Contexto
¿Qué muestran las cifras recientes sobre pobreza e indigencia?
El Consejo Nacional de Coordinación de Políticas Sociales (CNCPS) y el Ministerio de Capital Humano destacaron que la pobreza alcanzó el 38,9% en el tercer trimestre de 2024, mientras que la indigencia se redujo al 8,6%. Estos números reflejan una mejora considerable respecto a los niveles del primer semestre, cuando la pobreza llegó al 52,9% y la indigencia al 18,1%.
¿Qué significa esta reducción en términos de personas afectadas?
Con base en una población total estimada en 47,1 millones, los nuevos niveles de pobreza afectan a poco más de 18 millones de personas, frente a los casi 25 millones que eran pobres en el primer semestre. Por su parte, la indigencia abarca a 4 millones, lo que representa una reducción de casi 5 millones de indigentes en lo que va del año.
¿Qué factores explican esta caída en los indicadores?
El descenso de la pobreza e indigencia se debe a una combinación de factores:
- Control de la inflación: En los últimos meses, las canastas básicas (que definen las líneas de pobreza e indigencia) evolucionaron por debajo del ritmo inflacionario. Esto permitió que los ingresos familiares se adecuaran mejor a las necesidades básicas.
- Incrementos en transferencias sociales: La AUH creció un 351,5% interanual, pasando de $20.661 a $93.281. Las tarjetas alimentarias también experimentaron subas significativas, aumentando el poder adquisitivo real de las familias más vulnerables.
- Políticas de distribución directa: Al inicio de la gestión, solo el 50% de los recursos llegaban directamente a las familias, mientras que ahora el 93,5% de las transferencias alimentarias son directas, eliminando intermediarios como comedores o cooperativas.
¿Qué opinan los especialistas sobre esta evolución?
Leopoldo Tornarolli, economista, afirmó que “la pobreza en el trimestre julio-septiembre habría caído al 38,5%, una reducción notable respecto al semestre anterior”. Agustín Salvia, director del Observatorio de la Deuda Social de la UCA, señaló que “se alcanzaron niveles históricos posteriores a 2015, con un piso estructural del 30-35%”. Salvia también destacó que la estabilización macroeconómica y la baja inflación generan expectativas positivas para 2025, aunque advirtió que las clases populares y medias aún enfrentan situaciones de fragilidad económica.
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¿Cómo impactaron los ingresos y la inflación en esta mejora?
Durante el semestre abril-septiembre, los ingresos familiares superaron el crecimiento de la Canasta Básica Total (CBT), lo que marcó un contraste con el primer semestre del año, cuando los ingresos evolucionaron por debajo de la inflación. Este cambio fue clave para que más familias salieran de la línea de pobreza e indigencia.
¿Qué muestran los datos sobre desigualdad?
El INDEC informó que el coeficiente de Gini, que mide la desigualdad en la distribución del ingreso, fue de 0,435 en el tercer trimestre de 2024, frente al 0,434 del mismo período de 2023. Aunque la variación es leve, indica una ligera mejora en la equidad. Además, la brecha de ingresos entre el 10% más rico y el 10% más pobre se redujo de 19 veces en 2023 a 18 veces este año.
¿Cómo evolucionaron otros indicadores económicos relacionados?
El empleo y la actividad económica se mantuvieron estables, aunque con un incremento en el subempleo horario y los trabajos por cuenta propia o asalariados precarizados. Según Martin Rozada, especialista en econometría, la estabilidad de los ingresos familiares durante el semestre junio-noviembre contribuyó a la disminución en la medición de la pobreza.
¿Cómo se comparan estas cifras con años anteriores?
El 38,9% de pobreza en el tercer trimestre de 2024 es similar al nivel registrado a fines de 2023 (38,5%) y significativamente inferior al 44,9% del cuarto trimestre del año pasado. Sin embargo, a diferencia de 2023, esta mejora se logró en un contexto de mayor estabilidad macroeconómica, con perspectivas de recuperación.
Cómo sigue
Las cifras del tercer trimestre de 2024 muestran una tendencia positiva en la reducción de la pobreza y la indigencia, aunque los especialistas advierten que la fragilidad económica de las clases populares y medias sigue siendo un desafío. La sostenibilidad de estas mejoras dependerá de mantener la inflación controlada, continuar con políticas sociales focalizadas y garantizar que los ingresos reales sigan creciendo por encima de las canastas básicas.