En su reciente columna publicada en La Nación, el presidente Javier Milei lanzó una crítica directa a los economistas que sostienen que el tipo de cambio está atrasado y que Argentina debería devaluar. Para el mandatario, esta idea es un "disco rayado" que se repite de manera automática cada vez que el tipo de cambio real comienza a bajar, sin considerar si en realidad lo que ocurre es una apreciación del peso.
Según Milei, los economistas que advierten sobre este supuesto atraso cambiario parten de una falacia metodológica, ya que calcular el equilibrio del tipo de cambio real implicaría conocer a la perfección las preferencias, la tecnología y las dotaciones económicas tanto a nivel local como mundial, no solo en el presente, sino también en el futuro. En otras palabras, argumenta que es imposible determinar con certeza cuál debería ser el valor "correcto" del dólar, porque ello dependería de múltiples variables en constante cambio.
Además, critica la costumbre de muchos analistas de comparar el valor actual del tipo de cambio con promedios históricos, como si existiera un proceso natural de "reversión a la media". Para Milei, esta idea carece de sustento porque asume erróneamente que los parámetros económicos profundos se mantienen constantes a lo largo del tiempo, cuando en realidad están en permanente evolución.
Otro punto que cuestiona el presidente es que muchos de los economistas que advierten sobre el atraso cambiario toman como referencia el período posterior a la salida de la convertibilidad en 2002. Para Milei, este es un error conceptual, ya que ese fue un momento de "violación de derechos de propiedad" que llevó a una depreciación sistemática de la moneda, distorsionando cualquier análisis de largo plazo sobre el tipo de cambio real.
A partir de estas consideraciones, el mandatario concluye que las advertencias sobre atraso cambiario no solo están equivocadas en términos metodológicos, sino que también responden a un patrón cíclico en el que, durante los períodos de confianza en la economía, el tipo de cambio real suele estar por debajo de los promedios históricos, mientras que en tiempos de "populismo descontrolado" tiende a estar por encima.
Los tres patrones económicos y por qué su gobierno "no encaja" en ninguno
Para reforzar su postura, Milei presenta tres patrones históricos de política económica en Argentina que, según él, han conducido a distintos problemas de atraso cambiario en el pasado, y se encarga de explicar por qué su administración no se encuentra en ninguno de estos escenarios.
El primero es el "patrón kirchnerista", basado en un déficit fiscal financiado con emisión monetaria. Según Milei, este modelo genera inflación creciente, pérdida de reservas y una brecha cambiaria elevada que, ante la negativa del gobierno de devaluar, conduce a la implementación de restricciones cambiarias cada vez más severas.
El segundo es el "patrón cambiemos", que comparte con el anterior el problema del déficit fiscal, aunque en este caso es financiado con endeudamiento externo en lugar de emisión monetaria. Esto, bajo un esquema de tipo de cambio flexible, tiende a generar una baja en el precio del dólar y, en consecuencia, un atraso cambiario.
El tercer modelo es el "patrón de dictadura", que también parte de un déficit fiscal financiado con emisión monetaria, pero en este caso esterilizado a través de tasas de interés elevadas. El resultado es un dólar planchado artificialmente, mientras la inflación sigue siendo alta.
Milei sostiene que ninguno de estos tres modelos se aplica a su gobierno, ya que ha logrado eliminar el déficit fiscal sin necesidad de emisión monetaria ni endeudamiento externo. Además, destaca que la inflación está en baja, la brecha cambiaria está en mínimos históricos y las reservas han aumentado, lo que demuestra que su administración no está repitiendo los errores del pasado.
El análisis del tipo de cambio y el crecimiento económico
En su columna, Milei también analiza el tipo de cambio desde distintas perspectivas para demostrar que no hay atraso cambiario. En primer lugar, utiliza el enfoque de bienes transables y no transables, señalando que si hubiera un shock de oferta negativo en el sector de bienes no transables, los precios de estos subirían. Sin embargo, advierte que interpretar esto como un atraso cambiario y responder con una devaluación sería un error, ya que eso distorsionaría la señal de precios y desincentivaría la inversión en ese sector.
Otro punto que desarrolla es el del PBI per cápita a paridad de poder adquisitivo (PPP). Según datos del Banco Mundial, el PBI per cápita de Argentina a PPP es de 30.000 dólares, mientras que en dólares corrientes es de 15.000 dólares, lo que sugiere, según Milei, que el tipo de cambio aún podría bajar más y que no hay evidencia de atraso cambiario.
También menciona la cuenta corriente del país y rechaza la idea de que un déficit externo sea motivo de preocupación. Argumenta que Argentina es un acreedor neto del mundo, por lo que podría sostener un déficit sin problemas. Además, señala que el país está en camino a recibir una "oleada de dólares" gracias a proyectos en sectores como petróleo, gas, litio, cobre y agroindustria, lo que debería conducir a una apreciación aún mayor del peso.
El gobierno no devaluará: "No vamos a salvarle la ropa a los economistas"
Finalmente, Milei analiza la cuestión desde la dimensión monetaria y refuerza su postura de que no habrá devaluación. Explica que la oferta monetaria se está contrayendo debido al superávit fiscal, lo que absorbe más del 6% de la base monetaria por mes. Al mismo tiempo, la demanda de dinero se está recuperando y la economía está creciendo, lo que refuerza la estabilidad del peso.
Desde su perspectiva, estos factores indican que el dólar no tiene razones para subir y que, por el contrario, "están faltando y faltarán pesos conforme pasen los meses". En ese marco, concluye con una frase tajante en la que reafirma su decisión de no devaluar:
"El Gobierno no devaluará para salvarles la ropa a sus clientes a costa del dolor de los argentinos de bien".