El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, desató una nueva controversia internacional al acusar al gendarme argentino Nahuel Gallo de intentar asesinar a la vicepresidenta venezolana, Delcy Rodríguez. Maduro no presentó pruebas que respaldaran sus afirmaciones, pero vinculó directamente al gobierno argentino en lo que describió como una "conspiración violenta".
“Algunos chillaron, como los argentinos, pero yo puedo decirlo hoy: nosotros a esa gente la estábamos esperando. Gracias a Dios – siempre tenemos que agradecerle a él – tenemos una inteligencia muy buena; ellos venían desde el sur de América con planes específicos para intentar atentar contra la vida de la vicepresidenta Delcy Rodríguez”, declaró Maduro en una transmisión por la televisión estatal.
La detención de Nahuel Gallo, el gendarme de 33 años que trabajaba en Mendoza, tuvo lugar el pasado 8 de diciembre al intentar ingresar a Venezuela desde Colombia. Según las autoridades venezolanas, Gallo habría viajado a Caracas para planificar acciones desestabilizadoras bajo la aparente excusa de visitar a su esposa e hijo. Sin embargo, el gobierno argentino rechazó categóricamente estas acusaciones, describiéndolas como infundadas.
“Es mentira que tiene una novia aquí; ese señor tiene su esposa en Argentina”, afirmó Maduro, ignorando que la esposa de Gallo ha liderado públicamente reclamos por la liberación de su marido. En respuesta, fuentes diplomáticas argentinas confirmaron a Infobae: “Todo es absolutamente falso. Nahuel no tiene esposa en Buenos Aires; estaba destinado a un paso de frontera en Mendoza, y viajó para reencontrarse con su mujer y su hijo. Llegó con una carta firmada por ella, entró con su pasaporte real, hizo Migraciones y notificó el domicilio donde vive la familia. ¿De qué espía hablan?”.
Las declaraciones de Maduro se produjeron tras la reunión del presidente argentino, Javier Milei, con el líder opositor venezolano Edmundo González Urrutia, quien reclama el cargo de presidente tras acusar a Maduro de fraude en las elecciones del 28 de julio. Durante su “gira internacional por la libertad”, González Urrutia también recibió el respaldo de Luis Lacalle Pou y Joe Biden. Estos encuentros han intensificado las tensiones entre Buenos Aires y Caracas.
Por su parte, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, se pronunció con dureza contra Maduro en redes sociales: “Escuchame bien, Maduro: tus mentiras no te van a salvar. Acusar sin pruebas a Nahuel Gallo de un complot ridículo solo expone la desesperación de tu régimen asesino, que está llegando a su fin. La Argentina no va a tolerar más este atropello. ¡Liberá a Nahuel ya!”.
La situación de Gallo se agrava en medio de un contexto de creciente militarización en Venezuela. Según informes, el régimen de Maduro mantiene a 120 personas detenidas por presuntas acciones de terrorismo, sin acceso a garantías legales básicas. Muchas de estas personas, incluido Gallo, permanecen incomunicadas y sin información sobre su estado de salud o ubicación exacta.
Por su parte, la Cancillería argentina, liderada por Gerardo Werthein, anunció que ampliará las denuncias contra el régimen de Maduro y Diosdado Cabello ante la Corte Penal Internacional. Alegan que el caso de Gallo forma parte de un patrón sistemático de violaciones a los derechos humanos y crímenes de lesa humanidad en Venezuela.
En este clima de tensión diplomática, Maduro ha reforzado los controles fronterizos, desplegado militares en las calles y ofrecido una recompensa de 100 mil dólares por información que conduzca a la captura de González Urrutia. Mientras tanto, la opositora María Corina Machado, pieza clave en la coalición que se adjudica la victoria electoral, permanece en la clandestinidad organizando la resistencia interna.
Con el traspaso de poder previsto para este viernes 10 de enero, la escalada de acusaciones entre Venezuela y Argentina suma un nuevo capítulo en una relación marcada por enfrentamientos ideológicos y denuncias mutuas.