La economista María Castiglioni analizó este lunes en Majul 107.9, por El Observador 107.9, la evolución de la inflación, el impacto de la nueva metodología del INDEC y la situación del tipo de cambio, en un momento clave para la economía argentina.
Consultada por Luis Majul sobre las expectativas inflacionarias, Castiglioni explicó que “en C&T relevamos precios todos los días”, lo que les permite hacer estimaciones en tiempo real. Tras la salida del cepo, reconocieron un momento de “mucha volatilidad y especulación” que afectó los precios, particularmente en el período de un mes y medio previo al 11 de abril, cuando se anunció el nuevo esquema cambiario.
Durante ese tiempo, varios rubros registraron aumentos por adelantado. Además, marzo estuvo afectado por factores estacionales como la suba de frutas, verduras y el inicio de clases, que impulsó fuertes aumentos en educación. Sin embargo, según destacó, en la segunda quincena de abril se observaron “reversiones de precios”, incluso en supermercados que dieron marcha atrás con algunos incrementos.
“En síntesis, estamos viendo una inflación en abril que estimamos en 2,7%, lejos del 5% que se temía”, afirmó Castiglioni, aunque advirtió que se trata de una proyección preliminar.
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Nuevo índice del INDEC: actualización necesaria pero sin grandes impactos
Sobre los cambios anunciados en la metodología de medición del INDEC, la economista explicó que “el cambio de índice se hace cada determinado tiempo” para reflejar mejor los nuevos hábitos de consumo de los hogares, afectados tanto por preferencias como por precios relativos.
Recordó que durante los años de tarifas congeladas, particularmente en 2015, se produjo una gran distorsión en el peso de ciertos rubros dentro de la canasta de consumo. “Es positivo que se vaya actualizando”, subrayó, aunque aclaró que “ningún consumidor siente que la canasta refleja exactamente su situación particular”, ya que es un promedio que no contempla diferencias de edad, cantidad de integrantes o hábitos familiares.
Consultada por Carla Ricciotti sobre si los cambios afectarían las mediciones, Castiglioni citó estudios como el de Tornaroli, que indican que “en un contexto de inflación baja, las diferencias serían muy acotadas”. Incluso, dijo que en marzo, alimentos y bebidas —que hoy tienen mayor peso— aumentaron más que el resto, por lo cual “quizás la nueva canasta hubiera reflejado menos inflación”.
En contextos de inflación alta, aunque las diferencias podrían ser un poco mayores, “no serán significativas”. Los verdaderos problemas, recordó, se dieron entre 2007 y 2015, cuando el INDEC distorsionaba abiertamente los datos.
El rol del e-commerce en el consumo y la necesidad de nuevas mediciones
Majul consultó a Castiglioni sobre si el crecimiento del e-commerce está debidamente medido. “Hoy el consumo online no está capturado mensualmente”, admitió la economista. El INDEC releva ventas en supermercados, mayoristas y grandes superficies, pero no mide de forma continua las compras online ni las realizadas en pequeños comercios de cercanía, que ganaron peso tras la eliminación de programas como Precios Cuidados.
“Cuando ves el dato de ventas en supermercados, no ves toda la película del consumo”, enfatizó. La filmación completa recién se logra trimestralmente con las cuentas nacionales.
Castiglioni remarcó que, a pesar de estas limitaciones, la economía muestra signos claros de recuperación: “Es imposible que la actividad crezca casi un 9% en volumen desde abril sin que el consumo también haya crecido”.
Tipo de cambio estable y sin intervención
Respecto de la situación cambiaria, Castiglioni destacó que tras el fin del cepo para personas físicas, la brecha entre el dólar oficial, los financieros y el blue prácticamente desapareció. Actualmente, el dólar se ubica “en el centro de la banda, de 1.000 a 1.200 pesos”.
“Hoy está abajo de 1.200, sin intervención del Banco Central, lo cual es muy saludable”, afirmó. Explicó que el precio surge de la oferta y demanda genuinas entre exportadores, importadores y particulares.
El Gobierno, dijo, apuesta a que la mayor liquidación de exportadores en esta época ayude a mantener la estabilidad e incluso lleve el dólar hacia el piso de la banda. De alcanzarlo, el Banco Central debería comprar dólares, inyectando pesos, un proceso que, si bien suma reservas, también implica emisión monetaria. “Estamos a la expectativa de qué pase, pero el panorama hoy es de calma cambiaria”, concluyó Castiglioni.