A 13 años de la desaparición de María Cash, un exhaustivo análisis de la causa llevó a los investigadores a retomar el punto de inicio del caso: el último contacto confirmado que tuvo la diseñadora de Villa Crespo, el 8 de julio de 2011, en el cruce de las rutas 9/34 y 16, cerca de la rotonda de Torzalito, donde hacía dedo, hasta la zona de Joaquín V. González. Allí se dirigía el camionero Héctor Romero, actualmente imputado por el homicidio de Cash, quien debía descargar mercancía para un supermercado y levantó a la joven, que entonces tenía 29 años.
Tras la imputación de Romero, la investigación se enfocó en la localización del cuerpo de María. La semana pasada, comenzaron los rastrillajes, con agentes dedicados a encontrar el cuerpo de la diseñadora, que se apostaron en las rutas 9 y 16, en las localidades de El Galpón y Boquerón.
La búsqueda cubrió unos 40 kilómetros de la ruta que Romero solía transitar para transportar productos al supermercado “Miguelito”. En ese contexto, el fiscal a cargo, Eduardo Villalba, comentó en una entrevista con El Tribuno: “Nos fuimos con un dato importante que nos permitirá regresar”. Añadió que se trataba de “un dato concreto que debemos estudiar y analizar ahora”.
Villalba explicó también que una persona, que no había estado involucrada previamente en la causa, ofreció un testimonio “muy confiable” que coincidió con marcas detectadas por los perros especializados.
El fiscal adelantó, sin dar detalles, que se trataba de un hallazgo realizado por alguien de la zona, sin “contaminación de ningún tipo”, y destacó que esa información será añadida al expediente, solicitando a la jueza que autorice un nuevo rastrillaje, el cual se llevaría a cabo con el equipo del CIF.
Mientras los rastrillajes continúan esta semana, Villalba sigue analizando testimonios e hipótesis. Se espera además que en los próximos días se realice una inspección ocular, en la cual el camionero deberá explicar a los investigadores cómo y en qué punto exacto de la gruta de la Difunta Correa dejó a María Cash, según su versión, antes de su desaparición.
“Hay razones para ser optimistas. Creemos que Romero podría romper el pacto de silencio que ha mantenido hasta ahora”, afirmó Villalba.
Sobre este punto, varios testigos volverán a declarar, entre ellos Andrés Reyes y Jesús Brito, empleados de una estación de servicio que dijeron haber visto a la joven en 2011. Reyes afirmó haber visto a una mujer aparentemente perdida en la ruta 34, cerca de la rotonda de Torzalito, golpeando las puertas de los camiones. Aunque se acercó, la joven le dijo que “estaba bien”. Por su parte, Brito destacó que vio a Cash haciendo dedo sobre la ruta, con un saquito y una mochila.
Ante las versiones recientes, incluida la aparición de un cráneo que luego se confirmó como no humano, el fiscal comunicó que había hablado con la familia de María Cash y les aseguró que, en caso de hallar restos, los informaría de inmediato para evitar falsas expectativas.
Los rastrillajes se realizaron en áreas boscosas con densa vegetación, lo que, junto a las malas condiciones climáticas, complicó las tareas. A ello se sumaron accidentes geográficos que dificultaron el acceso de los investigadores a algunas zonas.
Además del testimonio, la búsqueda también se centró en los datos de geolocalización de las antenas telefónicas relacionadas con el celular del camionero, quien fue la última persona en ver con vida a María. El operativo contó con la participación de Bomberos Voluntarios, la Policía de Salta, Policía Federal, Gendarmería, el Servicio Penitenciario, investigadores del CIF, el Ejército, autoridades locales y el Sistema Federal de Búsqueda de Personas (Sifebu).