Este mes el Poder Ejecutivo dio a conocer los precios máximos de venta de los combustibles para abril, siguiendo con el criterio de fijación mensual que venía de antes. En paralelo, la ministra de Industria, Fernanda Cardona, dijo que el gobierno está estudiando con qué periodicidad se realizarán las futuras actualizaciones.
Desde junio de 2021 las tarifas se comenzaron a revisar de forma mensual utilizando como insumo el Precio Paridad de Importación (PPI) que publica Ursea.
Días atrás Cardona expresó que se buscará “rápidamente” un cambio normativo para modificar lo que está establecido en la ley de Urgente Consideración. Allí dice que los precios deben actualizarse con una periodicidad máxima de 60 días.
Según Cardona, en un “escenario de mínima” los precios se deberían revisar cada seis meses. Ese punto se viene analizando con el Ministerio de Economía y Finanzas y con Presidencia de la República.
Antes que se utilizara el PPI mensual, las tarifas se ajustaban comúnmente en enero y se volvían a revisar recién en diciembre. Esto ha sido marcado como un problema por los analistas, en la medida que en el pasado fue utilizado por el Poder Ejecutivo para hacer caja.
Precios de combustibles y expectativas de inflación
¿Cómo se trasmiten los shocks de precios globales de la energía a las expectativas de inflación de las empresas en un país importador de petróleo? A esa pregunta buscan responder los economistas Jorge Ponce y Miguel Mello en una investigación publicada en 2024 por el Banco Central del Uruguay (BCU).
Los autores encontraron que las políticas de precios de combustibles afectan la forma en que las empresas forman expectativas de inflación y, a su vez, la intensidad de la transmisión de los shocks –aumentos o caídas repentinas– de precios globales de la energía a la inflación local.
Según se explica, en períodos donde los precios locales de los combustibles siguieron “muy de cerca” la evolución de los precios internacionales, las empresas ajustaban rápidamente sus expectativas inflacionarias, reflejando las condiciones globales en solo dos o tres meses.
En tanto, en años más recientes, se adoptó un enfoque intermedio mediante un mecanismo de “suavización". El trabajo señala que este sistema “modera” los aumentos y caídas de los precios internacionales antes de trasladarlos al mercado local, y resulta en “un impacto más gradual” sobre las expectativas inflacionarias de las empresas.
“Este enfoque diluye los efectos iniciales de los choques globales, haciendo que las empresas ajusten sus previsiones de inflación a lo largo de un período más extenso, alcanzando su punto máximo de respuesta alrededor de ocho o nueve meses después de un choque”, explican.
Por su parte, en otros períodos los precios locales de los combustibles se desacoplaron de la trayectoria de los precios globales de la energía, y se mantuvieron relativamente estables a pesar de caídas en los mercados internacionales. Durante esos momentos, las empresas internalizaron la política de precios locales y ajustaron sus expectativas de manera diferente, incluso reaccionando de manera negativa ante los aumentos globales de precios de energía, según el trabajo.
El estudio utilizó datos mensuales recopilados entre 2009 y 2023, junto con técnicas econométricas avanzadas.
Precios que “reflejen costos” y “suavicen volatilidad”
20250408 Gabriel Oddone, Ministro de Economia en ADM.
Foto: Inés Guimaraens
El ministro de Economía y Finanzas, Gabriel Oddone, afirmó el martes que si bien hoy se tiene una regla que sigue el precio paridad de importación, hay aspectos a “revisar” en el proceso de formación del precio final.
En ese sentido, dijo que los objetivos son dos: tener precios que “reflejen efectivamente los costos de producción” y al mismo tiempo “suavizar la volatilidad”, en la medida que se cuente con “espalda financiera”, como ya lo hizo la administración anterior cuando los precios subieron menos de lo que marcaba la regla en varias oportunidades.
“Presumo que no fue por el año electoral sino que fue por razones de buena gestión que se suavizó el aumento”, afirmó durante el almuerzo de trabajo de la Asociación de Dirigentes de Marketing (ADM).
El economista dijo que los ajustes de tarifas dispuestos en abril “trasladaron parte” de la baja observada en los precios internacionales, pero “no toda”, porque se buscó compensar “no subas” registradas en el período anterior.
¿En este contexto internacional de volatilidad de los precios considera que es una buena idea abrir la ventana de espacio a dos meses o seis meses como se manejó?”, le preguntaron a Oddone durante la ronda de consultas.
Oddone reiteró que eso se está evaluando, porque al interior de la cadena de comercialización hay paramétricas que ajustan mensualmente y otras que se actualizan en períodos más extensos, cada dos o más meses.
“Tenemos que encontrar la manera de hacer que la cronología de cambios sea lo más alineada posible, de tal manera de evitar que se produzcan descoordinaciones, porque cada descoordinación ante el aumento de precios en una parte de la cadena genera costos para el que está soportando ese proceso”, afirmó el ministro.