Tu nuevo puesto dice: “jefe de procesos e innovación”, o “gerenta de marketing e innovación”, o “client success & innovation”. ¿Oficialmente te encargás de innovación y no tenés muy claro qué hacer? Salvo casos con un proceso establecido, te van a pedir que propongas un curso de acción y que “aterrices” la innovación.
No es lo mismo ser comensal que cocinero
En el restaurante te llega el plato armadito y pronto, y poco sabés de la cocina. En innovación es parecido, la información más disponible tiene que ver con “lo lindo que llena el ojo”: la creatividad, la tecnología novedosa, el tema de moda.
Pero eso no es suficiente para cocinar. Cocinar innovaciones desde una empresa requiere paciencia y oficio, mucho trabajo enfocado, y habilidad para entender y trabajar con seres humanos.
DALL-E cocinera innovando.jpg
Aclará expectativas
Los primeros seres humanos con quienes hablar cuando tomas tu nuevo puesto de innovación son los líderes que te pusieron allí. ¿Qué expectativas tienen? Con frecuencia, aparece esto:
- Queremos ver que la gente, al menos por momentos, trabaje proponiendo y con una visión que vaya más allá de su tarea específica.
- Queremos que diseñes un proceso que genere desarrollo y lo lleves adelante.
Así que hay dos cosas que es necesario entregar: momentos visibles de gente trabajando en forma más dinámica y creativa; y resultados concretos implementados, de cosas distintas a lo mismo de siempre.
El punto uno sin el dos, no alcanza. Los esfuerzos de innovación tiene que terminar en productos o servicios nuevos o transformados, procesos más eficientes, experiencias superiores, nuevos negocios, menores riesgos, etc.
Por lo tanto, si no implementás, no innovás.
Ganate a los hacedores
Los segundos seres humanos con los que quieres conversar son los compañeros y compañeras que tendrán a su cargo la implementación de lo nuevo.
Para ellos, que están muy ocupados, el nuevo proyecto es más trabajo, a veces sin garantía de que va a dar resultado, y con frecuencia los obliga a incomodarse y aprender. Es perfectamente comprensible.
Por otro lado, suele ser interesante colaborar con un proyecto de innovación. Le pone una nota de interés a su día y aparece una oportunidad de hacer una contribución diferente.
A las personas les gusta colaborar en innovación, en dosis tolerables. Operar dentro de esos límites te compete a ti.
Por ejemplo, empieza chico y con una cantidad de proyectos que sea absorbible por la empresa. Es importante tener en cuenta que un proyecto de innovación tiene 10% de creatividad concentrada sobre todo al inicio y un 90% de implementación que es, básicamente, trabajo.
Así que tu ancho de banda máximo es la capacidad de implementar, no la de generar ideas. Una mañana de ideación te puede dar trabajo para un año de construir, probar y poner a punto.
Entendé al jefe
El tercer grupo de seres humanos con quien hablar es tu sistema cliente. Es el que te paga, el que distribuye, el que colabora, el que recomienda, el que usa. Todos quieren algo de tus productos o servicios. Entendelos. Son tu jefe, el jefe de tu jefe y el del dueño.
Pasa tiempo con ellos. Conversa y comprende. Aprende cómo hacerlo profesionalmente y modela el rol para tus compañeros. Puedes obtener ayuda pero no lo delegues. Y después basa tus trabajos de innovación en sus historias.
En tu empresa, las personas tendrán ideas preconcebidas sobre los clientes. Algunas basadas en la realidad, otras en leyendas urbanas. No sos el único dueño de la voz del cliente, pero como responsable de innovación, es mandato tuyo.
Los debates “yo opino que el cliente prefiere A”, “yo opino que el cliente prefiere B” es mejor sustituirlos por: “fuimos a hablar con los clientes y resulta que prefieren C”.
Educate
Innovar es un área que se aprende. Buscá buenas fuentes e incorpora por acumulación lo que vayas necesitando. A continuación, algunos temas clave en los que enfocarte.
En gestión del cambio organizacional porque tu trabajo será ir cambiando un sistema humano complejo (empresa) para que sea capaz de poner en el mercado nuevas propuestas, de manera regular y sostenible.
En gestión de proyectos, porque ninguna innovación ve la luz si no es a través de un proyecto. Y una innovación que no ve la luz, no factura. Y si pasa tiempo y no hay nada para mostrar, chau departamento de innovación.
En el proceso, liderazgo y gobernanza de la innovación. Necesitas un proceso completo que te ordene la cancha y te ayude a desarrollar las mentalidades necesarias. Integrá pero no te quedes solamente en técnicas y herramientas como Customer Experience o Design Thinking.
Irás agregando otros conocimientos a medida que crezca la sofisticación y la demanda, por ejemplo alguno de estos: alinear el portafolio, establecer métricas, integrar con estrategia, adquisiciones de empresas y emprendimientos, innovación abierta, articulación con centros de conocimiento, etc.
Educate también en gestión, porque los líderes con estas competencias son más capaces de montar esfuerzos de innovación. En particular en negocios, ya que ellos son el centro organizador de la innovación.
¿Te tocó innovar? ¡Bienvenido/a a la cocina!
Emilio Oteiza, docente y consultor en innovación, fundador de Ignite consultoría en innovación.