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17 de noviembre 2024 - 5:00hs

Que fue una campaña aburrida o con poco contenido. Que la gente se mostró apática y desinteresada. Que los candidatos no enamoran. Que...

Existe cierto consenso entre políticos, analistas y militantes que esta fue una campaña chata. Los motivos –y las especulaciones sobre cómo será a futuro– varían según a quién se le pregunte. Pero más allá de las palabras, el resultado del domingo 24 de noviembre puede abrir la puerta a varios escenarios o hitos inéditos para la política uruguaya.

Tanto si el ganador es el frenteamplista Yamandú Orsi como si quien sale victorioso es el blanco Álvaro Delgado se pueden dar escenarios a los que el sistema político no está acostumbrado. A continuación un resumen de seis puntos inéditos que pueden suceder a partir de lo que pase dentro de siete días.

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De blanco para blanco

Si Álvaro Delgado resulta electo el próximo domingo, el presidente Luis Lacalle Pou se meterá en la historia del Partido Nacional como uno de los pocos que logró pasarle la banda presidencial a un correligionario. Sería el primero desde la reapertura democrática y el segundo –con ciertas salvedades– si contamos todo el siglo XX.

El Partido Nacional construyó y moldeó su identidad desde el llano. En contraposición a un gobernante Partido Colorado –particularmente en el siglo XX–, los blancos se acostumbraron a ser oposición. Pero ese periplo tiene algunas excepciones y una de ellas son las elecciones de 1958 en la que los blancos lograron la mayoría en el entonces Consejo Nacional de Gobierno. La alianza electoral entre Benito Nardone y Luis Alberto de Herrera les permitió llegar al poder luego de 93 años y cuatro años después, en 1962, los blancos volvieron a imponerse en las elecciones y a tener mayoría en el gobierno colegiado.

Para volver a encontrar un gobernante blanco en la historia nacional hay que viajar hasta la década del 90 cuando Luis Alberto Lacalle asumió el Poder Ejecutivo luego de ganar las elecciones de 1989. Pero el padre del actual presidente no pudo pasarle la banda presidencial a un correligionario ya que fue el colorado Julio María Sanguinetti el que volvió al poder en 1995.

Es por eso que Luis Lacalle Pou será protagonista de un hecho inédito si su exsecretario de Presidencia y amigo Álvaro Delgado gana las elecciones del domingo.

FA por arriba de 40%

Desde que existe la segunda vuelta en Uruguay, el Frente Amplio participó en todas las que se celebraron. Luego de la reforma electoral de 1996, hubo cuatro balotajes y en dos se impuso la coalición de izquierda y en los otros dos lo hizo un partido fundacional apoyado por el otro sumado a otras alianzas circunstanciales.

¿Qué sería lo inédito de este de 2024? Que el Frente Amplio no gane en segunda vuelta habiendo votado por encima del 40% en octubre.

Las dos veces que perdió votó alrededor del 39% en la primera vuelta mientras las dos veces que resultó triunfador estuvo cerca del 48%. En este caso está a medio camino porque votó 43,8%, aunque un poco más cerca de las veces que salió victorioso.

Coalición mayoritaria

En contraposición al postulado anterior, la coalición oficialista tiene un lectura similar que la favorece. Cuando los partidos de la coalición sumados (entendida como blancos y colorados más aliados circunstanciales) votaron mejor que el Frente Amplio en octubre, se impusieron en el balotaje.

En el caso de octubre de 1999 la alianza blanqui-colorada sumaba 53,65% y en 2019 la hoy coalición de gobierno sumó 54,05% mientras que el Frente Amplio apenas llegaba al 39% en ambos casos. En este caso, la coalición sumada llega 47,55% frente a 43,86% del Frente Amplio.

Una luz de alerta para la coalición es que siempre que ganó había votado por encima del 50% y que en todas las segundas vueltas no logró retener todos los votos que habían logrado en octubre los partidos que se unieron detrás de una candidatura.

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Gobernar sin mayoría

Si Yamandú Orsi es electo presidente el próximo domingo, el Frente Amplio se enfrentará a un escenario prácticamente desconocido: gobernar sin mayoría parlamentaria en ambas cámaras. La coalición de izquierda gobernó durante 15 años con los votos necesarios para aprobar la enorme mayoría de las leyes en ambas cámaras. El resultado del 27 de octubre le dio la mayoría en el Senado pero no en Diputados (tiene 48 de 99 diputados).

La única excepción a las mayorías frenteamplistas fue cuando Gonzalo Mujica, entonces diputado por el FA, decidió alejarse del oficialismo en diciembre de 2016 y votó en varias oportunidades con la oposición hasta que renunció a su banca y en su lugar asumió Bettiana Díaz. Ese período duró poco menos de un año –dejó la banca en setiembre de 2017– y permitió que, con el voto de Mujica, se aprobaran varias comisiones investigadoras. Entre las aprobadas estuvieron una sobre la gestión de la Administración de Servicios de Salud del Estado (ASSE), otra sobre el frustrado proyecto de la regasificadora y una sobre el financiamiento de los partidos políticos.

Mujica luego adhirió al Partido Nacional, fue electo diputado en 2019 y ahora anunció que dejará la política en 2025.

Gobierno dividido

En la historia democrática de Uruguay hubo gobiernos con mayorías parlamentarias y gobiernos en minoría pero nunca hubo, hasta ahora, un gobierno divido. “¿Qué es un gobierno dividido? El gobierno dividido es típico de Estados Unidos y es cuando el partido del presidente no controla las dos cámaras y hay por lo menos una de ellas que la controla la oposición”, explicó el politólogo Daniel Chasquetti en el programa De no olvidar de Topic Stream.

Si Álvaro Delgado resulta electo presidente, Uruguay tendrá por primera vez un gobierno dividido porque el Frente Amplio tiene mayoría en el Senado. Tanto Julio María Sanguinetti en su primer mandato, como Luis Alberto Lacalle y Jorge Batlle en la segundas mitades de sus períodos (cuando el socio de la coalición abandonó el Poder Ejecutivo) gobernaron en minoría (porque no tenían mayorías propias) pero nunca existió el gobierno dividido.

¿Cuál es la particularidad de Uruguay respecto a otros países? Que el presidente no puede gobernar por decreto –como sí se puede en Argentina mediante el Decreto de Necesidad y Urgencia (DNU)– porque es una norma que tiene menor rango que una ley. Por eso si el candidato blanco se impone el domingo 24 de noviembre tendrá que sentarse a negociar con el Frente Amplio para poder gobernar.

“En Uruguay tenemos partidos muy cohesionados. Si gana Delgado va a precisar de un marco distinto”, aseguró Chasquetti.

Aprobación presidencial

Siempre que la aprobación de la gestión presidencial estuvo por encima del 45%, el partido del presidente se mantuvo en el poder. Así sucede al menos desde la reapertura democrática. Tabaré Vázquez en su primer mandato y José Mujica fueron los únicos que llegaron con números por encima de ese nivel y el Frente Amplio siguió ocupando la Torre Ejecutiva en el siguiente período.

Por el contrario, el resto de los presidentes de los últimos 40 años llegaron a la instancia electoral con saldos negativos excepto Luis Lacalle Pou. Por lo tanto, si Yamandú Orsi gana el balotaje del domingo 24 de noviembre, el presidente actual será el primero en no lograr retener el poder para su partido pese a su alta aprobación.

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Gane quien gane el domingo 24 de noviembre, el sistema político uruguayo se enfrentará a una serie de novedades.

Temas:

Elecciones 2024 Yamandú Orsi Álvaro Delgado

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