Las relaciones sentimentales entre compañeros de trabajo son protagonistas de un sinnúmero de películas románticas que podríamos recomendar para ver en este San Valentín, 500 días con ella o Amor sin escalas, por nombrar algunas, de libros -como La Tregua de Mario Benedetti, y de numerosas discusiones: ¿están bien? ¿están mal? ¿son poco profesionales?, ¿pueden prohibirlas las empresas?
En Uruguay no hay una normativa específica que prohíba las relaciones entre compañeros de trabajo, pero algunas empresas suelen englobar el tratamiento de este tema en sus contratos, a través de códigos de conducta o en las políticas éticas, con cláusulas que alientan por ejemplo, a pedir que se informe al área de recursos humanos en caso de establecerse un vínculo.
En este sentido, Guzmán Saráchaga, gerente de estrategia de talento & capital humano de Advice, dijo a El Observador que si bien puede haber algún lineamiento interno, las empresas tienen que ser cuidadosas de no vulnerar los derechos de privacidad de las personas.
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Fotograma de la película "500 días con ella"
“Prohibir completamente las relaciones personales en el trabajo puede generar efectos negativos en el ambiente laboral. En lugar de eso, muchas empresas buscan establecer normas claras que permitan gestionar estas situaciones de la mejor forma posible”, explicó Inés Arrospide, country manager de Manpower Uruguay.
Según señalaron desde ambas consultoras, las empresas locales suelen tener políticas más flexibles con respecto a estos temas, mientras que las multinacionales acostumbran a tener regulaciones más específicas que vienen dadas por lineamientos corporativos de sus casas matrices.
¿Relaciones en el trabajo si o no?
Para Saráchaga la respuesta a esta pregunta pasa por la decisión personal de cuánto uno quiere que su vida personal y laboral se vinculen entre sí.
“No hay que desconocer que uno pasa mucho tiempo estrictamente vinculado con el trabajo y muchas veces tus compañeros son las personas con las que más compartís en tu día”, sostuvo.
En esta línea, mencionó que no hay que mirarlo con un sesgo negativo o solamente enfocado en el problema que pueden llegar a generar, sino que hay casos que resultan en historias de amor exitosas entre personas que comparten valores profesionales.
Sin embargo, no todas las relaciones amorosas tienen un buen final y eso constituye un desafío adicional en las repercusiones que puede tener en el ámbito laboral.
Por otro lado, para ambos expertos, las relaciones entre compañeros de trabajo en el mismo nivel jerárquico, siempre y cuando se mantenga el profesionalismo, tienen menos riesgos.
Pero la cosa cambia cuando existen relaciones de subordinación entre las partes.
“Cuando hay una diferencia jerárquica pueden surgir desafíos adicionales, como el favoritismo, percepción de injusticia con los demás colaboradores o riesgo de abuso de poder”, detalló Arrospide.
En este escenario, algunas empresas establecen pautas para manejar este tipo de situaciones, como la reasignación de roles o la supervisión adicional en procesos de evaluación y promoción.
“Las mejores prácticas incluyen actuar con neutralidad, fomentar el profesionalismo, ofrecer mediación en casos de conflicto y respetar la privacidad de los involucrados. Si hay un posible conflicto de interés, se pueden evaluar ajustes en la estructura organizativa para mantener la equidad y el buen clima laboral”, mencionó la country manager de Manpower.
¿Qué piensan las nuevas generaciones?
Una encuesta realizada en Estados Unidos por Society for Human Resource Management (SHRM) y consignada por el medio Fortune, muestra que aproximadamente el 17% de las personas tienen una relación con un compañero de trabajo, y que el 49% ha tenido un crush en la oficina. Esta tendencia se ve acentuada en las generaciones más jóvenes, en un mundo en el que las aplicaciones de citas y los encuentros cara a cara experimentan un declive.
Según la investigación de SHRM, el 33% de los trabajadores millennials más jóvenes y generación Z dijeron que estarían abiertos a un romance en el trabajo, en comparación con el 15% de los millennials mayores, el 27% de la Generación X y el 23% de los boomers y generaciones anteriores.
“Llega cierta edad en donde tus círculos de relacionamiento se van restringiendo, y entonces el círculo del trabajo empieza a tomar un lugar más importante en tu vida”, explicó el integrante de Advice.