Contexto
¿Por qué el Gobierno decidió postergar la eliminación de los subsidios a la energía?: El plan inicial del Ejecutivo era eliminar la segmentación de subsidios hacia mediados de 2025 y reemplazarla por un esquema más simple: hogares con y sin subsidios. Sin embargo, el fuerte impacto inflacionario que podrían generar aumentos abruptos, sumado al contexto electoral, llevó al equipo económico a frenar la medida y optar por un ajuste gradual.
El recorte de bonificaciones afectará a más de la mitad de los usuarios residenciales del país, pero se aplicará de manera escalonada para mitigar su efecto en el bolsillo de los consumidores y evitar un shock en los precios.
¿Cómo impactará esta decisión en las tarifas de luz y gas?: El esquema definido por la Secretaría de Energía prevé una reducción progresiva de los descuentos en las facturas de electricidad y gas a lo largo de 2025. Para los hogares de ingresos bajos (N2), la bonificación se redujo del 71,2% al 65% en electricidad y del 64% al 65% en gas. Para la clase media (N3), el recorte fue del 55,94% al 50% en electricidad y del 55% al 50% en gas.
En la práctica, esto implicará aumentos mensuales del 12,3% para los hogares de menores ingresos y del 8,4% para los de ingresos medios. Sin embargo, el Gobierno aclaró que los incrementos serán prorrateados a lo largo del año, aunque sin especificar la secuencia exacta.
¿Cuál es el objetivo fiscal detrás de esta política?: El Gobierno de Javier Milei busca reducir el gasto en subsidios energéticos para alcanzar el equilibrio fiscal sin afectar de manera drástica a la población. Según la consultora Economía y Energía, en 2024 el Estado destinó 6.252 millones de dólares a subsidios, lo que representó una caída del 35% respecto a 2023. La meta es continuar con esta tendencia en 2025, con un ajuste similar de más de 3.000 millones de dólares.
Parte del alivio fiscal proviene también del crecimiento de la producción de gas en Vaca Muerta y la puesta en marcha del Gasoducto Perito Moreno, que permitieron reducir importaciones y bajar el costo interno de abastecimiento.
¿Cómo reaccionó la opinión pública ante el ajuste en tarifas?: Una encuesta de Casa Tres realizada en enero reveló que el 44% de los argentinos prefiere mantener las tarifas sin aumentos, aunque ello implique cortes de luz. Además, el 38% de los encuestados responsabiliza a las empresas por los problemas en el servicio, el 34% al actual Gobierno y el 23% a la administración anterior.
Mora Jozami, directora de Casa Tres, destacó que con el tiempo la percepción sobre la responsabilidad de los aumentos y cortes de luz podría trasladarse más hacia el actual Gobierno. Además, subrayó que la principal preocupación de los argentinos sigue siendo la dificultad para llegar a fin de mes, más aún que la inflación.
¿Qué rol juega la Revisión Quinquenal Tarifaria en este proceso?: Las empresas de distribución y transporte de gas presentarán sus propuestas de inversión en una audiencia pública organizada por el Ente Nacional Regulador del Gas (Enargas). Este proceso busca definir los aumentos tarifarios para los próximos cinco años, estableciendo un esquema de ajuste mensual automático.
Las compañías buscan incrementar sus ingresos entre un 45% y un 57%, lo que implicaría subas en las boletas del orden del 20% al 25%. No obstante, el Gobierno ya adelantó que no habilitará un ajuste de esa magnitud.
El objetivo del sector es normalizar el funcionamiento del mercado energético y recuperar el acceso al crédito para financiar nuevas inversiones, mejorando así la infraestructura y la calidad del servicio.
Cómo sigue
En los próximos días, la Secretaría de Energía deberá formalizar mediante resolución la corrección en la reducción de subsidios, estableciendo un esquema de ajuste gradual hasta fin de año.
Además, el Gobierno definirá los aumentos en los costos de distribución y transporte de energía, que entrarán en vigencia en abril tras la Revisión Quinquenal Tarifaria. El Ministerio de Economía estableció que el traslado a las boletas no podrá superar el 10% anual, evitando así un impacto desmedido en la inflación.
Las tarifas comenzarán a actualizarse de manera automática mes a mes, reemplazando los aumentos discrecionales aplicados en los últimos años. Esto marcará un cambio en la política tarifaria, con un esquema previsible que permita estabilizar los ingresos del sector energético sin generar saltos bruscos en las facturas de los usuarios.