El reconocido cineasta argentino Juan José Campanella conversó con El Observador 107.9 sobre sus numerosos proyectos, su enfoque creativo en la animación, la complejidad de adaptar Mafalda al formato audiovisual y el impacto que tuvo en su vida la película ¡Qué bello es vivir!. Además, compartió reflexiones sobre su método de trabajo y sus deseos para el próximo año.
Campanella anticipó que el 10 de enero estrenará su nueva obra teatral, Con D, protagonizada por Eduardo Blanco y Fernán Mirás, en el Teatro Politeama. Además, trabaja en la adaptación de la película Parque Lezama y avanza con la serie animada de Mafalda, uno de sus proyectos más ambiciosos. “Estoy con un pie en el cine, otro en el teatro y otro en la televisión”, comentó, destacando la diversidad de su agenda.
En cuanto a la animación, Campanella reflexionó sobre su experiencia con producciones como Metegol y la serie Mini Beat Power Rockers. Aunque en esta última participó como productor y no como director, explicó que siempre ha sentido fascinación por las posibilidades del género: “La animación me permite salir del yugo de la realidad, volar un poco y jugar con la imaginación de los personajes”.0
Embed - Juan José Campanella y su pelicula navideña favorita: "La vi 107 veces" | #CineySeries1079
Según el cineasta, este distanciamiento de lo real también tiene un impacto creativo único: “Es como decía Borges sobre la poesía libre: te quita un poco el yugo de lo cotidiano. En la animación, podés explorar gestos más extraños y pequeños detalles que serían imposibles en el cine con actores”.
La animación de Mafalda: fidelidad a Quino y su legado
La adaptación animada de Mafalda representa un desafío particular para Campanella. Según explicó, una de sus principales preocupaciones es respetar el espíritu y el humor de Quino. “A mí me preocupan las voces y el timing de la comedia. El humor en una tira es diferente al del audiovisual, y queremos que sea fiel a lo que hubiera hecho Quino”.
El cineasta recordó que Mafalda es un ícono que exige mucha atención al detalle, no solo en lo humorístico, sino también en lo transgresor: “Quino tenía un humor irónico, inteligente y muy transgresor. Es algo que estoy cuidando muchísimo, pero como crecí con su obra, siento que saldrá naturalmente”.
La selección de las voces también fue clave en el desarrollo de la serie. Campanella reveló que se realizó una búsqueda exhaustiva, evaluando a más de 800 personas para garantizar que los personajes sean fieles a su esencia. “Estamos muy contentos con las voces y creemos que serán bien recibidas, a diferencia de las resistencias que hubo con las adaptaciones anteriores, como la serie muda”, explicó.
El director también señaló que, aunque Mafalda tiene un tono realista, la animación permite un margen de creatividad que no tendría con actores: “Podría ser una serie con personas reales, pero la animación le da esa pequeña diferencia que permite volar un poco más allá”.
Un clásico que marcó su vida: ¡Qué bello es vivir!
Campanella reveló que el clásico ¡Qué bello es vivir! de Frank Capra no solo marcó su amor por el cine, sino que transformó su percepción de la vida. “Es la película para mí. Las demás son segundas distantes. Es una obra que tiene el poder de cambiar una vida si te encuentra en el momento justo”.
El cineasta recordó que esta película, aunque es considerada un clásico navideño, no fue concebida como tal. “El clímax ocurre en Nochebuena, pero su mensaje abarca toda la vida de una persona. Fue redescubierta como película navideña cuando empezó a emitirse en televisión”.
Campanella se emocionó al describir la trama, que comienza con un hombre al borde del suicidio y concluye con un poderoso cambio en su percepción de la vida. “No juega con respuestas fáciles. No cambia la vida del personaje, cambia su percepción de ella, y eso es muy distinto”.
El director contó que ha visto la película 107 veces y sigue emocionándose cada vez: “Trato de verla todos los años, especialmente si estoy en Estados Unidos, donde la reponen en los cines. Es una película que recomiendo a todos, pero deben verla con atención, sin distracciones, porque tiene una profundidad que emociona profundamente”.
Finalmente, al ser consultado por sus deseos para el futuro, Campanella optó por una respuesta modesta pero sincera: “Siempre pido lo mismo: que el año que viene no sea peor que este. Rara vez se me da, pero seguiré pidiéndolo”.
Con múltiples proyectos en camino y el compromiso de honrar el legado de íconos culturales como Quino, el 2024 promete ser un año desafiante y creativo para el destacado director argentino.
