La profundización de Montevideo abre posibilidades de captar más carga regional; el sector exportador advierte por cancelaciones de buques
A nivel empresarial y gubernamental se percibe que la profundización del puerto de Montevideo abre un abanico de oportunidades regionales. Sin embargo, en el sector exportador persiste una preocupación por los costos operativos y la conectividad.
Hace más de una década la delegación uruguaya en la Comisión Administradora del Río de la Plata (CARP) presentó una solicitud para dragar el canal de acceso al puerto de Montevideo a 14 metros. El pedido quedó pendiente durante cuatro gobiernos argentinos hasta que los cancilleres Omar Paganini y Diana Mondino alcanzaron un acuerdo en enero de este año. Actualmente se realizan los primeros trabajos que luego continuará el consorcio chino CHEC Dredging Company Limited.
En diferentes sectores hubo coincidencia en que la profundización le generaría ventajas competitivas a Montevideo frente a su principal competidor Buenos Aires.
Días atrás, el presidente de la Cámara de la Construcción, Alejandro Ruibal, hizo algunas consideraciones al respecto.
“Montevideo a 14 metros es el único puerto de aguas profundas del Río de la Plata”, sostuvo. Actualmente Buenos Aires cuenta con 10 metros.
Para el empresario se abre la posibilidad de captar carga regional que redundaría en el crecimiento de la actividad portuaria del país. “Si se logra mejorar el desarrollo de la infraestructura de interconexión con otros países, el hinterland (zona de influencia) del puerto de Montevideo se multiplica por tres”, aseguró. Eso ocurriría con la llegada de mayor mercadería procedente de Paraguay en tránsito más otras cargas bolivianas.
“Les va a salir más caro salir por Brasil. Hay que liderar dentro del Mercosur. Si se logra que los paraguayos y los bolivianos salgan por Montevideo, el Mercosur empieza a andar de otra manera”, dijo Ruibal en la conmemoración del Día de la Construcción.
En el mismo acto, el presidente Luis Lacalle Pou se refirió al potencial de otros puertos, como el de Fray Bentos o la propuesta de instalar una terminal en Soriano. Este proyecto es impulsado por un grupo de inversores paraguayos con la intención de movilizar la celulosa que producirá la planta de Paracel.
La inversión prevista es de US$ 150 millones y el emprendimiento tiene el objetivo de posicionar a Uruguay como punto pivot de entrada y salida de la región, facilitando además a los países mediterráneos el acceso a mercados internacionales. También pretende complementar el sistema portuario de Nueva Palmira, ubicado a 10 kilómetros de distancia.
Sin embargo, algunos sectores observan con preocupación el funcionamiento del puerto de Montevideo, más allá de entender la importancia de la profundización a 14 metros. Por un lado, los altos costos tarifarios; por otro, algunos incidentes fuera de fronteras que tienen repercusión local.
A principios de mes una serie de paros afectó puertos de Estados Unidos. Los 45.000 trabajadores agremiados a la Asociación Internacional de Estibadores (ILA) comenzaron el martes 1º de octubre una huelga por aumentos salariales y en rechazo a un proceso de automatización portuaria.
Los paros afectaron la actividad de 14 puertos de la costa este de Estados Unidos. Las medidas duraron tres días, pero bastaron para encender las alarmas de distintos sectores productivos y del comercio norteamericano.
Algunos analistas estimaron que si la huelga se hubiera extendido hasta una semana las pérdidas generadas habrían sido de US$ 3.780 millones. Finalmente los representantes de la ILA acordaron aspectos salariales con la Alianza Marítima de Estados Unidos y los trabajadores retomaron sus tareas.
Pero la detención de actividades tuvo algunos coletazos. La presidenta de la Unión de Exportadores (UEU), Carmen Porteiro, dijo a El Observador que la gremial sigue de cerca la cancelación de buques en el puerto de Montevideo. El último ejemplo fue la huelga.
“A veces suceden cosas en otras partes del mundo, como el paro en los puertos de Estados Unidos, que terminan afectando a Montevideo”, señaló. La gremial realiza un seguimiento de las cancelaciones de buques cargueros que se produjeron en los últimos meses. “Hay barcos que se atrasan y terminan salteando puertos. Y uno es Montevideo”, expuso.
“No vamos a tener la posibilidad de inferir en un paro en Estados Unidos, pero sí de buscar la forma para que Montevideo no sea el puerto que se saltee, que tenga frecuencias y las capacidades necesarias en bodega”, añadió.
En paralelo, la UEU también trabaja en un monitor de costos portuarios. “Los locales están altos en relación a otros de la región”, expresó Porteiro. Algunos estudios comparativos realizados señalan que los costos del puerto de Montevideo son cuatro veces más caros en relación a Río Grande do Sul (Brasil) o San Antonio (Chile).
