En el mundo empresarial actual, el liderazgo femenino ha dejado de ser una excepción para convertirse en un motor clave de cambio y crecimiento. En DIVINO, esta transformación es evidente: en cinco de once gerencias de la empresa hay una mujer a cargo. Incluso en áreas tradicionalmente masculinas como producción, infraestructura edilicia o sistemas. Las mujeres en posiciones de liderazgo han contribuido a la evolución de la empresa con su visión innovadora, su capacidad para gestionar equipos y su habilidad para enfrentar desafíos con resiliencia.
Algunas con poco más de un año y otras con varias décadas siendo parte de DIVINO, todas coinciden en que la equidad de género es parte del ADN de la empresa y que se dio de forma natural. “En DIVINO hay un ambiente que permite que el crecimiento suceda de manera natural, basado en la dedicación y el esfuerzo de cada persona” contó Rosario Mari, gerenta de Producción. “La equidad no es solo una acción aislada en DIVINO, sino una parte integral de nuestra cultura, que está presente en todos los niveles de la organización, desde la base hasta la alta dirección” agregó María Inés Olivera, gerenta de Sistemas.
Con más de 40 años dentro de la empresa y habiendo pasado por varias jefaturas y gerencias, Gloria Novoa, actual gerenta edilicia destaca este ambiente donde las oportunidades se dan independientemente del género: “ha sido un camino de aprendizaje constante, con momentos de gran satisfacción y otros más desafiantes, pero siempre con la certeza de estar contribuyendo al desarrollo de una empresa familiar que ha crecido sin limitaciones y sin barreras de género”.
La impronta de liderazgo femenino se traduce en números: el 41% de los colaboradores de la empresa son mujeres y es aún más evidente en los puestos de liderazgo: casi un 50% de las gerentes son mujeres y 65% de las jefaturas están también ocupadas por mujeres. Según las entrevistadas, esto deriva en un ambiente en el que se generan “equipos colaborativos, en los que se promueve la escucha activa y el equilibrio de estrategia con creatividad haciendo de los detalles el gran diferencial” comentó Victoria Dutra, gerenta de Marketing y Comunicaciones Corporativas, además de ser de por sí un elemento empoderador: “es motivador ver a varias mujeres en posiciones de liderazgo ya que demuestra que hay oportunidades reales” agregó Lucía Canclini, gerenta de Planeamiento.
Esta cultura de trabajo colaborativa es uno de los pilares fundamentales de DIVINO, donde se reconoce el valor de cada colaborador y se reconoce el trabajo bien hecho sin importar de quién venga: “eso genera un ambiente de confianza y respeto, donde cada uno puede desarrollar su potencial sin sentirse limitado por prejuicios o estructuras tradicionales” comentó Mari.
Entre ellas también coinciden en que, si bien existen líderes inspiradores tanto hombres como mujeres, hay un cierto estilo de “liderazgo femenino” que tiene su impronta. “más empático y más orientado a las personas, resultando en una mejor comunicación” resume Canclini.
El poder de inspirarse en otras mujeres
El apoyo entre mujeres ha sido un pilar fundamental en el crecimiento profesional de este grupo. Ver a otras que llegaron antes ha permitido que más mujeres se animen a asumir roles de liderazgo y desarrollen habilidades clave para la toma de decisiones.
“El hecho que se visualicen mujeres en cargos de relevancia es la prueba tangible de que se puede llegar, que las oportunidades están y que depende de uno misma prepararse para poder aprovecharlas cuando se presentan” reflexionó Olivera. Dutra, por su parte, tiene un pensamiento similar: “en mi caso, fui construyendo mi camino con mucho trabajo, pero también con referentes que me inspiraron a ir por más. Hoy, como líder, me gusta transmitir ese mensaje a otras mujeres: los espacios están, hay que animarse a tomarlos”. “Es importante que las nuevas generaciones lo vean como una posibilidad natural en su camino profesional” agregó Novoa.
Cuando además las mujeres llegan a espacios tradicionalmente masculinos como las áreas de Producción o Sistemas, este cambio puede implicar un doble desafío, pero que en Divino es visto como parte del proceso normal de la empresa: “fue un desafío interesante, pero no algo que se percibiera como fuera de lo común en DIVINO donde las mujeres son tan valoradas como los hombres, y el reconocimiento de las capacidades y logros se basa en el mérito y el talento, sin importar el género” recordó Olivera.
Una situación similar vivió Rosario Mari al asumir la gerencia de producción: “Me enfoqué en demostrar que lo importante no era el género, sino la capacidad de gestionar equipos, optimizar procesos y cumplir con los objetivos de la empresa. Con el tiempo, el equipo se fue acostumbrando a una nueva dinámica de trabajo donde el liderazgo no dependía de ser hombre o mujer, sino de la capacidad para tomar decisiones y guiar al grupo. Creo que, de alguna manera, eso ayudó a abrir la puerta para que en el futuro más mujeres puedan sumarse a este tipo de roles”