La fábrica de Fanapel se encuentra a la venta desde hace meses. Pese a que es ofrecida como una oportunidad ideal para nuevos proyectos, el predio de la emblemática industria papelera no ha logrado captar la atención de interesados.
Las instalaciones son linderas al puerto de Juan Lacaze, a 150 kilómetros de Montevideo y 88 de Buenos Aires. Por eso, se lo presenta como una zona que tiene una ubicación estratégica e ideal para desarrollar emprendimientos logísticos y servicios portuarios.
Fanapel cerró en enero de 2017 tras años de sobresaltos. Dos meses después, el presidente Tabaré Vázquez llegó hasta Colonia con la intención de reactivar la zona y generar nuevos emprendimientos que fueran una alternativa para la mano de obra perdida. Uno de los proyectos que se manejaron fue, precisamente, para impulsar la actividad portuaria de la zona.
A principios de 2018 comenzaron obras dispuestas por la Administración Nacional de Puertos (ANP) con ese objetivo. Ese año, el presidente de la ANP, Alberto Díaz, informó que había dos proyectos privados para desarrollar.
Uno pretendía establecer un servicio regular de transporte fluvial de carga que uniera Colonia y Buenos Aires. El emprendimiento era promovido por dos empresarios uruguayos que ya habían resuelto la compra de un buque diseñado especialmente para operar en el puerto de Juan Lacaze.
El otro proyecto pertenecía a una naviera paraguaya que tenía la intención de utilizar las instalaciones portuarias como zona de tránsito de mercadería.
Cuando se esperaba que alguno lograra concretarse, el anterior gobierno anunció la expropiación de predios de Fanapel con el objetivo de ampliar las obras en la zona.
Pero pese a los impulsos oficiales los dos proyectos se diluyeron con el paso del tiempo.
Ahora se intenta que algún inversor se interese por la exfábrica de papel. El llamado lo realiza Vanoli-Brun Rematadores. La oferta es por un lote de 75 mil metros cuadrados con más de 43 mil edificados, distribuidos en tres padrones.
Se ofrece un conjunto de edificios construidos en distintas épocas y de diversas características constructivas dependiendo de cada sector (oficinas, chiperas, celulosa, talleres, laboratorios, oficinas y depósitos).
Entre la maquinaria ofertada hay un sistema de alimentación de caldera, unitizadores de troncos, un generador de vapor a biomasa, transformadores, equipos especiales de aire acondicionado y un sistema de cañería a vapor con aislación térmica.
El llamado a interesados está vigente desde hace meses y no tiene fecha de finalización.
El fin de Fanapel
En enero de 2017, el presidente Tabaré Vázquez se reunía en Helsinski con el gerente general de UPM para avanzar en negociaciones sobre la instalación de una segunda planta de celulosa en Uruguay.
Ese mismo día y dos horas más tarde, la gerencia de Fanapel comunicaba a los trabajadores el cierre de la fábrica de papel, pese a que el Poder Ejecutivo buscaba opciones para el emblemático emprendimiento en Colonia. Un mes antes, la empresa había enviado a todos los empleados al seguro de paro.
En marzo de 2017 se anunció la extensión del subsidio por un año y el comienzo de cursos de capacitación a través del Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop).
Además de los proyectos portuarios que fueron manejados a nivel gubernamental también se intentó otro emprendimiento: la instalación de una planta de cultivo y procesamiento de cannabis con fines medicinales. Sin embargo, en los primeros meses de la pandemia, la compañía canadiense al frente del proyecto decidió redireccionar la inversión hacia Colombia.