La vicepresidenta de la Nación, Victoria Villarruel, encabezó en el Senado un seminario denominado “Género e identidad: el problema de la sexualización infantil”, que abordó, según explicaron desde la Cámara alta mediante un comunicado, “las consecuencias de la hipersexualización infantil, el daño psicológico que puede acarrear, la detección temprana de disforia de género acelerada y el derecho de los menores y sus padres en el contexto de la ley de identidad de género”.
En ese marco, y tras la polémica desatada por el material que utiliza la provincia de Buenos Aires para dar los contenidos vinculados a la Educación Sexual Integral (ESI), Villarruel no dudó en apuntar con el gobierno provincial. “Los bonaerenses no merecen la degradación e inmoralidad que Axel Kicillof les ofrece. Existen límites que nunca deben pasarse. ¡Dejen de sexualizar a nuestros chicos, saquen de las aulas a los que promueven estas agendas nefastas y respeten la inocencia de los niños! ¡¡Con los chicos NO!!”, escribió Villarruel en X minutos antes de que comenzara la actividad y dejó el claro cuál sería el tono de su discurso.
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A lo largo del evento se escucharon las voces de la abogada Débora Ranieri, la psiquiatra experta en terapia familiar María José Mancino, la licenciada en Historia Claudia Peiró y Patricia Galarza, madre y referente del grupo Manada, una organización que agrupa a padres y madres de niñas y niños con disforia de género.
El encargado de abrir la actividad fue, Daniel Abate, director General de Cultura del Senado, que aclaró que el objetivo de la cita era poner “énfasis en la preocupante problemática de la sexualización infantil”.
El tono del evento se mantuvo en consonancia con las expresiones que la vicepresidenta había vertido en su cuenta personal de X. Por ejemplo, Graciela Spinelli, que se presentó como “mamá de un niño de 11 años, actriz y productora de cine” aseguró que a la ESI “un fusible de adoctrinamiento en las aulas”. La periodista de Infobae, Claudia Peiró, sentenció que “hubo un gran contrabando ideológico que ocurrió a escondidas de los padres y de una forma semiclandestina”.
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La respuesta del Gobierno de Axel Kicillof a Victoria Villarruel
En ese marco, y con menos de 24 horas de diferencia, Alberto Sileoni, ministro de Educación de la provincia de Buenos Aires, se encargó de recoger el guante y contestar.
Sileoni rechazó las acusaciones, señalando la falta de fundamento y la mala intención detrás de la denuncia: “No, nosotros no somos provocadores, somos educadores. No son libros para educación sexual, forman parte de una colección llamada Identidades Bonaerenses”.
Además, aclaró: “Me gustaría que hagan un esfuerzo de comprensión. Estos libros van a las bibliotecas de las escuelas, no se obliga a los estudiantes a leerlos. Son herramientas de apoyo ara los docentes, que abren un mundo al que muchos chicos no tienen acceso”.
“Tenemos 1.700.000 estudiantes en el nivel secundario y muchos no pueden comprar libros. Algunos sectores no comprenden la mirada que propone el arte y, de un libro de 170 páginas, sacan solo un fragmento”, lamentó Sileoni.
En respuesta a la denuncia sobre la “sexualización” de los estudiantes, explicó: “Los libros incluyen una guía detallada. Algunos llevan una inscripción que los dirige a chicos de 15 años en adelante y otros, con temáticas más complejas, van a la secundaria orientada”.
“Ofrecemos literatura de calidad con sugerencias específicas y acompañamiento docente. Los libros se destinan a la secundaria orientada. Es paradójico: a los 12 años pueden ir presos, pero a los 17 no pueden leer este libro”, comentó Sileoni, en referencia a la constante postura punitivista de sectores conservadores.