Lo que importa sobre la interna del Partido Justicialista
- Ariel Burtoli, concejal de Quilmes, rompió con el bloque de Unión por la Patria y formó un monobloque aliado al intendente de Avellaneda, Jorge Ferraresi.
- La decisión tensó la relación entre Ferraresi y la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, cercana a La Cámpora, exponiendo un quiebre dentro del PJ bonaerense.
- La crisis interna refleja la lucha de poder entre el kirchnerismo y sectores alineados con Axel Kicillof, lo que podría impactar en las próximas elecciones legislativas.
- Mendoza criticó públicamente a Kicillof, reclamándole recursos para Quilmes y marcando distancia con el gobernador.
- La implementación de la boleta única de papel abre la posibilidad de listas separadas en la interna peronista, complicando aún más el panorama electoral.
Contexto
¿Qué motivó la ruptura en Quilmes?: La salida de Ariel Burtoli del bloque de Unión por la Patria se produce en un momento de alta tensión dentro del peronismo bonaerense. Este concejal, que ingresó al Concejo respaldado por la CGT, terminó alineándose con Jorge Ferraresi, uno de los intendentes más cercanos al gobernador Axel Kicillof. La movida fue percibida como un golpe directo a la intendenta de Quilmes, Mayra Mendoza, quien es parte de La Cámpora y cuenta con el respaldo de Máximo Kirchner. La ruptura se materializó tras una recorrida conjunta de Ferraresi y Burtoli por barrios vulnerables de Quilmes, lo que encendió aún más los ánimos.
¿Qué representa este conflicto para el peronismo bonaerense?: El enfrentamiento entre Mendoza y Ferraresi expone la división interna dentro del PJ bonaerense, marcada por dos líneas claras: una, liderada por La Cámpora y respaldada por Cristina Fernández de Kirchner, que busca mantener su influencia en los municipios clave del conurbano; y otra, encabezada por intendentes que buscan mayor autonomía y ven en Kicillof una figura central para su estrategia política. Estos conflictos locales son reflejo de una disputa mayor por el control del peronismo en la provincia más grande del país.
¿Cuál es la postura de Mayra Mendoza?: La intendenta de Quilmes no solo criticó la intervención de Ferraresi en su municipio, sino que también aprovechó la oportunidad para marcar distancia con el gobernador. Mendoza reclamó mayor apoyo de la provincia, en un gesto que parece apuntar a debilitar la imagen de Kicillof como líder unificador. "En el último tiempo, lamentablemente, coincidimos en muy pocas cosas", dijo Mendoza, al tiempo que subrayó la necesidad de más obras en el conurbano.
¿Qué responde Jorge Ferraresi?: Desde el entorno de Ferraresi justificaron las acciones del intendente, argumentando que no necesitan permiso para recorrer otros municipios y destacando su alineación con el gobernador. Además, señalaron la falta de coordinación en los actos de figuras como Cristina Kirchner o Wado de Pedro, quienes visitaron Avellaneda sin aviso previo. Este intercambio pone de manifiesto un doble estándar en las relaciones internas del peronismo.
¿Qué rol juega Kicillof en esta interna? Axel Kicillof intenta mantenerse al margen del conflicto, alegando que Ferraresi actúa de manera independiente. Sin embargo, su silencio generó malestar en La Cámpora, que lo acusa de no frenar las acciones de los intendentes que respaldan su liderazgo. Para Kicillof, esta interna es un desafío complejo: cualquier intervención podría alienar a alguno de los sectores en pugna, debilitando su capacidad para liderar un proyecto común.
¿Qué implicancias tiene para las elecciones legislativas?: La posibilidad de que estos conflictos deriven en listas separadas en las elecciones legislativas del año próximo es una preocupación real. La implementación de la boleta única de papel, que elimina el "arrastre" de votos, podría facilitar el armado de listas independientes, tanto a nivel municipal como provincial. Esta fragmentación debilitaría la capacidad del peronismo de enfrentar a la oposición, que podría capitalizar las divisiones internas.
Cómo sigue
Medidas para contener la crisis: Se espera que Kicillof tome un rol más activo para intentar mediar entre los sectores enfrentados. Esto podría incluir reuniones con los principales actores de ambas facciones y la promoción de acuerdos que eviten una ruptura mayor en distritos clave como Quilmes y Avellaneda. Sin embargo, el desafío será lograr un equilibrio sin alienar a ninguno de los sectores.
Escenario electoral complicado: El panorama hacia las legislativas de 2025 se perfila complejo. La posibilidad de que La Cámpora y los intendentes alineados con Kicillof presenten listas separadas amenaza con fragmentar el voto peronista. Aunque a nivel nacional el espacio podría mantener la unidad, los niveles provincial y municipal podrían ver un mayor quiebre, especialmente en distritos donde la tensión interna ya es evidente.
Cambio en el control de las candidaturas: Otro aspecto clave será quién controla la "lapicera" en el armado de listas. Mientras en el pasado Máximo Kirchner y Martín Insaurralde tuvieron un rol determinante, los intendentes alineados con Kicillof buscan mayor incidencia en las decisiones. Esto agrega un nuevo frente de disputa que podría tensar aún más las relaciones dentro del PJ.
Reacción de la oposición: La oposición, especialmente en distritos como Quilmes y Lanús, estará atenta a las divisiones internas. Estas tensiones podrían traducirse en una oportunidad para reforzar su posición en el conurbano, donde el peronismo tradicionalmente fue fuerte pero no invencible.
Escalamiento de tensiones o acuerdo: En las próximas semanas, las acciones de Ferraresi, Mendoza y Kicillof serán clave para determinar si la crisis se mantiene bajo control o escala hacia un quiebre mayor. La capacidad del PJ para encontrar una síntesis entre sus facciones enfrentadas definirá no solo su futuro electoral, sino también su capacidad para mantenerse como una fuerza política dominante en el conurbano bonaerense.