La comunicadora Paola Bianco es una de las caras más familiares de la televisión uruguaya, y aunque ahora hace algún tiempo que está alejada de la pantalla, sigue teniendo una presencia fuerte en los medios y sobre todo en sus redes, donde acumula miles de seguidores y que, según reveló, también se ha convertido en una fuente laboral. En ese sentido, Bianco contó una vez más que en ese espacio recibe frecuentes críticas y comentarios de odio por su exposición o sus cambios físicos, y que aunque con el tiempo ha aprendido a lidiar con ellos, le siguen afectando.
En una extensa entrevista publicada este jueves en la revista Galería, la exintegrante de El show de la tarde aseguró que siguen llegando "esos comentarios", y que le afectan según cómo la encuentren en el momento.
"Nunca es lindo leer que alguien te diga 'morite', no está bueno. Llegan esos comentarios. 'Me alegro de que te hayas quedado sin trabajo, la gozo'. Si te ponés a contestar a cada uno es peor, porque le das más trascendencia a ese que no tiene seguidores y te lo dice, pero es dolorosísimo", dijo.
"Dicen que cuantos más haters tenés, más gente te ama. Pero la verdad, te lo regalo. Es horrible", expresó.
Bianco también se refirió a que muchas veces ha preferido no leer comentarios, incluso cuando tiene la certeza de que son bien intencionados. También que sabe que muchos se relacionan con los cambios de su cuerpo, que se vinculan a la enfermedad de Hashimoto, un trastorno autoinmune que ataca la glándula tiroides y provoca cambios físicos significativos.
"También (me decían) cuando era flaca: 'comete un guiso'. ¿Por qué lo decían? No tienen ni idea. A eso no me acostumbro, es mentira si te digo que no me afecta, y si estoy triste por algo o más sensible me afecta más todavía", aseguró.
"Lo que me pasa con mi cuerpo es que toda la vida fui flaca. Siempre fui bailarina, un palo. Jamás tuve que hacer dieta, nunca tuve trauma con si estaba más gorda. Y me pasa, ahora que engordé de golpe, de entrar a una tienda y que me digan: 'no, ropa para vos no hay'. Me lo dicen a mí, que soy una mujer y me chupa un huevo, si querés. Pero se lo decís a una adolescente y está muy brava la cosa."
"Nadie mide lo que dice, y nunca sabés con qué está lidiando el otro", conclyó.