A comienzos de este año, las aerolíneas brasileñas Azul y Gol (a través de Abra, su accionista mayoritario), firmaron un memorando de entendimiento estableciendo un proceso de negociación para combinar las compañías en una sola entidad.
El anunció sacudió al sector de la aviación en la región y sobre todo al de Brasil, ya que la futura aerolínea Azul-Gol controlaría aproximadamente el 60% del mercado doméstico del país, algo que ha generado preocupaciones por su impacto en la competencia y los precios de los billetes.
Ahora, en diálogo con el Financial Times, el director de la aerolínea brasileña Azul, John Rodgerson, dio más detalles sobre cómo avanzan las negociaciones y adelantó qué implicará la fusión. En este sentido, el director ejecutivo defendió la unión como “un impulso para un sector que aún lidia con las consecuencias financieras de la crisis del covid-19”, y aseguró que esto fortalecerá la industria de la aviación en Brasil y ampliará el número de rutas disponibles.
"Es una oportunidad para crecer, agregar más ciudades al mapa y aumentar la frecuencia de vuelos", dijo al mencionado medio, adelantando que los destinos atendidos por Azul pasarían de 150 a 200.
Según el CEO, el acuerdo podría incluso reducir los precios de los boletos en ciertos mercados, al aumentar la capacidad en el aire. Sin embargo, recordó que la caída del real brasileño tendrá impactos en los precios de los boletos, ya que ha encarecido el costo del queroseno y las piezas de repuesto.
La nueva Azul-Gol tendría ingresos anuales combinados de aproximadamente 37.000 millones de reales (US$ 6.200 millones), según cifras de 2023 consignadas por Financial Times, y una deuda neta total de unos 52.000 millones de reales, de acuerdo con los últimos informes financieros. Según Rodgerson, la empresa resultante tendría un menor costo de capital y se beneficiaría de compras conjuntas.
Según se informó en el documento inicial, el presidente de la futura empresa fusionada será de Abra, por un periodo inicial de tres años. En tanto, el CEO será designado por Azul, y el Consejo de Administración tendrá tres consejeros de cada una de ellas, así como tres independientes. Tras la fusión, las dos aerolíneas mantendrían sus marcas y sus certificados operacionales segregados bajo una única entidad listada en la bolsa.
Mientras que Gol se declaró en quiebra en 2024, Azul estuvo en negociaciones con sus acreedores en un proceso de reestructuración para reducir su deuda. Debido a esto, la fusión está sujeta a la autorización de las agencias regulatorias brasileñas y a la finalización del proceso de reestructuración de deudas en el que se encuentra Gol en EE.UU. Además, analistas del sector creen que las autoridades de competencia podrían exigir a la nueva entidad ceder espacios de aterrizaje en aeropuertos concurridos para obtener la aprobación regulatoria.
La opinión del gobierno de Brasil
Rodgerson reveló que discutió la idea de la fusión con el presidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva el año pasado. “Creo que él entendió completamente la lógica. Lula quiere que más personas viajen y en ese sentido, nuestros objetivos están totalmente alineados”, sostuvo.
A este visto bueno se le suman declaraciones del ministro de Puertos y Aeropuertos de Brasil, Silvio Costa Filho, quien sostuvo que la fusión se enmarca en una tendencia global de consolidación de aerolíneas y aseguró que podría ser clave para la generación de empleo y para preservar dos empresas importantes que atraviesan dificultades financieras.