El oficialismo avanzó un paso más hacia la sanción del presupuesto. Resistió los embates de la oposición y se encamina a llevar el texto al recinto sin sobresaltos.
Torrendell junto a Espert en la Comisión de Presupuesto.
La reunión de la Comisión de Presupuesto y Hacienda que preside José Luis Espert, en la que expusieron los referentes de Educación del Gobierno se extendió durante cinco horas y fue tensa.
La oposición trató con dureza a los funcionarios y llenó de cifras el debate. Los funcionarios, tanto Carlos Torrendell, secretario de Educación, como Alejandro Álvarez, secretario de Políticas Universitarias, relativizaron las cifras y negaron que el ajuste sea brutal.
Casi sin puntos de encuentro con la oposición más dura y apalancado sobre la tropa propia y los aliados más cercanos, el Gobierno dio un paso más para aprobar el presupuesto sin sobresaltos.
Uno de los referentes opositores que cuestionó más duramente el presupuesto 2025 y los gastos proyectados para educación fue Maximiliano Ferraro. El diputado de la Coalición Cívica señaló que el ajuste no recae igual sobre todas las áreas y manifestó: “Estamos viendo cómo aumenta el financiamiento en otras áreas que no parecieran ser tan prioritarias como la educación”.
En ese marco, detalló que en Educación está prevista una “inversión del 0,88% del PBI, por debajo de lo que ya se ha invertido en el 2024, que representa el 0,91% del PBI, bajo con respecto al 2023, cuando la inversión fue del 1,48% y la mitad del mayor histórico de 1,8% que se dio en 2013”.
En un sentido similar se expresó la espada en Educación que tiene el bloque de Unión por la Patria, Blanca Osuna, que señaló: “la degradación del Ministerio a Secretaría, la eliminación del FONID, el desfinanciamiento de las universidades, la intervención de Educar, el desmantelamiento de programas estratégicos, como Conectar Igualdad o Libro para Todos”, entre otras medidas.
La defensa de Carlos Torrendel, secretario de Educación, fue técnica. “De ninguna manera se puede comparar un presupuesto realizado como se ha hecho hasta hora, en base a la deuda y emisión, con uno de déficit cero; en cualquier comparación de ese tipo las conclusiones terminan siendo profundamente injustas”.
En ese marco, Torrendell aseguró que “la inversión en educación en el presupuesto será comparable a la de 2012, cuando se invirtió 5%”. En tanto, al repasar los porcentajes año por año, detalló que “en 2023 fue del 6% y en 2024, año actual del cual se habla del ajuste, de un 4,6%, y el proyectado un 5%, retomando la inversión de 2012”.
“Ahí sí se están diciendo las cosas cómo son. Dentro de un presupuesto que no es comparable estamos hablando de la inversión, excepto del año pasado, comparable con 2012”, insistió. “¿Por qué pudiéndose endeudar y emitir se gastó tan poco en educación? Menos de lo que estamos proporcionalmente proponiendo para el año que viene”, continuó.
Con respecto al FONID, Torredell aclaró que “la plata fue a la alfabetización y a fortalecer a aquellos sectores con más dificultades”. El funcionario tampoco tuvo miramientos en defender el desguase del Plan Conectar Igualdad. “La deuda que dejó el Gobierno anterior fue de mil millones de dólares. Un gasto en educación que no tiene comprobación empírica de que sirva para que los chicos aprendan, además de lo discutible que fue el costo de las netbooks. No hay un desmantelamiento de Conectar Igualdad, hay un reordenamiento”, sentenció.
En el mismo marco, el funcionario defendió el recorte en las partidas para la construcción de jardines de infantes. “La idea es no seguir con la idea de que multiplicar edificios es incluir. Tenemos un descenso de la natalidad desde 2012 que está impactando en las escuelas iniciales y primarias”, explicó.
En este caso el cruce llegó desde el bloque de Unión por la Patria en boca de Germán Martínez quien cuestionó la mirada del Gobierno. “En lugar de estar en un proceso que vaya a una inversión inteligente, creo que estamos en una desinversión total”, enfatizó.
Más allá de los cruces, los funcionarios dejaron abierto la posibilidad de discutir las asignaciones presupuestarias, siempre y cuando no se afecte el déficit cero. Más allá de los detalles, el gobierno se encamina inexorablemente a aprobar la ley de leyes.