31 de enero 2025 - 9:29hs

En las últimas 24 horas, la localidad de Moreno, en la provincia de Buenos Aires, fue escenario de un nuevo episodio de violencia. Un joven de 20 años que trabajaba como delivery fue asesinado al intentar proteger a un vendedor ambulante durante una disputa en la calle, en la que también sufrió una apuñalada. Las autoridades arrestaron al presunto agresor, mientras que el comerciante herido se encuentra recibiendo atención médica en el hospital.

Este jueves, un joven que se encontraba trabajando en su motocicleta se detuvo al presenciar un violento ataque dirigido a un vendedor de alfajores en la calle. Al intentar intervenir en la situación para ayudar, se convirtió en una víctima del agresor, quien le propinó múltiples puñaladas. Como resultado, sufrió una severa pérdida de sangre.

El altercado se originó cuando el sospechoso inició una disputa con el vendedor. Se dice que el individuo estaba dentro de un autobús, pero al bajarse, le propinó una puñalada al comerciante en medio de la confrontación.

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Después de causar la herida, el agresor intentó escapar a pie, pero testigos del incidente lo perseguían para impedir que se fugara. Entre ellos se hallaba la víctima que había detenido su marcha para intervenir. En consecuencia, el atacante lo agredió, lo que resultó en su muerte casi de inmediato, ya que el personal médico no logró reanimarlo.

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La investigación del caso estará a cargo del fiscal Federico Soñora, responsable de la Unidad Funcional de Instrucción (UFI) N° 4 de Moreno. Soñora confirmó la detención del atacante, quien fue acusado por los dos incidentes. Si bien no detalló las acusaciones específicas, indicó que la segunda víctima fue llevada a un hospital local, donde permanece en estado crítico.

En los días previos al trágico evento, el joven repartidor de comida apareció en el noticiero de C5N, compartiendo sus inquietudes sobre la inseguridad en la zona, a partir de un incidente reciente en el que un policía de la Ciudad había enfrentado a dos delincuentes, resultando uno herido y el otro fallecido, luego de un intento de robo en la madrugada del miércoles. Su intervención en el programa resultó profético, ya que horas después, él mismo sería una de las víctimas de la violencia en la zona.

“Vive pasando porque la zona está re liberada”, expresó el joven repartidor, refiriéndose a la frecuencia de los ataques a los motoquistas en la ciudad. Afirmó que, a pesar de haber adquirido su moto hace dos años con el objetivo de trabajar y apoyar a su familia, había sufrido intentos de robo al menos cinco veces en ese período. La sensación de inseguridad parecía ser una realidad cotidiana para él, y su testimonio sirvió como un recordatorio de la situación de violencia que aqueja a la comunidad.

El repartidor compartió un testimonio impactante sobre la brutalidad que había enfrentado en el pasado, cuando relató que, en una de las ocasiones en que fue atacado por unos ladrones, estuvo a punto de perder la visión en uno de sus ojos: “Casi pierdo el ojo, me abrieron todo acá”.

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“Eran dos. Me quisieron robar la moto y como vi que no tenían nada, me les tiré encima y me dieron entre los dos”, rememoró sobre el incidente que tuvo lugar el año anterior. Además, explicó que solo le robaron una pequeña cantidad de dinero que llevaba consigo, ya que solía utilizar pagos digitales para sus transacciones. “Piensan que vas manejando efectivo, pero el único efectivo que manejamos son 10 mil pesos, nada más”, afirmó con una mezcla de frustración y resignación.

Según el joven, “es tierra de nadie. Te agarran entre tres o cuatro, te encierran, a veces hasta hacen pedidos falsos”. “Una vez, a un compañero le robaron acá en la esquina, vino a entregar un pedido a una casa y era un pedido falso”, recordó con una mezcla de indignación y preocupación.

Igualmente, la persona afectada comentó que la inseguridad era un tema recurrente entre los empleados de las plataformas digitales. Sin embargo, expresó su desánimo, ya que consideraba que presentar una denuncia no provocaría ningún cambio significativo en su situación cotidiana.

“Hace tres semanas atrás (.sic), a mí me dejaron preso cuatro días porque me quisieron robar la moto en la puerta de mi casa, yo me defendí y eran tres menores”, recordó con tristeza. La situación se complicó aún más cuando los jóvenes irrumpieron en su casa, lo que lo llevó a sacar un arma como último recurso. Sin embargo, la falta de consecuencias para los menores de edad acusados lo dejó con una sensación de injusticia.

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