El cierre de Yazaki a fines de enero generó una caída de las exportaciones autopartistas en el comienzo del año. Con cerca de 1.000 trabajadores despedidos existe preocupación en el sector por la falta de inversión y la competencia con mercados cercanos como Argentina, Brasil y Paraguay que ofrecen mejores condiciones.
El 30 de enero, la dirección de Yazaki comunicó a los trabajadores el cierre de las dos plantas ubicadas en Colonia y Canelones. La compañía, instalada en Uruguay desde 2007, indicó que la decisión había sido tomada por los altos costos de producción que afectaron significativamente las posibilidades de competir en los mercados globales.
Añadió que “las constantes paradas de producción dispuestas por el sindicato” habían puesto en riesgo el cumplimiento de la entrega de productos a clientes. Tomando en cuenta esos aspectos definió mover sus operaciones a otras fábricas propias en Argentina y Paraguay.
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Captura Youtube Yazaki
El impacto del cierre se notó rápidamente en las exportaciones del tipo de autopartes que producía Yazaki. Entre enero y marzo de este año se efectuaron operaciones por US$ 5,7 millones. Casi US$ 5,5 millones correspondieron a la japonesa y fueron de juegos de cables para bujías de encendido y de otro tipo utilizados en vehículos.
La gran parte de esas ventas se cerraron en enero. El segundo exportador fue Neorol con US$ 117.166. Argentina fue el principal comprador con US$ 5,5 millones. En la comparación interanual se observó una caída de 61%, ya que entre enero y marzo de 2024 se habían exportado US$ 14,6 millones y el principal vendedor había sido la multinacional con US$ 14,5 millones.
Un informe del Instituto Uruguay XXI mencionó que entre enero y febrero de este año las exportaciones de componentes autopartistas descendieron 11%. Sin embargo, en el desglose mensual se verifica que en febrero las ventas externas retrocedieron 40%, algo que se explica por el cese productivo de la autopartista japonesa.
La caída de la actividad genera incertidumbre. El presidente de la Confederación de Sindicatos Industriales (CSI), Danilo Dárdano, dijo a El Observador que la situación del sector es observada con preocupación por los trabajadores. “Yazaki no fue la única que cerró”, comentó el dirigente. La referencia más cercana fue Fanacif. En abril del año pasado, la compañía –propiedad de la brasileña Frasle Mobility- anunció el cese de sus operaciones en Uruguay.
En un comunicado, la empresa informó que la decisión fue el resultado de un análisis de estrategia de optimización en respuesta a los desafíos comerciales enfrentados a lo largo de los últimos años. Entonces decidió mover sus operaciones a otro destino regional, en este caso a Brasil. Nueve meses después sucedió lo de Yazaki.
“Si no se le pone pienso, compromiso y propuestas concretas para la industria estamos en una situación complicada”, expuso Dárdano. “No se vislumbra en el corto plazo alguna inversión importante que pueda absorber la mano de obra”, añadió.
Para que el sector recobre dinamismo se debe producir un equilibrio entre los costos laborales, los productivos y las exoneraciones tributarias que se ofrecen para la instalación de empresas en el país.
Una de las iniciativas –incluso trasladada a representantes del Poder Ejecutivo- es flexibilizar el régimen de promoción de inversiones con la finalidad de alentar la llegada de capitales al sector.
De esa manera se podrían contrarrestar las ventajas competitivas que ofrecen mercados cercanos como Argentina, Brasil y Paraguay.
El después de Yazaki
El cierre de Yazaki generó posiciones enfrentadas. La Cámara de Industrias (CIU) no mostró sorpresa por la salida de la compañía e incluso manejó que la situación de la autopartista también se percibía en otras empresas. Incluso, el presidente de la CIU, Leonardo García, advirtió sobre la existencia de “varias Yazaki” dentro del sector industrial.
En contraste, la decisión llamó la atención de actuales integrantes del Poder Ejecutivo. El ministro de Trabajo, Juan Castillo, mostro preocupación por los cierres o reestructuras de empresas que se habían verificado en enero, sensación compartida por sindicatos industriales y el PIT-CNT.
Más allá de intentos de negociación que concluyeran en una reapertura, la posición de Yazaki fue irreversible y abandonó el país.
Dárdano comentó que los trabajadores cesados se encuentran en un régimen de seguro de paro especial y comenzando cursos de formación profesional.