“Siento algo entre azul y blanco que me pasa cerca de la cara y está como por un lado y por encima... No entendía qué estaba pasando y entonces me hundo... pensé que me había comido”, expresó Adrián Simancas a TVN. Este relato escalofriante contrasta fuertemente con la sonrisa forzada que muestra en el angustioso video de la ballena capturado por su padre, Dell.
“No vi a Adrián por tres segundos y me asusté. Cuando volteo no veo nada, no veo a Adrián. Ese fue el único momento de susto realmente que tuve, porque no lo vi como por tres segundos. Y de repente sale así como disparado”, explicó su padre.
En las aguas cristalinas cercanas al Faro San Isidro, en la Bahía El Águila, se produjo un incidente inesperado durante la travesía en packraft de Adrián, un joven venezolano de 24 años con una triple faceta como analista, programador y músico, junto a su padre, Dell, un anestesista chileno de 49 años, residente en Chile.
Un impactante video filmado por el padre de Adrián captura el instante en que una ballena emerge de manera repentina del agua, y en un abrir y cerrar de ojos, atrapa al joven y su packraft dentro de su inmensa boca, para luego expulsarlos nuevamente al mar.
La filmación revela la magnitud del desplazamiento del cetáceo, creando olas inmensas que perturban la superficie del agua. En ese momento, Adrián desaparece abruptamente de la vista, dejando a su padre sumido en el asombro por lo que acababa de presenciar.
Pocos segundos más tarde, la ballena libera al joven, quien emerge de las profundidades del mar sin un solo rasguño. A pesar de la seriedad del incidente, Simancas salió del agua en perfecto estado, lo que le permitió regresar tranquilamente a la orilla sin ninguna dificultad.
La noticia del suceso se propagó rápidamente en internet, convirtiéndose en viral. Las redes sociales se inundaron de comentarios y comparaciones con escenas cinematográficas o narraciones fantásticas, evidenciando lo inusual y extraordinario que resulta un encuentro con una ballena jorobada.
A pesar del susto vivido, los involucrados en el incidente afirmaron que no se detendrán en su búsqueda de aventuras y seguirán participando en futuras expediciones, pero esta vez con una actitud más cautelosa y respetuosa hacia los cetáceos, manteniendo una distancia segura.
“Fue una experiencia increíble y aterradora a la vez”, comentó Dell Simancas tras el episodio.
National Geographic explica que, anatómicamente, la garganta de estas ballenas impide la ingestión de presas de gran tamaño como un ser humano. No obstante, es común que, al abrir sus gigantescas bocas para filtrar peces u otras criaturas marinas, una persona pueda ser accidentalmente succionada hacia el interior. En tales circunstancias, lo habitual es que el individuo sea expulsado rápidamente, dado que el animal es incapaz de tragarlo.
