En la segunda parte del año pasado comenzó a notarse el efecto de Temu en las compras en el exterior. El régimen de encomiendas internacionales se había estabilizado luego del boom observado en los primeros años de aplicación.
Pero las ofertas de la tienda china comenzaron a captar la atención de los usuarios. El pico se observó en diciembre cuando se realizaron 166.900 operaciones, cifra récord desde el comienzo de la franquicia, que permite tres compras anuales por persona por un máximo de US$ 200 por vez y con un tope de 20 kilos. Cumpliendo esas condiciones la mercadería ingresa al país exenta de impuestos de importación. En febrero de este año, la Dirección Nacional de Aduanas (DNA) constató la llegada de 155.127 envíos.
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El dato no pasó desapercibido y encendió luces amarillas en los comerciantes locales. La preocupación la trasladó el presidente de la Cámara de Comercio, Julio César Lestido, en un almuerzo empresarial efectuado la semana pasada.
“Hay un nuevo jugador que ingresó para modificar el escenario local: el efecto Temu. Este fenómeno está revolucionando el comercio electrónico internacional y Uruguay no es la excepción”, dijo el empresario.
La estimación de la gremial fue que las 155.127 transacciones de febrero fueron por US$ 15 millones. El cálculo lineal es que la franquicia de encomiendas internacionales le resta ventas al comercio local por US$ 180 millones al año.
Pero no solamente esa opción cobró fuerza entre los consumidores y amplió el malestar de los comerciantes.
Además de la franquicia de encomiendas internacionales está vigente el régimen simplificado de importación.
Esta modalidad permite el ingreso de productos del exterior con el pago de un tributo único, equivalente al 60% del valor de la mercadería, con un impuesto mínimo de US$ 10.
Al igual que la franquicia valida operaciones por hasta US$ 200 y 20 kilos por vez. La diferencia es que no tiene una cantidad máxima por año. Es decir, el usuario puede adquirir productos en el exterior todas las veces que quiera siempre que pague el 60% de impuestos establecidos por el régimen simplificado.
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Compras por Internet
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La Cámara de Comercio informó este martes que esta modalidad ganó protagonismo en el último año en paralelo a la expansión de Temu.
Según la gremial, hasta abril de 2024 se registraban en promedio 6.500 envíos mensuales amparados en ese régimen. Pero en mayo comenzó a registrarse un fuerte crecimiento y en diciembre se realizaron 160.000 compras (cifra similar a la franquicia).
El crecimiento interanual fue de casi 2.000%. Las compras bajo el régimen simplificado pasaron de US$ 4 millones en 2023 a US$ 18 millones en 2024, con aumento de 315%.
Impacto en comercios locales
La cámara indicó que las compras realizadas el año pasado a través de las dos modalidades representaron el 10,1% del total de las importaciones de vestimenta y el 16,8% de los juguetes.
Explicó que esa situación genera un menor volumen de ventas a nivel local y una reducción de la recaudación fiscal. “Los empresarios deben competir con productos importados bajo condiciones muy diferentes”, expresó la gremial y agregó que mientras un comercio establecido enfrenta múltiples tributos y costos de importación, los artículos que ingresan bajo estos regímenes están exentos de aranceles y otros impuestos.
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Christine Schorn una de las creadoras de Ropateca
Ejemplificó que en la ropa que ingresa bajo el régimen general de importación (de un origen por fuera del Mercosur) debe pagar un arancel de 20%, tasa consular de 5%, IVA del 22%, adelanto de IVA de 10% y adelanto del Impuesto a las Rentas de las Actividades Económicas (IRAE) de 15%. Esos tributos generan un costo adicional en el artículo de 81,4% sobre el precio original.
En ese contexto, los empresarios afirman que la solución no pasa por limitar las opciones del consumidor, sino por garantizar condiciones equitativas para los comercios formales.
Una de las solicitudes de la cámara es reducir costos y barreras arancelarias y tributarias para los comerciantes locales. También propone un aumento de los controles para garantizar que la mercadería ingresada bajo a franquicia de encomiendas internacionales o el régimen simplificado cumpla con la normativa vigente. Por último pidió que se defina una estrategia clara para mitigar el impacto en el comercio minorista, especialmente en las pequeñas y medianas empresas.
Compras web en la discusión parlamentaria
La semana pasada, diputados colorados presentaron un proyecto de ley para modificar el régimen de franquicias y habilitar que cada envío tenga un máximo de US$ 500.
En la exposición de motivos señalaron que la limitación actual de los US$ 200 “se ha tornado insuficiente para responder a las necesidades de los consumidores y a las dinámicas del comercio internacional”.
En ese sentido, los diputados mencionaron que incrementar el monto máximo a US$ 500 “permitiría una mayor flexibilidad en la adquisición de productos del exterior, sin comprometer la fiscalización aduanera ni afectar significativamente a la industria local”.
El proyecto fue analizado posteriormente en la Comisión de Hacienda de Diputados. Uno de los impulsores del texto, el colorado Juan Martín Jorge indicó que la propuesta tiene como objetivo ampliar la libertad de los consumidores, sin descuidar la postura del comercio local establecido.
Desde el Frente Amplio, la legisladora Susana Camarán mostró su desacuerdo en las restricciones, como las que propone el régimen sobre la cantidad de operaciones anuales y el monto de compra, aunque planteó un matiz. “Creo que este tema tiene un fuerte contenido político y de riesgo para el país, para los trabajadores y para las empresas que se debe considerar”, dijo.
Una de las posibilidades que se manejó en la comisión –propuesta por el frenteamplista Bruno Giometti- fue solicitar un estudio de impacto al Ministerio de Economía (MEF) para poder evaluar luego las consecuencias que tendría el cambio en la franquicia.