Con la mayoría de los distribuidores MOSA tiene una relación de varias décadas; y si bien la red se va ampliando año a año, muchos de ellos crecieron en su producción a la par de la empresa “o más” según Maneiro. Esto queda claro, porque aunque el área sembrada de cebada para MOSA se triplicó en los últimos 10 años, la cantidad de distribuidores solo se duplicó.
La cadena de producción de la cebada cervecera es una cadena de valor muy importante para Uruguay. A nivel agronómico es una buena alternativa de siembra para el invierno y de negocios tanto para productores como para distribuidores. Por cada bolsa de semillas entregada a un productor los distribuidores “tienen una infinidad” de servicios para ofrecer a los productores; desde asesoramiento, provisión y aplicación de insumos y servicios logísticos entre otros.
Entre noviembre y diciembre de cada año se cosecha el 100% de la cebada cervecera que será utilizada en el proceso durante todo el siguiente año. Sin embargo esa cebada recién se va a empezar a maltear en marzo. Mientras tanto se almacena en silos que deben ser controlados y monitoreados en cuanto a los principales factores que influyen en la conservación: humedad y temperatura.
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Foto: Bruno Maneiro
MOSA tiene una planta de silos de cebada con una capacidad de 50.000 toneladas estática, por lo que para alcanzar la producción anual se debe rotar 6 veces para recibir todo el volumen necesario. Durante ese período los distribuidores, que en su mayoría tienen plantas de acopio, dan el servicio de almacenamiento de la cosecha, y “eso también los hace optar por la cebada porque le agregan mucho valor por el acopio” comentó Maneiro.
Hoy MOSA necesita entre 280.000 y 290.000 toneladas por año de cebada de calidad cervecera para el proceso industrial de un año. Ya que el contrato obliga a comprar el 100% de lo producido con calidad, “puede ser que estés comprando esa cantidad justa o que termines comprando 350.000 toneladas” explicó Maneiro y agregó que si se da un excedente, se destina a exportación.
Este año, dadas las condiciones, la expectativa es que la producción va a estar “por encima de la media” de los últimos 10 años de calidad de recibo, que es 3200 kg por hectárea. Si bien aún falta concluir un mes fundamental como octubre, las perspectivas son optimistas.
“Ya empezamos a planificar toda la logística para el recibo de la cosecha, ya que el servicio lo brindamos nosotros, a través de plantas de silos contratados” adelantó Maneiro. Por ahora estiman que se van a superar las 350.000 toneladas de recibo, aunque no pueden dar un número final exacto: “pero si estamos viendo muy buenas condiciones para el cultivo, por lo que sin duda se va a estar alcanzando el abastecimiento y ya pensamos en una posible exportación” concluyó