En medio de la consternación provocada por el caso de una nena de 13 años que quedó embarazada tras ser víctima de una violación en Saladillo, la tía de la menor manifestó que la joven le había contado que su padrastro fue quien la agredió sexualmente. “Pasó en reiteradas veces, no solo una vez”, afirmó en su denuncia.
Después de siete días desde que la adolescente fue ingresada en el Hospital zonal Alejandro Posadas, con un dolor abdominal severo que dio como resultado un embarazo avanzado de 35 semanas, una familiar de la víctima compartió los detalles de una conversación significativa que tuvo con ella durante una visita.
“Ezequiel, su padrastro, había abusado de ella. Me dijo que pasó en reiteradas veces, no solo una vez”, expresó. Aunque no ofreció detalles sobre cuándo comenzaron los hechos, mencionó que su sobrina parecía estar “tranquila”. Sin embargo, agregó que probablemente la había pasado “mal”, ya que “no es normal para una criatura de 13 años”.
De igual manera, la tía de la niña comentó que la observó el martes de la semana anterior, justo un día antes de su parto, lo que despertó sus inquietudes. “La vi rara, muy desarrollada, con muchos pechos y con panza abultada, que no era normal para su edad”, relató.
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La mujer recordó que “ella decía que estaba rellenita por comer mucha harina” y agregó que la niña “ese día estaba molesta, iba al baño, volvía, caminaba”. También reveló que se llevó una gran sorpresa cuando la madre de la menor la contactó para informarle que había dado a luz.
Además, la mujer aseguró que tanto la niña como el recién nacido se hallaban en perfectas condiciones de salud. Tras su alta médica, se les trasladará a un hogar de menores ubicado en la misma localidad.
El poder judicial dictaminó cargos contra el padrastro de la menor por la comisión del delito de abuso sexual agravado. A su vez, a la madre de la víctima se le formuló una acusación por encubrimiento y falsedad en su testimonio. Además de estos procedimientos, se decidió la extracción de ADN del recién nacido como parte de la investigación. Asimismo, se programó una Cámara Gesell con la intención de permitir que la menor pueda expresar lo que realmente sucedió.
La noticia del caso provocó una intensa reacción de enojo y consternación en el entorno comunitario. La situación se descontroló, y en medio de la agitación, vecinos incendiaron la residencia de la fiscal Patricia Hortel, lo que generó una situación delicada. Es importante destacar que la fiscalía a cargo de la investigación estaba a cargo del titular de la Unidad Funcional de Instrucción N° 2, Roberto Berlingieri, no de Patricia Hortel, la cual carecía de cualquier relación directa con el caso.
En el desarrollo de la investigación, se estableció que los manifestantes acudieron a la UFI N°2, que estaba involucrada en el caso. Allí, comenzaron a desahogarse verbalmente y expresaron su enojo y frustración gritando: “Vamos para la casa de Hortel... Ortivas de mierda, hagan algo, se abusaron de una menor, hablen con la basura de Hortel, no va a salir... Vamos a la Municipalidad...ahora vamos por el intendente...”.
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Poco tiempo después, el fiscal Juan Cruz Condomí Alcorta, encargado de la indagación, logró identificar a dos individuos sospechosos que se consideraban los principales incitadores de la manifestación violenta. Los detenidos fueron Alejandro Acosta y Martín Bravo. Sin embargo, en menos de un día, fueron puestos en libertad por orden de la jueza de Garantías, Patricia Noemí Altamiranda.
El intendente de Saladillo, José Luis Salomón, declaró que “no hubo denuncia de abuso” y explicó que la tenencia había sido retirada de la madre “por una situación de convivencia y mala relación que tenían en ese momento”. No obstante, se indicó que fue la propia niña quien solicitó regresar con su madre después de haber estado bajo el cuidado de una tía.
El jefe comunal mencionó que “no se adaptaba a una vida normal, de tiempos, de trabajo, responsabilidades y decide volver con su madre”. Afirmó que en el seno familiar se habían observado “signos de violencia”, sin embargo, aclaró que “nadie sabía que había sucedido una violación”.
En este contexto, indicó que “no se detectó ningún indicio de que había una niña embarazada en esa casa, tampoco lo hizo la madre, fue la tía quien manifestó que algo raro estaba pasando”. Además, subrayó que la menor “era buena alumna en el colegio”, aunque su entorno familiar “no era digno de convivencia interna que en el fondo termina en esta situación que todos lamentamos”.
