Si algo marcó la previa de los Oscar 2025 que se entregaron este domingo en Los Ángeles fue el escándalo de Emilia Pérez, que apareció con 13 nominaciones como una de las favoritas sin discusión, y se fue cayendo a pedazos por la culpa de sus propios responsables hasta irse casi con las manos vacías. Y si ese "casi" existe, es porque Zoe Saldaña logró escaparle a la mancha de su película y quedarse con el premio a Mejor actriz de reparto.
Para Saldaña, de 46 años, el premio puede significar un salto a una serie de papeles que hasta ahora estaban lejos de su carrera.
La actriz estadounidense de origen dominicano tuvo un camino bastante allanado en materia de premios para alcanzar su primer Oscar: antes, su trabajo en Emilia Pérez como la abogada Rita Mora Castro le dio el premio a mejor actriz en el festival de Cannes (compartido), el Globo de Oro, el BAFTA y el premio del sindicato de actores, por lo que las perspectivas de que triunfara en una categoría disputada eran bastante altas.
El personaje, además, ha sido para ella una construcción cercana a su historia de vida. Cuando ganó el BAFTA, Saldaña, que tenía tres abuelos dominicanos y uno puertorriqueño, afirmó tras recibir el premio que el personaje de la abogada Rita le resultó "familiar".
"Una mujer pasada por alto", a quien no se le dio el crédito que se merece" como ella misma ha sentido a veces en su propia vida personal. "Se convirtió en un personaje especial para mí", señaló Saldaña, añadiendo que el hecho de que la película fuese en español, su primera lengua, le permitió "conectar mi cultura con mi arte fue significativo para mí".
Sangre latina
Aunque nació en Nueva Jersey y creció en Nueva York, Saldaña pasó parte de su infancia en la República Dominicana, tras la muerte de su padre, cuando la actriz tenía nueve años. Una serie de disturbios políticos en la isla la llevaron de nuevo a Estados Unidos, y pasó el resto de su adolescencia en Jackson Heights, en Queens.
Formada en danza y teatro, Saldaña empezó a actuar a los 17 años en Faces, una compañía teatral de Brooklyn, y el perfil que empezó a edificar sobre el escenario llamó la atención de una agencia de talentos, con la que fichó y empezó su camino hacia la pantalla.
Su primera aparición fue en un capítulo de Law & Order en 1999, pero enseguida llegó su oportunidad con la película Camino a la fama, en 2000. Luego, empezó a cosechar pequeños papeles que la hicieron un rostro cada vez más conocido: en Piratas del Caribe, en La terminal, hasta que llegó el 2009.
Ese año, Saldaña tuvo dos papeles que cambiarían su carrera, dos roles que la sacaron al espacio exterior: fue la teniente Uhura en la nueva versión de Stark Trek de J. J. Abrams, y protagonizó Avatar, de James Cameron, donde se transformó gracias el CGI en Neytiri, habitante del planeta Pandora. Así, se convirtió rápidamente en una parte central de esas franquicias, y estuvo en las secuelas de ambas — Star Trek: en la oscuridad, Stark Trek Beyond y Avatar: el camino del agua—.
Su consolidación como una actriz de grandes sagas llegó con su inclusión en el universo de Marvel: se encargó de interpretar a la iracunda Gamora, hija del villano Thanos, en las tres películas de Guardianes de la Galaxia. También estuvo en Avengers: Infinity War y Endgame.
Su participación en estas franquicias incrementó considerablemente su patrimonio, al punto que es una de las actrices más ricas de las que participó en el universo de Marvel. Con este Oscar, Saldaña se apunta también en el tablero del prestigio, y si se tiene en cuenta que lo hizo en medio del terremoto de Emilia Pérez, tiene doble valor.
