22 de abril 2025 - 16:15hs

En una entrevista exclusiva en Cabak 107.9, Guillermo Marcó, ex vocero del Papa Francisco, compartió recuerdos y anécdotas inéditas sobre su trabajo junto al Papa y los aspectos más personales de su vida. Durante más de una hora, el periodista Horacio Cabak conversó con Marcó, quien se mostró cercano y reflexivo al hablar sobre los años que compartió con Jorge Bergoglio, primero en Buenos Aires y luego en Roma, como su voz pública.

Marcó relató cómo su relación con el Papa trascendió lo meramente profesional. Según explicó, a lo largo de los nueve años que trabajó como su vocero, Bergoglio le transmitió una confianza tan profunda que, en muchos casos, no era necesario consultarlo directamente. "Él me decía ‘sabés cómo pienso, no hace falta que te diga todo’", recordó Marcó. Esta cercanía les permitió desarrollar una relación en la que muchas veces el vocero podía anticipar las decisiones y pensamientos del Papa sin necesidad de recibir instrucciones explícitas.

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El ex vocero también mencionó cómo, a pesar de la alta responsabilidad de su cargo, muchas de sus conversaciones no eran acerca de temas de trabajo. "A veces no quería llevarle temas graves", comentó Marcó. "La relación se basaba más en la amistad que en lo laboral. Yo siempre le mandaba el mismo mensaje: 'Mirá, no tengo nada importante para decirte, sólo me gustaría verte si tenés tiempo'. Él siempre hacía un espacio para mí", agregó. Marcó destacó la importancia de estas charlas informales, en las que el Papa podía expresarse libremente sin la presión de su rol.

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Una figura humana detrás del Papa

Una de las revelaciones más impactantes de la entrevista fue el lado humano del Papa Francisco, que a menudo se muestra distante o solemne en sus apariciones públicas. Según Marcó, Jorge Bergoglio mantenía un sentido del humor agudo y disfrutaba de bromear con aquellos de confianza. "Me gastaba con los problemas que yo le contaba, se tomaba todo con mucha risa", recordó entre risas el ex vocero, quien relató cómo el Papa a veces se divertía con los dilemas de su amigo, quitándoles gravedad con su actitud relajada.

"El Papa era muy futbolero, pero no en el sentido convencional", explicó Marcó. Aunque nunca fue a la cancha ni escuchaba partidos por la radio, Bergoglio tenía una afinidad especial por el fútbol, especialmente por San Lorenzo, el club de sus amores. Sin embargo, Marcó aclaró que la relación de Francisco con el fútbol era más bien simbólica y emocional, alejada de la fanaticada tradicional.

En cuanto a su vida espiritual, Marcó compartió cómo el Papa Francisco mantenía una devoción profunda hacia San José, un santo que para él representaba una figura de protección y guía. "Él tenía una imagen de San José Dormido en su cuarto", reveló Marcó. "Cuando no podía resolver algo, escribía los problemas en papeles y los ponía junto a la imagen de San José para que los resolviera mientras él dormía". Esta imagen de San José se convirtió en un símbolo de la fe y la confianza en lo divino que siempre acompañó al Papa, incluso en los momentos más difíciles de su vida.

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Un Papa cercano y sencillo, fuera de los protocolos

Marcó también compartió detalles sobre las costumbres cotidianas de Francisco que desmentían la imagen rígida que a veces se tiene del pontífice. A pesar de su posición de poder, el Papa Francisco prefería una vida sencilla y libre de las formalidades que a menudo acompañan a los líderes mundiales. Según contó Marcó, el Papa no usaba computadora y escribía sus cartas a mano, algo que sorprendió a muchos dentro del Vaticano. "Era increíble. Nunca usó correo electrónico ni escribía mails. Sus cartas las redactaba a mano, con una letra casi ilegible, pero llena de humanidad", relató el ex vocero.

Una de las características que más destacaron de Francisco fue su amor por la lectura y la música clásica. Además, Francisco no tenía teléfono celular, y prefería usar un teléfono fijo que solo contestaba en un horario determinado de la mañana. "Sabía que si llamabas entre las 7 y las 8 de la mañana, él siempre atendía el teléfono", comentó Marcó, quien recordó que este gesto sencillo formaba parte de la forma en que el Papa gestionaba su tiempo. La imagen del Papa recibiendo llamados sin intermediarios y siendo accesible para cualquier cura en apuros es algo que Marcó destacó como parte de la autenticidad de Francisco.

Otra faceta sorprendente que Marcó compartió fue el amor por la libertad que siempre caracterizó a Francisco. El Papa, aunque era una figura mundialmente conocida, se escapaba a veces de las estrictas normas de seguridad del Vaticano. "A veces salía sin protección, disfrazado, y se metía en lugares como disquerías o tiendas, sin que nadie lo reconociera", contó Marcó. Uno de los recuerdos más divertidos que Marcó compartió fue cuando Bergoglio salió a comprar anteojos sin la compañía de su habitual seguridad. "Se armó un escándalo cuando la gente lo reconoció", recordó. Tras ese incidente, el jefe de la guardia suiza le pidió al Papa que no saliera más sin protección, algo que él aceptó con la misma humildad con la que tomaba sus decisiones cotidianas.

La última charla con el Papa Francisco

Marcó también relató su última conversación con el Papa, que tuvo lugar el 29 de enero, el día de su cumpleaños. En ese llamado, Francisco no solo saludó a Marcó, sino que también mostró interés por los eventos que se desarrollaban en el Vaticano. "Estaba muy contento con la cantidad de gente que iba al jubileo", comentó Marcó. En esa misma conversación, el Papa habló sobre sus dificultades de salud, especialmente con respecto a su rodilla, y cómo se sentía físicamente. "Me dijo ‘cuando vas a venir?’", recordó Marcó, quien, lamentablemente, no pudo concretar ese viaje.

A lo largo de la entrevista, Guillermo Marcó destacó una y otra vez la humanidad de Francisco. En momentos de gravedad, como las enfermedades o las complicaciones en su salud, el Papa no perdió su capacidad de conectar con los demás, de ser generoso en su tiempo y de tratar a todos con la misma cercanía. “Él nunca dejó de ser Jorge Bergoglio. Su vocación religiosa fue su eje, pero nunca dejó de ser una persona que se preocupaba por los demás”, finalizó Marcó.

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