En febrero de este año, el Parlamento aprobó una ley para regular la actividad de los trabajadores de plataformas digitales, tales como PedidosYa, Uber, Cabify, Rappi, entre otras. Sin embargo, las autoridades del nuevo gobierno se oponen a la normativa aprobada por entender que se le “restaron derechos” a estos trabajadores.
La discusión de fondo con este tipo de trabajos a través de plataformas móviles, tiene que ver con la naturaleza jurídica del vínculo laboral, es decir, con la definición de si estos trabajadores son independientes o autónomos.
Si bien la ley uruguaya definió derechos laborales mínimos para estas personas, en su mayoría choferes y repartidores, no resolvió la problemática central de esta nuevas formas de contratación tras dejar sin definir el tipo de relación laboral que existe entre la plataforma digital y el trabajador.
En cambio, la ley determinó que serán las partes involucradas las que indiquen qué tipo de vínculo tienen y si hubiera un conflicto entre el trabajador y la empresa, se definió que será la Justicia la encargada de dirimir de qué tipo de vínculo laboral se trata.
La ley uruguaya “consolida el poder de las multinacionales”
Para el actual subsecretario de Trabajo y Seguridad Social, Hugo Barreto, la ley aprobada por el Parlamento uruguayo “elige la peor de las opciones” para determinar “con la mayor precisión posible” las fronteras entre el trabajo en relación de dependencia y el autónomo.
En una reciente exposición virtual organizada por Clacso, el subsecretario dijo que la normativa aprobada “consolida el poder de las grandes empresas, de las multinacionales, frente a un trabajador que se lo pretende autónomo por el solo hecho de recibir órdenes de manera digital y contar con un medio de locomoción propio que puede llegar a ser una bicicleta”.
En ese sentido, Barreto dijo que “el punto no resuelto, todavía” es cuál es el mejor mecanismo para regular este tipo de relaciones laborales.
Hugo Barreto.
Hugo Barreto, subsecretario de Trabajo y Seguridad Social
Foto: Leonardo Carreño
Entre sus críticas, el subsecretario apuntó contra sus colegas y cuestionó que otros abogados laborales “se regodean” al decir que la ley uruguaya reconoce algunos derechos al trabajador de este tipo de plataformas.
“Eso se ve como positivo pero viendo el lado oscuro de esto, en realidad más que reconocerle le están restando derechos que son los que le corresponden como trabajador dependiente. No hay ninguna valoración positiva”, criticó Barreto en alusión al reconocimiento del ingreso mínimo y algunos rangos de protección social.
Por otro lado, el subsecretario dijo que con la ley que se aprobó “queda en el tintero” el derecho de los trabajadores autónomos a la libertad sindical y la negociación colectiva. “Sirviéndose del argumento de que son pequeños emprendimientos, muchas opiniones expresan que no pueden tener derecho a la negociación colectiva”, cuestionó Barreto.
Algunas alternativas planteadas
El subsecretario se refirió a posibles caminos regulatorios para determinar el tipo de vínculo laboral en contextos como el trabajo en plataformas. Señaló que una opción viable es que “la misma ley o la misma regulación dote y provea de criterios al decisor judicial” para que este pueda evaluar cada caso.
En esa línea, mencionó la Recomendación 198 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), que establece una serie de criterios o indicios para identificar el tipo de vínculos laborales. También hizo referencia al modelo español, donde la normativa “establece una presunción de laboralidad”, facilitando la protección de los trabajadores frente a relaciones ambiguas o encubiertas.
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Foto: Inés Guimaraens
Una solución “pobre” y alejada del debate internacional
Para el subsecretario, la ley es "una mala solución desde el punto de vista de nuestro derecho" y también se mostró crítico con lo aprobado en materia de regulación de teletrabajo.
Según Barreto, estas soluciones han sido "pobres" y no están a la altura de las expectativas generadas por los desafíos actuales del mundo laboral. Además, expresó su preocupación por el escaso avance en este terreno, considerando el contexto de la próxima Conferencia Internacional del Trabajo.
En ese marco, destacó que, si bien el debate no será sencillo, existe una base sólida para discutir: "hay un documento preparatorio de la OIT que ha recibido los puntos de vista de los gobiernos y de las organizaciones de trabajadores y de empleadores como nunca antes", dijo y remarcó que ese insumo anticipa un debate "en serio" sobre "algunos de estos problemas fundamentales que no son tan nuevos", lo que refleja la necesidad urgente de una regulación más adecuada y moderna en relación al trabajo digital.