Un calor opresivo y una plaga de insectos hizo que la jornada inicial de rastrillajes fuera un desafío para los más de cien efectivos de seguridad y forenses que participaron en la operación. La búsqueda por la desaparición de María Cash, una reconocida diseñadora porteña que desapareció hace más de 13 años, comenzó ayer en la zona de El Galpón y se extendió hacia Joaquín V. González, recorriendo 16 kilómetros a lo largo de la ruta nacional 16.
La noche del martes, un encuentro entre las comisiones involucradas en el caso se desarrolló en El Galpón, donde luego de una serie de deliberaciones, los equipos partieron a las 9 de la mañana ayer rumbo al primer punto de búsqueda, comenzando así la jornada de rastreo.
La búsqueda contó con una amplia variedad de fuerzas y especialistas, entre ellos gendarmes, policías federales, bomberos provinciales, voluntarios, técnicos del Cuerpo de Investigaciones Fiscales de Salta, personal del Sistema Federal de Búsqueda de Personas (Sifebu), policías provinciales y un equipo de caninos.
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Las autoridades buscan esclarecer el caso tras 13 años de incertidumbre.
En el cruce de rutas nacionales 34 y 16, un campamento móvil se estableció como base de operaciones para los equipos de búsqueda. Desde allí, un punto de control fue montado en la ruta 16, mientras que los funcionarios se desplegaron en una amplia zona de búsqueda, recorriendo unos 800 metros hacia el interior del campo en busca de cualquier indicio que pudiera llevarlos a la joven diseñadora desaparecida.
La región designada como el epicentro de la búsqueda se encuentra en una área boscosa ubicada en las proximidades de la localidad de El Galpón y la finca El Esteco. Esta zona selvática se convirtió en el primer foco de atención para los equipos de búsqueda, que se concentraron en recorrer cada palmo del terreno en busca de pistas
El silencio del monte se desvaneció cuando un centenar de personas descendió sobre el lugar, rompiendo la tranquilidad de la mañana. Los gritos de los funcionarios, unidos al zumbido de los drones que sobrevolaron la zona, crearon un ruido ensordecedor que resonó en la quietud del ambiente.
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Mientras los drones sobrevolaban el terreno, los equipos de búsqueda se movían con rapidez a través de la zona, utilizando maquinaria pesada y, también, siguiendo senderos a pie, acompañados por perros entrenados para detectar el rastro de María Cash.
Un golpe de mala suerte y un descubrimiento perturbador pusieron en marcha el día: los restos óseos que emergieron del suelo, como un signo ominoso, dispararon una alerta masiva a los equipos de búsqueda. La posibilidad de que se tratara de los restos de María Cash, la joven que había desaparecido seis años atrás, se convirtió en una especulación inevitable.
Mientras la intriga y la incertidumbre reinaban, las autoridades pusieron fin a la especulación al confirmar que no se trataba de restos humanos.
Caso María Cash
María Cash desapareció en julio de 2011, cuando la joven de 29 años se alejó de su hogar en Buenos Aires, rumbo a Jujuy, con el objetivo de exhibir sus diseños de indumentaria y reunirse con un amigo. Sin embargo, llegó a Salta y desde allí, la pista se perdió en el vacío. La búsqueda intensiva no dio resultado y el tiempo transcurrió sin noticias de su paradero.
La travesía de Cash se convirtió en un misterio que envolvía una serie de circunstancias intrigantes. La diseñadora había enviado un mensaje a su familia, expresando su malestar, y luego desapareció durante cuatro días. Durante ese período, se estableció que había pasado por Tucumán, Santiago del Estero, Rosario de la Frontera en Salta y finalmente, Jujuy, sin dejar rastro claro de su paradero.
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La llegada de Eduardo Villalba, fiscal federal general de Salta, y la reapertura del caso, trajo un nuevo aire de optimismismo y esperanza. Una nueva línea investigativa, que comenzó a tomar forma hace más de dos años, abrió un abanico de interrogantes y pistas que esperan ser desveladas. Ahora, la familia de María y la sociedad en general miran con renovada ilusión hacia el futuro, mientras los investigadores trabajan incansablemente para resolver el misterio.
El rastro de sospecha se enfoca en el camionero Héctor Romero, quien ahora se enfrenta a cargos de homicidio agravado por alevosía. Detenido bajo prisión preventiva, sus declaraciones revelaron que fue la última persona que estuvo en contacto con María Cash. Según sus palabras, la dejó en un lugar rodeado de silencio y oscuridad: la zona de la Difunta Correa, en la ruta nacional 34. Ahora, los investigadores están dedicados a rastrillar el terreno, esperando encontrar pistas que reveleen el destino final de la joven desaparecida.
