En una reciente entrevista en el programa Majul 107.9 de El Observador, el director de Poliarquía, Alejandro Catterberg, analizó la situación política y económica del gobierno actual, así como la del sistema político en general. Durante la conversación con el periodista Luis Majul, Catterberg destacó que el principal desafío del gobierno sigue siendo mantener su relación con la opinión pública, algo que considera crucial para el poder y la gobernabilidad.
Catterberg mencionó que, aunque el gobierno ha logrado una victoria política esta semana al evitar que el Congreso insistiera con el veto y alinearse al superávit fiscal, queda por ver qué impacto tendrá este logro en las encuestas. Según el consultor, la materia económica sigue siendo el talón de Aquiles del gobierno, ya que los ciudadanos no perciben mejoras en su situación financiera. "La mejora en el bolsillo no se siente", afirmó, lo que se refleja en que los encuestados no ven mejoras en su economía personal o laboral.
Embed - La imagen pública de Milei tras el veto universitario - Alejandro Catterberg | #Majul1079
A pesar de esta situación, Catterberg señaló que al gobierno le está yendo mejor de lo que se esperaba, dadas las condiciones iniciales. Recordó las palabras del propio presidente, quien calificó a su administración como la más débil en términos institucionales. Sin embargo, Catterberg puso en duda si realmente es el más débil, pero reconoció que el ajuste fiscal que está implementando es uno de los más fuertes en la historia reciente del país.
Oposición fragmentada y sin rumbo claro
Respecto a la oposición, Catterberg describió una situación de atomización y confrontación interna. Señaló que el sistema político está atravesando un proceso de reacomodamiento tras el "terremoto electoral" del año pasado. "No estamos en un contexto normal", subrayó, refiriéndose al shock electoral que llevó a Javier Milei al poder y a cómo los partidos tradicionales han tenido dificultades para adaptarse.
Mencionó varios ejemplos de fraccionamiento dentro de la oposición: el radicalismo está dividido, mientras que en el PRO se han dado enfrentamientos significativos, primero entre Mauricio Macri y Horacio Rodríguez Larreta, y luego entre Macri y Patricia Bullrich. En el kirchnerismo, la pelea entre Máximo Kirchner y Wado de Pedro ya no es privada, sino pública. El resto del peronismo, por su parte, sigue desarticulado y sin un rumbo claro.
Catterberg también destacó que el discurso que conecta con la sociedad está dominado por dos relatos: el de la Libertad Avanza y el kirchnerismo, mientras que el resto de los actores políticos todavía no han logrado articular un mensaje que capte la atención de sectores significativos de la población.
Ajuste económico y caída de la popularidad
Cuando Majul le preguntó sobre la percepción social del ajuste, Catterberg sostuvo que, aunque en su mayoría la población apoya el ajuste, la paciencia comienza a agotarse. Afirmó que después de ocho meses en los que el gobierno parecía inmune a las críticas, finalmente ha comenzado un proceso de deterioro en la imagen del presidente y su administración, tal como lo preveía. Explicó que, si bien los niveles de apoyo siguen siendo relativamente buenos, la brecha entre la aprobación del gobierno y la mala percepción de la economía personal es cada vez más notoria.
Finalmente, Catterberg pronosticó que el gobierno está transicionando de tener un consenso social mayoritario a convertirse en la primera minoría, en un proceso que podría consolidarse en los próximos meses. Para él, hay cuatro factores que definirán el futuro electoral del gobierno: la evolución de la inflación, el nivel de actividad económica, el grado de fragmentación de la oposición y el impacto del discurso contra la casta política.
