy alto valor si se considera que hay muchos tipos de chicharrita que pueden llegar a confundirse con Dalbulus (la chicharrita del maíz) y que pueden llevar a diagnósticos errados de la situación y falsas alarmas.
Esto necesitó un esfuerzo importante por parte de los integrantes de la red para capacitarse y lograr una correcta identificación de la chicharrita, de manera de garantizar que la información generada sea de calidad.
En la actualidad, con una foto de una trampa mal diagnosticada, con la potencia que dan los grupos de whatsApp, se puede malinformar a técnicos y productores, puntualizó.
En un futuro cercano, dijo, “pretendemos integrar la información generada con la Red Argentina, esto nos permitirá tener una visión regional de la plaga y lograr un mejor entendimiento de la dinámica poblacional de la misma”.
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Foto de Fernando Cibils, integrante de la red.
Tranquilidad actual: "Población muy baja"
En cuanto a los resultados hasta el momento, informó, “se ha registrado una población muy baja de chicharrita, tanto en las capturas con trampas amarillas como en las realizadas con red entomológica en Uruguay”.
Lamentablemente, consideró, dado que este es el primer año de monitoreo en el país, no es posible realizar comparaciones con años anteriores; “esto habría sido especialmente relevante para contrastar con datos del año pasado, cuando la plaga causó daños significativos en el cultivo de maíz”, agregó.
No obstante, al considerar la información de la Red Argentina, que sí dispone de datos del año pasado, “ellos también observan una marcada reducción en la población de chicharrita desde agosto hasta la fecha. Sumado a esto, en la región del NOA, donde se ha detectado la presencia de individuos de la plaga, la cantidad reportada es 90% inferior en comparación con el mismo período del año anterior”, informó.
Se trata de “un panorama bastante alentador pensando en el maíz tardío y de segunda, pero es fundamental seguir monitoreando la situación”, enfatizó.
En este sentido, es importante destacar que la información generada por la red y publicada en la plataforma no sustituye el monitoreo a campo.
Las recomendaciones brindadas por INIA en la cartilla N° 108, donde se explica claramente cómo realizar el monitoreo en chacra y las recomendaciones de sembrar híbridos tolerantes con el tratamiento de curasemillas apropiado, siguen vigentes y son muy importantes para hacer frente a la problemática, concluyó.
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Foto de Lautaro Oneto, integrante de la red.