En una entrevista radial en El Observador 107.9, el diplomático Diego Guelar, exembajador en China, Estados Unidos, Brasil y la Unión Europea, se refirió al controvertido episodio ocurrido el 25 de diciembre. El incidente involucró a dos diplomáticos rusos que se negaron a someterse a un control de alcoholemia en la vía pública. Durante la conversación, Guelar defendió el accionar de los agentes de tránsito, destacó la importancia de los controles y desestimó las acusaciones políticas vinculadas al hecho.
Diego Guelar fue categórico al afirmar que los diplomáticos no están exentos del cumplimiento de las leyes locales, tal como lo estipula la Convención de Viena. "La obligación de un diplomático es tener registro para conducir y cumplir con todas las reglas locales, incluidas las de tránsito. No tienen ningún tipo de privilegio en relación al cumplimiento de la ley", aseguró durante la entrevista.
Embed - Los diplomáticos rusos, ¿deben cumplir con las leyes locales? - Diego Guelar
El exembajador destacó que la negativa de los diplomáticos rusos a realizar el control transformó "un hecho habitual en un supuesto conflicto diplomático que no existe". Según relató, los representantes rusos, además de negarse al test de alcoholemia, mantuvieron una actitud hostil al no bajar la ventanilla del vehículo, lo que dificultó el trabajo de los agentes de tránsito. "Lo que correspondía era que pararan, saludaran gentilmente y se identificaran con su documentación diplomática y la del vehículo. Eso hubiera bastado para verificar que no se trataba de un auto robado", explicó.
Guelar también recordó que, aunque los diplomáticos tienen inmunidades que protegen contra ciertas sanciones, deben colaborar en los procedimientos. "Negarse al test de alcoholemia tiene consecuencias para cualquier persona. En el caso de un ciudadano común, esto implica una multa considerable y el retiro del vehículo. En el caso de un diplomático, no se puede requisar el auto, pero deben quedar asentadas las multas correspondientes en un acta", aclaró.
Una interpretación errónea de la Convención de Viena
El diplomático subrayó que la Convención de Viena, que regula las relaciones diplomáticas internacionales, a menudo es malinterpretada. "Mucha gente confunde la Convención de Viena con el pan de Viena", ironizó Guelar, para luego precisar que este tratado garantiza la libre circulación de los diplomáticos y los protege contra detenciones arbitrarias, pero no los exime de respetar las normas locales. "Un control de alcoholemia no constituye una detención ni atenta contra la libertad de tránsito. Al contrario, garantiza la seguridad de todos, incluyendo la de los propios diplomáticos", sostuvo.
Además, señaló que el incumplimiento de normas locales, como las de tránsito, sería una "barbaridad". "Si los diplomáticos no estuvieran obligados a respetar las leyes, podrían violar semáforos, estacionar en cualquier parte o conducir de forma imprudente, y esto sería inadmisible", añadió.
Controversias políticas en torno al episodio
Durante la entrevista, Guelar también abordó la denuncia realizada por la diputada Marcela Pagano, quien sugirió que el episodio podría haber sido un plan premeditado para afectar las relaciones de Argentina con Rusia. Pagano acusó a los agentes de tránsito de falta de capacitación y respeto por las normas internacionales. Sin embargo, Guelar desestimó esta hipótesis y calificó las declaraciones de la legisladora como "ridículas".
"Este retén está a tres cuadras de mi casa. Es evidente que no fue algo planificado para perseguir a la misión rusa. No hay absolutamente nada que indique otra cosa que un procedimiento de rutina", respondió.
Pese a sus críticas a la denuncia, Guelar expresó simpatía por Pagano, a quien describió como una profesional joven y comprometida, aunque opinó que su análisis del incidente fue equivocado.
Un incidente inusual, pero sin mayores consecuencias
El diplomático consideró que el episodio adquirió relevancia mediática por lo atípico de la situación, especialmente en un día feriado como Navidad, cuando pocos procedimientos similares suelen registrarse. "Todos los días hay diplomáticos que se someten a controles sin ningún problema. Esto no sale en los diarios ni en los canales de televisión", reflexionó.
Finalmente, Guelar destacó la prudencia de las autoridades y de los agentes involucrados en el control. "El 25 de diciembre estaban trabajando para cuidarnos a todos. En vez de colaborar y desearles felices fiestas, los diplomáticos rusos generaron un problema innecesario. Por suerte, no pasó a mayores", concluyó.