Jeannette Soto, madre de Néstor Aguilar Soto, el joven acusado del crimen de la influencer Catalina Gutiérrez, contó detalles sobre la situación emocional de su hijo en el momento de la tragedia. Según Jeannette, Néstor estaba atravesando una etapa difícil y se encontraba “estresado”. “La estaba pasando muy mal”, reveló la mujer, al mismo tiempo que aseguró que no existía ninguna relación romántica entre ellos. “No era Catalina, podría haber sido cualquiera y hasta él mismo”, explicó.
El crimen, ocurrido en julio de este año, dejó a Catalina, de 21 años, muerta dentro de su automóvil, el cual fue encontrado incendiado en un descampado de Córdoba. Néstor, también de 21, está detenido desde el 18 de julio, a la espera del juicio que se llevará a cabo en diciembre. El caso está siendo considerado como un homicidio calificado por violencia de género y alevosía, lo que podría llevar al acusado a una pena de prisión perpetua.
En una entrevista en El Doce TV, Jeannette defendió a su hijo al afirmar que él siempre fue “un chico que todo el mundo quiere” y que su comportamiento no era habitual. “Yo sentía que estaba estresado, estaba pasando una situación que no le pasó otros años”, agregó. Y haciendo hincapié en que este no era el temperamento de Néstor, la madre explicó que nunca tuvo problemas con nadie y que no existieron denuncias previas de acoso o violencia.
A pesar de reconocer la responsabilidad de su hijo en el crimen, Jeannette expresó su dolor como madre. “Él lo hizo y está donde tiene que estar, pero como mamá duele mucho porque él no estaba para eso”, dijo, al tiempo que subrayó la falta de apoyo y contención que pudo haber experimentado en ese momento de crisis emocional.
“Se hizo responsable desde el día uno”, insistió la madre, aclarando que, si bien Néstor debe pagar por lo ocurrido, no se trató de un femicidio. “No fue un femicidio, fue un homicidio que él tiene que pagar”, recalcó. Además, desmintió versiones que sugerían un enamoramiento entre su hijo y la víctima. “La quería como una amiga”, aseguró.
Por su parte, el fiscal del caso, José Alberto Mana, aportó pruebas importantes que vinculan a Néstor con el crimen. Tras una discusión en la vivienda del acusado, las autoridades hallaron un anillo y cabellos de Catalina, así como ropa mojada en el lavarropas. Además, las cámaras de seguridad registraron al jóven trasladando el cuerpo de la víctima al vehículo, lo que refuerza la acusación de homicidio calificado.
La autopsia confirmó que Catalina murió estrangulada y sufrió golpes previos a su muerte. Su cuerpo fue quemado post mortem en un intento de borrar evidencia del crimen. Aunque inicialmente Néstor había afirmado que la influencer era “el amor de su vida”, su confesión ante la policía llevó a la recalificación del caso a homicidio calificado por alevosía y violencia de género.