En 2023 se supo que uno de los proyectos más sonados y grandes que pasaron por Uruguay fue, lisa y llanamente, una especie de gran estafa.
La serie se llamaba Conquest, era una producción de Netflix, era una historia de ciencia ficción distópica ambientada en un futuro cercano poblado por humanos artificiales y durante semanas fue filmada entre Montevideo, San Pablo y otros países del planeta, desde Kenia hasta Rumania, con el actor Keanu Reeves como uno de sus productores y un elenco multinacional. La asociación de Reeves con el proyecto tenía que ver con su director, Carl Rinsch.
Los dos habían colaborado previamente en la película 47 Ronin, donde entablaron una amistad que llevó a que en 2014, cuando Rinsch se casó en Montevideo con su (ahora ex) esposa uruguaya, la modelo Gabriela Rosés, Reeves visitara el país y se lo pudiera encontrar caminando por Carrasco. Tanto Rinsch como Rosés eran, a su vez, productores de esta serie, un proyecto del director que acarreaba desde hacía años, y que comenzó financiando por su cuenta.
En Montevideo, la serie movió a muchísimas personas durante su rodaje en setiembre de 2018 y fue una de las primeras iniciativas que se benefició del Programa Uruguay Audiovisual, un mecanismo que entre otras cosas procura la instalación de un sistema de cash rebate para producciones extranjeras, que implica la devolución de determinados impuestos a los proyectos foráneos que llegan a filmar en el país.
Conquest fue una suerte de punta de lanza para el boom audiovisual que siguió especialmente durante la pandemia, pero también un proyecto que quedó trunco y que terminó en una mega estafa.
Este martes, Rinsch fue arrestado en West Hollywood, California, por el delito de haber estafado a Netflix por más de 11 millones de dólares, en un caso que se funda en la utilización de los fondos de la empresa de Ted Sarandos para invertir en criptomonedas, así como otras compras de montos exorbitantes.
Según un informe publicado por The New York Times en 2023, Rinsch vendió el proyecto a Netflix luego de una puja entre varias plataformas, como Amazon, HBO, YouTube y Apple, a pesar de que el único precedente del director era 47 Ronin, una película que fracasó tanto en taquilla como a nivel de crítica. En ese momento, "Netflix quemó más de US$ 55 millones en la serie de Rinsch, y le dio control creativo y de presupuesto casi total, pero nunca recibió un episodio terminado".
De acuerdo a las denuncias recogidas en el artículo, hechas por parte del equipo técnico y el elenco de la serie, Rinsch se jactaba de poder predecir donde caerían los rayos, y de haber detectado un mecanismo secreto de transmisión del covid-19.
Además, se afirma que "gastó millones en acciones y en comprar criptomonedas", se compró un Ferrari y cinco Rolls Royce, ropa y muebles de diseño.
En ese marco, Rinsch impulsó una demanda contra Netflix en la que el director reclamó a la plataforma US$ 14 millones por incumplimiento de contrato. Netflix aseguraba que se resignó a ver el proyecto terminado, mientras que Rinsch dijo que esas denuncias eran erróneas, y que "no perdió la cabeza", según dijo en un posteo de Instagram que luego borró, junto a su cuenta.
Mientras que el rodaje en Montevideo no tuvo percances, el informe del New York Times establece que en San Pablo se denunció al director por maltrato al equipo de la producción, y que en otra instancia del rodaje, en Budapest, acusó a su esposa uruguaya de intentar asesinarlo, y tuvo un estallido público de rabia.
Entre cambios de guion y dudas sobre el futuro de la serie, Rinsch pidió a Netflix financiamiento adicional, más allá de los US$ 44 millones que ya se habían gastado. Se le concedieron otros US$ 11 millones, llevando la cifra total a US$ 55 millones. De esos US$ 11 millones, Rinsch usó US$ 10,5 millones para comprar acciones —entre ellas de una empresa que aseguraba tener la cura para el coronavirus— que le hicieron perder casi seis millones en pocas semanas, según datos bancarios a los que accedió el medio estadounidense.
El resto lo invirtió en la criptomoneda Dogecoin, aunque esa apuesta le funcionó, y terminó quedando con US$ 27 millones en el bolsillo, que usó para comprar los autos y demás excentricidades.
Todo esto llevó a que en 2021 la plataforma decidiera descartar el proyecto.