Contexto
¿Qué sucedió en los operativos de alcoholemia?
El 25 de diciembre, en un control vial en la Avenida del Libertador, la Policía de la Ciudad detuvo a Sergei Baldin, conductor de un Volkswagen Vento con placa diplomática de la embajada de Rusia. Baldin se negó a realizar el test de alcoholemia y tampoco presentó la documentación solicitada. Durante más de una hora permaneció atrincherado en su vehículo mientras se desarrollaban negociaciones con representantes de la embajada. Un segundo incidente ocurrió poco después, cuando Cardmath Salomatin, al mando de un Toyota Corolla con matrícula diplomática, también rechazó someterse al control en el mismo punto operativo.
¿Cómo se manejaron ambos casos?
En el caso de Baldin, tras intentar sin éxito persuadirlo, agentes de tránsito y la Policía de la Ciudad recibieron apoyo de la Policía Federal Argentina (PFA). Finalmente, el vehículo fue escoltado hasta la embajada rusa en Rodríguez Peña al 2700, donde se labró un acta de infracción por negarse a realizar el test. Horas después, Salomatin fue escoltado bajo las mismas circunstancias. Ambos casos derivaron en procedimientos formales dentro de la embajada, respetando la inmunidad diplomática.
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El primer auto de diplomáticos rusos en la embajada
Infobae (Adrián Escandar)
¿Qué establece la legislación sobre estos casos?
La convención de Viena sobre relaciones diplomáticas, en su artículo 41, indica que los diplomáticos están obligados a respetar las leyes y reglamentos del país anfitrión, aunque gocen de inmunidades. Sin embargo, los vehículos diplomáticos están protegidos contra registros o detenciones arbitrarias. En Argentina, negarse a un control de alcoholemia constituye una infracción grave. Las sanciones para quienes se niegan al test pueden incluir multas, inhabilitación de la licencia y, en algunos casos, arresto. No obstante, estas penalidades no aplican directamente a diplomáticos debido a su estatus especial.
¿Qué rol tuvo la embajada rusa?
La embajada emitió un comunicado denunciando una "grave violación del derecho internacional" al considerar que los controles vulneraron la inmunidad de los vehículos diplomáticos. Según Alexander, primer secretario de la representación rusa, el incidente fue una contravención de las disposiciones sobre inmunidades establecidas en la convención de Viena. Esta postura generó tensiones con las autoridades locales, que sostienen que el rechazo al control atenta contra la seguridad vial.
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El segundo auto de los diplomáticos rusos fue guardado en la embajada
Infobae (Adrián Escandar)
¿Cómo reaccionaron las autoridades locales?
Los agentes de tránsito y la Policía de la Ciudad enfatizaron la necesidad de cumplir con las normativas argentinas. Durante los operativos, se citó el artículo 41 de la Constitución Nacional, que garantiza el derecho a un ambiente sano y la obligación de preservar la seguridad pública. Las autoridades porteñas destacaron que en los operativos de Navidad se realizaron 5.399 controles de alcoholemia, con una tasa de positividad del 0,83%. En contraste, la negativa de los diplomáticos rusos se destacó como un desafío legal y diplomático.
¿Qué impacto tuvo en la opinión pública?
La cobertura en vivo de los incidentes por medios locales añadió visibilidad al conflicto. Un momento llamativo fue la aparición de un ciudadano ruso, identificado como Fedor, que intentó mediar entre los diplomáticos y las autoridades. Fedor declaró sentirse "avergonzado" por la conducta de sus compatriotas. Este gesto fue ampliamente comentado en redes sociales, donde el debate giró en torno al equilibrio entre los privilegios diplomáticos y la seguridad vial.
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¿Qué dicen los antecedentes y la normativa internacional?
En episodios similares a nivel global, las inmunidades diplomáticas han generado controversias por posibles abusos. La convención de Viena, ratificada por Argentina, busca equilibrar la protección de los diplomáticos con el cumplimiento de las leyes locales. Sin embargo, la interpretación de estas normas puede variar, lo que dificulta acciones más contundentes ante incidentes como el ocurrido en Buenos Aires.
Cómo sigue
El caso está siendo manejado por los canales federales correspondientes, con intervención de la Cancillería argentina y el departamento de Seguridad Diplomática de la Policía Federal. Si bien la inmunidad diplomática protege a los implicados de sanciones directas, es posible que el Gobierno argentino emita una queja formal ante la embajada rusa para expresar su malestar por el incumplimiento de las normativas locales. Paralelamente, la Ciudad de Buenos Aires continuará fortaleciendo los operativos de seguridad vial en fechas festivas, con mayor control sobre los vehículos diplomáticos. Aunque el conflicto no tendrá consecuencias penales inmediatas, la polémica podría influir en futuras negociaciones bilaterales sobre los alcances de las inmunidades diplomáticas.