Con la presencia de 39 senadores, este jueves poco después de las 11:22, se alcanzó la mayoría necesaria en el Senado para dar inicio a la sesión especial pública destinada a tratar la situación judicial del senador entrerriano del PJ, Edgardo Kueider. En el recinto, se encontraban los integrantes del bloque de Unión por la Patria, a la espera del comienzo del debate, mientras se sumaban los representantes del PRO, Carlos “Camau” Espínola y la cordobesa Alejandra Vigo.
El Senado aprobó con 68 votos afirmativos y el apoyo de todos los bloques unificar en un solo debate los expedientes relacionados con la posible expulsión y suspensión de Kueider. Tras una discusión inicial entre José Mayans, Eduardo Vischi, Ezequiel Atauche y Carlos “Camau” Espínola, los legisladores decidieron abordar ambos temas en conjunto. Sin embargo, la moción del senador libertario Francisco Paoltroni de incluir el caso de Oscar Parrilli en el mismo debate fue desestimada.
En medio de la sesión, Anabel Fernández Sagasti, legisladora de Unión por la Patria identificada con La Cámpora, hizo mención a las declaraciones recientes del presidente Javier Milei, quien afirmó que a Kueider “lo tienen que echar a patadas” y calificó el caso como un problema del kirchnerismo. Fernández Sagasti desafió: “Si ustedes dicen que Kueider es kirchnerista, voten la exclusión. Salvo que se haya convertido en casta o tengan miedo de que se sepa cómo se consiguieron los votos de la Ley Bases”. Y en un tono irónico, añadió: “La política no es para gente que tiene miedo, mucho menos en la actual situación de Argentina”.
Por su parte, Bartolomé Abdala, presidente provisional del Senado y representante de La Libertad Avanza, defendió la postura del oficialismo de avanzar en la suspensión de Kueider en lugar de su expulsión. “Este es un caso gravísimo y nada feliz para la Argentina. Debemos estar a la altura de las circunstancias, cualquiera sea la sanción”, expresó.
El senador enfatizó la importancia del debido proceso y argumentó: “El artículo 66 de la Constitución habla de la inhabilidad moral. Intentamos persuadirlos para buscar un punto en común, y puede caber la suspensión con el debido proceso. Luego, si tiene que ser expulsado, será expulsado”.
El debate continúa con tensiones políticas palpables, mientras el Senado enfrenta la presión de tomar una decisión que marque un precedente en la resolución de casos de este tipo.
