Cuando se trata de levantar capital, las startups uruguayas se enfrentan a varios desafíos, entre ellos competir por la atención de los fondos de inversión extranjeros, con gigantes en como México y Brasil en la región. Según datos de 2023, mientras que en un año la financiación de capital de riesgo para startups uruguayas fue de US$ 62 millones, fue de US$ 2.000 millones en Brasil, US$ 835 millones en México y US$ 134 millones en Argentina.
En este contexto, dos representantes de firmas globales de capital de riesgo repasaron en dialogo con Café y Negocios consejos para los fundadores uruguayos que quieren captar la atención de inversores internacionales.
Para Nicolas Sauvage, quien preside el área de capital riesgo corporativo de TDK Corporation, una empresa tecnológica japonesa, la clave para que las startups uruguayas atraigan capital es tener una mentalidad global.
“Si la startup quiere quedarse en un país pequeño, no atraerá capital de riesgo. Si tienen ambición global, lo atraerán, sin importar de dónde vengan”, aseguró en diálogo con Café y Negocios, en el marco del South Summit Brasil, un evento co-organizado por IE University y el Gobierno del Estado de Rio Grande do Sul que atrae a emprendedores, inversores, y líderes de la industria de la región y el mundo.
Esta visión global, explicó, va más allá de expandirse a la región: los inversores de capital de riesgo buscan actualmente emprendedores que aspiren a conquistar el mundo con sus ideas innovadoras y que sean los líderes en su sector.
“Buscamos que quieran tener éxito a nivel global, aunque la probabilidad sea muy baja, porque para eso estamos los fondos de capital de riesgo, podemos hacer apuestas incluso cuando las probabilidades son muy pequeñas, pero esa pequeña probabilidad debe poder darnos un resultado muy grande”, especificó sobre las lógicas de este mercado.
Por su parte, Arjuna Costa, cofundador y managing partner de Flourish Ventures (Estados Unidos), una firma global de capital de riesgo que se enfoca en fintechs de mercados emergentes de Asia, África y América Latina, coincidió con esta visión y añadió que además de Uruguay, países como Chile y Argentina también se enfrentan al desafío de pensar desde el inicio en la expansión por el tamaño de sus mercados.
“Los emprendedores de estos países son realmente muy buenos. Pero cada uno de sus mercados por sí solo es demasiado pequeño”, sostuvo. Además, mencionó que tener esta mentalidad en el segmento de fintechs es aún más desafiante, por las barreras regulatorias que existen en cada país, lo que a veces puede dificultar el desembarco en otros mercados.
En este contexto, un conocimiento técnico profundo, saber lidiar con la regulación y tener la habilidad de construir conexiones con el sistema local, son factores que los inversores tienen en cuenta a la hora de elegir dónde poner su dinero.
Para Sauvage, otro punto a tener en consideración es saber vender las ventajas que tiene el país y que los fundadores hagan énfasis en por qué les debería interesar a los inversores tener presencia en Uruguay.
“Expliquen cuál es el superpoder que se obtiene por estar en Uruguay. Tal vez tienen una propiedad intelectual especial que pueden aprovechar, y esa es la forma en la que realmente pueden convencer a todos los demás. Creo que todos estamos de acuerdo en que el talento está aquí, se trata más bien de cómo aprovechar las ventajas”, detalló.
Además, el especialista puso como ejemplo el caso del ecosistema de startups en Israel.
“Israel es tan bueno en este ecosistema porque es un país muy pequeño, entonces ninguna startup puede tener éxito solo con el mercado israelí, Tienen que pensar en lo global desde el inicio. Y creo que esa es la misma mentalidad que podemos adoptar en América Latina”, dijo sobre las oportunidades que tiene la región.
Los inversores también destacaron la importancia del talento y de un equipo sólido para la atracción de capitales.
En este sentido, sostuvieron que es fundamental que los cofundadores estén alineados y se centren en construir equipo. Muchas empresas, según mencionaron, fracasan porque los cofundadores dejan de llevarse bien luego de dos o tres años, algo que puede llegar a desintegrar una compañía, por lo que es algo en lo que ponen especial foco a la hora de elegir dónde invertir capitales.