Kuvia fue reconocido como el proyecto más innovador entre 1000 ideas presentadas en la Final Nacional del Red Bull Basement 2024, realizado hace una semana en Buenos Aires. Creado por las bioingenieras Martina Belluomini, Andrea Erbetti, Ana Gorodisch y Olivia Sanguinetti, del ITBA, este modelo de inteligencia artificial analiza biopsias digitalizadas para detectar un biomarcador clave en el tratamiento contra el cáncer. Además de reducir el diagnóstico a tan solo dos segundos, ofrece una solución accesible y económica, con gran impacto en países en desarrollo como Argentina.
Las creadoras de Kuvia compartieron con El Observador los detalles sobre la gestación, la funcionalidad y las implicancias de este innovador proyecto. Consultada por la inspiración detrás de este modelo de inteligencia artificial, Belluomini explicó: “Kuvia nació como parte de nuestro proyecto final de carrera. Somos bioingenieras y, el año pasado, mientras buscábamos un tema para desarrollar, conocimos a nuestra tutora, la Dra. Teresa Pombo, una patóloga que nos habló sobre el proceso de diagnóstico en pacientes con cáncer. Juntas, vimos una gran oportunidad para aplicar nuestras herramientas de ingeniería y tecnología al servicio de la medicina, y así fue como empezó todo”.
En cuanto a la innovación del proyecto y su funcionamiento, la bioingeniera recibida del Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) detalló cómo el modelo combina tecnología y medicina para ofrecer una solución rápida y precisa. “Kuvia es un software de inteligencia artificial diseñado para detectar un biomarcador clave en imágenes de biopsias tumorales, esencial para seleccionar el tratamiento óptimo para cada paciente. El modelo fue entrenado para aprender y reconocer patrones específicos asociados a este biomarcador. Gracias a esto, puede analizar una imagen y detectarlo en cuestión de segundos, proporcionando una herramienta eficiente y económica”, indicó Belluomini.
La implementación y el impacto de Kuvia en países con recursos limitados pueden marcar una diferencia en regiones del mundo como nuestro país. “En países como Argentina, los métodos tradicionales para detectar este biomarcador no están disponibles en todos los centros de salud, lo que puede retrasar el diagnóstico y hacer que los pacientes esperen semanas para obtener un resultado”, subrayó Gorodisch. Y contó que Kuvia propone una solución más económica y mucho más rápida, democratizando el acceso al diagnóstico y permitiendo que más personas obtengan resultados en menos tiempo. “Esto es clave para iniciar el tratamiento lo antes posible y aumentar las oportunidades de éxito”, aseguró.
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Las bioingenieras Martina Belluomini, Andrea Erbetti, Ana Gorodisch y Olivia Sanguinetti, festejan el premio obtenido.
En cuanto a la repercusión que tiene en la comunidad médica, el proyecto no solo impacta a los pacientes, sino que también aporta valor a los profesionales de la salud. Al respecto, Gorodisch destacó que tiene el potencial de democratizar el acceso a tecnologías avanzadas de diagnóstico, permitiendo que más centros médicos, incluso en áreas con recursos limitados, puedan ofrecer análisis especializados. “Esto eleva los estándares de atención médica, facilita decisiones terapéuticas más precisas y contribuye a reducir desigualdades en el sistema de salud”, dijo.
Las cuatro bioingenieras se preparan para la presentación que harán en la Final Internacional que se realizará el próximo 2 de diciembre en Tokio, Japón. El equipo manifestó su emoción al ser reconocido en con la participación en este certamen internacional. “Sentimos una enorme emoción y orgullo. Este reconocimiento valida nuestro esfuerzo y dedicación”, manifestó Erbetti.
Además, la bioingeniera mencionó que para representar a Argentina en la tierra del sol naciente, están perfeccionando cada aspecto del proyecto, desde los detalles técnicos hasta la estrategia global porque quieren resaltar el impacto innovador del trabajo y mostrar cómo puede mejorar los tratamientos oncológicos. Y considera que la oportunidad de llevar Kuvia al escenario global es una plataforma para aprender y crecer. “Es un orgullo representar a nuestro país y mostrar nuestro compromiso con el avance de la medicina. Participar en un evento de esta magnitud nos permite establecer conexiones valiosas, recibir retroalimentación y seguir mejorando nuestra propuesta”, reflexionó.
Con respecto a la proyección internacional, el futuro y las posibilidades de expansión de Kuvia, las cuatro científicas ya tienen en mente cuáles serán los próximos pasos para fortalecer y diversificar su invención. “Queremos validar nuestra herramienta con datos de todo el país mediante un estudio multicéntrico”, explicó Sanguinetti. También manifestó que planean alianzas con instituciones médicas y laboratorios para masificar su uso. “A futuro, buscamos ampliar las aplicaciones de Kuvia para detectar otros biomarcadores clave en diferentes tipos de cáncer, aprovechando su versatilidad en el análisis de imágenes histológicas”, dijo.
Y para finalizar, las cuatro bioingenieras hablaron sobre la inspiración que pueden ser para otros jóvenes emprendedores y compartieron un mensaje motivador para quienes buscan innovar en ciencia y tecnología. “Háganlo. Tengan pasión por lo que hacen”, aconsejaron al unísono. Y concluyeron que como la ciencia y la tecnología avanzan a una velocidad increíble, no hay límites para lo que se puede lograr. "Empiecen de a poco y valoren sus avances. Pero lo más importante es: háganlo y crean en ustedes mismos. Las posibilidades son infinitas”, completaron.
En definitiva, Kuvia no solo representa un avance tecnológico, sino también una esperanza para mejorar el acceso a diagnósticos más rápidos y precisos en todo el mundo. Desarrollado por las cuatro bioingenieras argentinas, este modelo de inteligencia artificial ofrece una alternativa económica y accesible en países con recursos médicos limitados como el nuestro, democratizando el acceso a diagnósticos precisos.
Además, posiciona a Argentina como un referente en innovación médica. Por esta razón, la participación de las científicas en la Final Internacional en Tokio debe ser una inspiración para que otros emprendedores se animen a desarrollar soluciones que transformen realidades y salven vidas.