18 de noviembre 2024
18 de noviembre 2024 - 12:01hs

El dueño de un perro que provocó la caída de un motociclista en Choele Choel deberá abonar la suma de $32.619.347,40 en concepto de compensación por daños y perjuicios. El tribunal de Río Negro determinó que el incidente dejó al afectado con múltiples secuelas, lo inhabilitó para laborar temporalmente y tuvo un impacto negativo en su bienestar psicológico.

La sentencia fue dictada el jueves por el Juzgado Civil, Comercial y de Sucesiones N°31, bajo la supervisión de la jueza Natalia Costanzo. El demandado tiene la opción de impugnar esta resolución, lo que significa que la condena aún no es definitiva.

Los hechos se desarrollaron a las 19 horas del 22 de diciembre de 2022, en la calle Avellaneda, número 540. Un joven de 26 años informó que mientras conducía su moto Guerrera Tundra 2000, un perro de raza Dogo salió repentinamente de una vivienda y lo impactó. Debido al incidente, el joven perdió el equilibrio y cayó al suelo, siendo posteriormente llevado al hospital de la localidad.

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El informe médico reveló que la persona afectada padeció una fractura de radio y cúbito en su brazo izquierdo, requiriendo una inmovilización con yeso. Tres meses más tarde, fue sometido a una cirugía en el Hospital de General Roca, donde durante la operación le fueron implantadas dos placas y seis clavos de osteosíntesis.

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El individuo acusado negó toda responsabilidad en el incidente. Argumentó que no poseía bienes en Choele Choel, sino en Lamarque, y aseguró que no tenía ninguna mascota. Además, intentó desacreditar la versión del motociclista, señalando que no existían pruebas suficientes, como un informe policial o pericial, que corroboraran los eventos tal como los narró la víctima.

No obstante, al examinar las evidencias presentadas, la jueza Costanzo determinó que no había lugar a dudas de que el acusado era el dueño del perro. Las imágenes que el motociclista halló en las redes sociales, en las cuales aparecía junto a la mascota, fueron corroboradas por varios testigos, incluyendo trabajadores de negocios locales.

Sin embargo, el testimonio de una vecina se convirtió en un elemento crucial del caso. Esta mujer, quien había rentado su propiedad al demandado, aseguró que él residió en ella de 2020 a 2021 y que, de manera habitual, sacaba a pasear a su perro Dogo, un animal de gran tamaño y pelaje blanco.

El joven presentó una demanda contra el dueño del Dogo, alegando haber sufrido un daño considerable. Explicó que, como resultado de la lesión, “sufrió mucho dolor y disminución de movilidad y perdida de funcionalidad del brazo”. Además, mencionó que trabajaba como operario de mantenimiento en una empresa de exportación de frutas, pero debido al accidente, se vio imposibilitado de asistir al trabajo durante casi un año.

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La investigación del caso dio comienzo en marzo de 2022, bajo la jurisdicción del Juzgado Civil, Comercial y de Sucesiones de Choele Choel. La jueza del caso dispuso la realización de evaluaciones psiquiátricas para el denunciante. El análisis reveló que el joven experimentó “algunos temores a posteriori del hecho de autos, compatibles con un cuadro de estrés agudo, el cual ha remitido al cabo de un tiempo, así como algunas molestias físicas reactivas al accidente”.

Acerca de su proceso de recuperación, él admitió que se sintió “bajoneado porque estaba haciendo la temporada” laboral, que era lo que le permitía mantener sus ingresos a lo largo del año. También expresó que se sentía desmotivado al ir al río, ya que no podía nadar, ni tocar su guitarra, ni montar en moto.

El denunciante relató que necesitaba asistencia para comer y cortar la carne, ya que no podía sujetar el tenedor con firmeza. Su madre se encargó de brindarle los cuidados necesarios durante su proceso de recuperación. También mencionó que percibía que “tenía menos músculo” y experimentaba dolor en la muñeca al realizar ciertos movimientos “raros”.

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El joven confesó que, en ese periodo, adoptó un estilo de vida "más sedentario" debido a su incapacidad para participar en actividades físicas. Como resultado, ganó 10 kg. Aunque logró volver al gimnasio, mencionó que “le cuesta un poco más”.

Acerca de sus relaciones, mencionó que sus amigos estuvieron a su lado durante su proceso de recuperación. Sin embargo, destacó que ocurrió en verano, cuando solían reunirse en el río. “Me molestaba no poder meterme al agua, pero igual iba porque tenía ganas de verlos”, compartió.

Al ser interrogado acerca del uso de la moto, comentó que al principio le resultó difícil volver a manejarla debido a “sentía miedo”. No obstante, actualmente la utiliza con regularidad, aunque si tiene la opción, opta por otros modos de transporte.

Después de analizar todas las pruebas y los informes periciales, Costanzo determinó que el accidente fue provocado por la intervención del perro, por lo que consideró al demandado como responsable de los daños ocasionados. En relación a la cantidad de la indemnización, la jueza evaluó los gastos médicos, las lesiones físicas padecidas por la víctima, la incapacidad permanente del 20% y los daños psicológicos, que requerían atención especializada.

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