13 de febrero 2025 - 15:05hs

Lo que importa sobre la caída de la cosecha de soja debido a la sequía y el calor

  • La sequía y las olas de calor redujeron la cosecha esperada de soja a 47,5 millones de toneladas y la de maíz a 46 millones.
  • La pérdida productiva conjunta equivale a 7 millones de toneladas menos respecto a las proyecciones iniciales de la Bolsa de Comercio de Rosario (BCR).
  • El impacto económico estimado alcanza los 3.450 millones de dólares en exportaciones.
  • Las lluvias recientes frenaron el deterioro de los cultivos, pero no revirtieron los daños ya provocados.
  • Los próximos 10 días serán clave para definir el futuro de la cosecha, con necesidad urgente de más lluvias en regiones críticas.

Contexto

¿Cómo impactaron la sequía y el calor en los cultivos?

Desde diciembre, la falta de precipitaciones y las temperaturas extremas afectaron severamente la producción de soja y maíz. La BCR redujo su estimación para la soja de 52,5 millones de toneladas a 47,5 millones, mientras que la del maíz pasó de 52 a 46 millones de toneladas.

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El impacto de las condiciones climáticas extremas se observó en distintos momentos del ciclo agrícola. Cristián Russo, jefe de la Guía Estratégica para el Agro de la BCR, explicó que "en muy poco tiempo se produjeron enormes cambios en el escenario productivo agrícola". El inicio de la campaña fue con déficit hídrico, luego hubo una mejora temporal entre octubre y diciembre, pero a partir de enero las altas temperaturas y la escasez de lluvias volvieron a afectar los cultivos.

¿Cuál es la pérdida económica estimada?

La reducción de la cosecha tiene un impacto directo en las exportaciones. Según estimaciones del mercado basadas en precios de exportación:

  • La soja representa una pérdida de 2.070 millones de dólares.
  • El maíz, una caída de 1.380 millones de dólares.
  • En total, la merma equivale a 3.450 millones de dólares.

¿Qué zonas fueron más afectadas?

El impacto se sintió en varias regiones productivas, con Chaco como la más perjudicada. En esta provincia, la situación agrícola es la más grave de los últimos 20 años. También se reportaron daños en Córdoba, Santa Fe y Buenos Aires, donde la sequía y las altas temperaturas redujeron significativamente los rendimientos.

En soja, los rendimientos proyectados reflejan una caída importante en comparación con la campaña anterior:

  • Buenos Aires: de 31,4 qq/ha a 27,3 qq/ha.
  • Córdoba: de 31,3 qq/ha a 30,0 qq/ha.
  • Santa Fe: de 39,1 qq/ha a 30,9 qq/ha.

Para el maíz, la producción también sufrió ajustes a la baja en las principales provincias productoras:

  • Buenos Aires: recorte de 3,8 qq/ha.
  • Córdoba: recorte de 4,8 qq/ha.
  • Santa Fe: recorte de 2,8 qq/ha.

¿Las lluvias recientes pueden revertir la situación?

A pesar de las precipitaciones de la última semana, que dejaron acumulados de entre 50 y 100 mm en algunas zonas, el daño ya está hecho. Según la BCR, las lluvias lograron frenar el deterioro del 60% de la región agrícola núcleo, pero no evitarán la reducción en los volúmenes cosechados.

Las condiciones climáticas siguen siendo determinantes para lo que queda de la campaña. Los especialistas advierten que en los próximos 10 días serán necesarias más lluvias para evitar nuevos recortes en las proyecciones de producción.

¿Qué pasó con la soja de segunda?

La soja de segunda, sembrada tras la cosecha de trigo en diciembre, fue una de las más afectadas. La BCR advirtió que el golpe de calor dejó daños generalizados en la región pampeana, con pérdidas de rendimiento de entre 30% y 70%. Además, hay 780.000 hectáreas que no serán cosechadas debido al deterioro extremo de los cultivos.

Cómo sigue

Las próximas dos semanas serán determinantes para el desenlace de la campaña agrícola. La BCR señala que se necesitan al menos 40 mm de lluvias esta semana y otros 40 mm en la próxima para estabilizar la situación y evitar más pérdidas.

Las regiones que más requieren precipitaciones son el centro y norte de Córdoba y Santa Fe, el centro y centro-oeste de Buenos Aires, Santiago del Estero y, sobre todo, Chaco, donde la crisis productiva es la más grave en dos décadas.

El mercado y los productores siguen de cerca la evolución climática. Con una nueva campaña agrícola marcada por la incertidumbre, el impacto de la sequía y las temperaturas extremas ya dejó una huella profunda en la economía agroexportadora del país.

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