“El empuje privado, con los incentivos adecuados y sin trabas del Estado, es el motor para avanzar”, dijo este martes el economista Ignacio Munyo, director ejecutivo del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres).
Durante una disertación en la que participaron unos 500 empresarios, Munyo afirmó que esa es "una lección aprendida”, y puso como ejemplo algunos casos de éxito que existen hoy en la economía de Uruguay.
Entre ellos mencionó al sector de tecnologías de la información, que en los últimos 25 años pasó de representar el 0,2% del PIB en exportaciones (un nivel similar al de Argentina) a casi el 3% del PIB (superando a Dinamarca, líder mundial en la materia), con unos US$ 2.000 millones en exportaciones y más de 22.000 empleos directos.
También mencionó al sector forestal, que en los últimos 25 años pasó de representar el 0,2% del PIB en exportaciones (un nivel similar al que tenía Argentina) al 4% del PIB (equiparable al de Finlandia, líder mundial en la materia), generando más de US$ 2.800 millones en exportaciones y más de 20.000 empleos directos.
En contraste con esos sectores exitosos, el economista destacó otros casos relevantes para la economía, como los lácteos y el turismo —el primero perteneciente al sector de bienes y el segundo al de servicios—, que aún no logran superar sus niveles históricos de producción.
Según afirmó, aunque existen diversos programas de apoyo y exoneraciones fiscales, estos no están articulados, lo que contribuye a que las reglas del juego sean difusas y carezcan de un horizonte temporal claro para quienes toman decisiones de inversión a largo plazo.
Además, en ambos casos se requiere mayor inversión en promoción internacional para que la demanda global existente se pueda materializar en expansión productiva local, señaló.
Para Munyo, los factores comunes para el éxito muestran que, para que el sector privado pueda liderar el desarrollo se requieren determinadas condiciones.
Entre ellas mencionó el “acceso a mercados externos relevantes, con promoción proactiva; y tendencia y perspectivas de demanda futura sostenida”.
También es un requisito relevante, “la capacidad productiva, que se traduce en la necesidad de recursos naturales y humanos suficientes y adecuados, con empresarios que interactúan en un entorno competitivo con estándares globales y con un ecosistema local integrado”.
Por último, destacó un aspecto clave: la rentabilidad. En ese sentido, mencionó que es necesario “asegurar los incentivos tributarios adecuados para fomentar la inversión privada, con seguridad jurídica sostenida y alineada internacionalmente”, como forma de mostrar un país moderno que entiende las reglas de juego del mundo.