El Gobierno y su idea de llevar adelante una reforma electoral chocó de frente con la realidad parlamentaria. No hay chance alguna de avanzar con la ambiciosa reforma política que planteaba el Ejecutivo que incluía desde el cambio en el financiamiento de los partidos hasta la eliminación de las PASO.
El saldo de las reuniones que mantuvieron los enviados del oficialismo con bloques aliados de ambas cámaras no fue positiva. El Gobierno recibió más reclamos que apoyos. Los cuestionamientos por la falta de tratamiento del presupuesto estuvieron a la orden del día y, con los números sobre la mesa, los referentes de los bloques que suelen apoyar al Gobierno dieron cuenta de que no hay chances de avanzar con la reforma política en los términos así planteados.
La reunión que firmó el acta de defunción de la eliminación de las PASO se produjo ayer por la tarde en el Diputados. Ahí, el presidente de la Cámara de Diputados, Martín Menem, secundado por el jefe de bancada libertaria, Gabriel Bornoroni; la neuquina Nadia Márquez; el vicejefe de Gabinete, José Rolandi, y el vicejefe de Gabinete de Interior, Lisandro Catalán, escucharon de primera mano la frase que terminó por cambiar el panorama: “No están los votos para eliminar las PASO”.
Los bloques aliados no se explayaron al respecto. Por lo menos dentro de la reunión. Pero, puertas afuera y lejos de los micrófonos, aseguran que la iniciativa, tal cual está planteada desde el Ejecutivo, parte todos los bloques.
Las PASO y los aliados
Ayer los enviados del Gobierno se fueron del Congreso con la certeza de que la única alternativa de que no haya PASO es una suspensión.
Ahora será el turno del presidente Javier Milei y del triángulo de hierro de evaluar cómo sigue la discusión en el Congreso. Nadie descarta que en base a la alta aprobación que tiene entre la sociedad la eliminación de las PASO, el oficialismo insista con su proyecto incluso con la certeza de que perderá la votación en ambas Cámaras.
“Es el prinicipio de revelación del que tanto hablan. Tiran el tema. No les importa si sale, les importa la discusión y lo que dicen las encuestas”, explican desde el bloque de Unión por la Patria que aún no participó de ninguna conversación.
En términos parlamentarios, lo cierto es que si quiere tratar un proyecto de suspensión de extraordinarias el oficialismo lo tienen que enviar al Congreso y dictar un decreto de ampliación del temario.
Desde el Congreso aseguran que eso no sería un problema. Las comisiones de Diputados recién comenzarán a trabajar la semana que viene, por lo tanto los tiempos no son un problema.
En caso de que el Gobierno decidiera avanzar con la suspensión, la cuenta de cara a lo que puede suceder en el recinto de la Cámara baja cambia. Según pudo saber El Observador, la cuenta en ese caso arrancaría de casi 110 diputados a favor de la iniciativa.
En ese marco, la decisión del bloque de la UCR será clave. En caso de acompañar sin fisuras el Gobierno podría obtener una ajustada victoria en Diputados.