“You're next”, le advierte Donald Trump a la Unión Europea (UE).
Es casi como un reality de tarifas comerciales, bizarra prolongación de aquel “You're fired”, en el que el actual presidente de EE.UU. todavía era un estrafalario e hiper-mediático magnate del real estate.
“Bienvenidos al purgatorio de las tarifas”, escribe JP Morgan, el banco de inversión de EE.UU., donde no hay escape para el euro, no hay salida, sólo esta incesante retórica Big Bang de Trump que mantiene a los inversores temerosos y apostando a la fortaleza del dólar. Como quien alimenta una máquina tragamonedas.
“De acuerdo a nuestros cálculos, una apreciación adicional del 2-2,5% en el índice general del dólar debería neutralizar las posiciones largas (contratos al alza) pero la mención constante del tema tarifas mantiene a los inversores ilusionados de que seguirá subiendo”.
No hay buena noticia que pueda contra la narrativa tarifaria
En el purgatorio de las tarifas, no hay noticias europeas positivas que alcancen. O que tengan un efecto duradero suficiente.
Un buen dato del índice de pedidos manufactureros que realizan los gerentes (PMI por sus siglas en inglés) después de decepciones en seguidilla sirvió para que el euro repuntara una semana de 1,027 por dólar a 1,5 para caer la siguiente a 1,036.
Una postura menos restrictiva en lo fiscal en Alemania no cambia nada. Ni siquiera una posible resolución del conflicto Rusia-Ucrania. El riesgo tarifas, omnipresente, devora todo.
Uno de los puntos críticos es que Trump no especificó en ningún momento hasta ahora el nivel ni el alcance de los aranceles que tiene en mente para Europa.
Ante esa vaguedad, los traders, que incorporan en los precios un cierto escenario a partir de la información que manejan, asumen el peor shock comercial en mucho tiempo. Así, el descenso del euro hacia la paridad marca sólo el comienzo de la trayectoria.
Y Trump no deja de ametrallar. “Definitivamente va a ocurrir”. “Será muy pronto”.
“No toman nuestros autos, nuestros productos agrícolas. No toman nada pero nosotros compramos casi todo”. “El Reino Unido está fuera de lugar pero creo que podemos resolverlo pero lo de la UE es una atrocidad”.
Estas son sólo algunas de las declaraciones del domingo, que se hilvanan con una serie de amenazas que se remontan a la campaña creando ruido e incertidumbre.
En JP Morgan recuerdan que en la guerra comercial del 2018, primer mandato de Trump, en el segundo trimestre registraron 30-40 tweets por mes relacionados con las tensiones internacionales en general, en especial el comercio con China y Europa.
Esa catarata de mensajes afectó el sentimiento del mercado, que se posicionó en consecuencia y derivó en un trimestre de fuerte suba para el dólar. El bombardeo en las redes funciona.
Y un día hubo suba de tarifas... pero se aplazaron
Para el que ya pesaba que era todo bluffing, el mandatario finalmente anunció tarifas del 25% para México y Canadá y del 10% para China. Una medida que tomaría efecto en forma inmediata y afectaría u$s 1,3 billones en bienes o más del 40% de todas las importaciones de EE.UU.
El euro llegó a caer más de 2% a 1.0141, su nivel más bajo desde noviembre de 2022, según Bloomberg, para terminar casi sin cambios. Un periplo pocas veces visto en un día también extraordinario en el que después del anuncio, Trump accedió a postergar la medida por un mes.
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En la lectura de los analistas, una decisión como el aplazamiento que pudo traer alivio fugaz pero sólo añade más incertidumbre a este enredo tarifario, en el que la primera señal es que todo es negociable.
La gente de Trump había informado que el presidente hablaría con su par Xi Jinping en unos días probablemente en busca de un acercamiento similar pero el martes China retalió. La segunda señal de este entuerto, la que en realidad todos esperaban: la retaliación. La guerra comercial.
La dilación de Trump mantiene al euro en el purgatorio
El lunes el euro, aunque finalmente volvió a 1,036 sin despeinarse, llegó a quebrar el soporte de 1,02, un nivel que según el análisis técnico básicamente lo que hace es acelerar las ventas. La paridad ya es inevitable.
La mayoría cree que se alcanzará o se quebrará en el segundo trimestre pero muchos también en el primero.
JP Morgan avisa a sus clientes que se abrió una “mini-ventana” para hacer carry-trade (una operación con monedas que consiste en endeudarse en una “barata” o que pague tasas muy bajas para comprar activos en otra moneda que paga retornos altos).
Hoy ven oportunidad con el yen -un clásico por sus tasas durante tanto tiempo negativas y aún bajísimas (0,5%)- y también el franco suizo (0,5%).
Recomiendan, por supuesto, ir al dólar (4,25-4,50%), pero destacaron que hay otras monedas que están ofreciendo muy buenos rendimientos, entre la que destacan al real brasileño (la tasa de referencia está en 13,25%).
En relación al euro, JP Morgan es realmente duro: “Sin mediar una nueva fuente de crecimiento regional y descartando una desaceleración en EE.UU., el estatus del euro como moneda de financiación está consolidado y su japonización será uno de los temas clave del 2025”.
George Saravelos, jefe de research de monedas en Deutsche Bank escribe en un informe que lo peor para la UE sería que Trump dilate la implementación del aumento tarifario porque los mercados incorporarán un riesgo más alto en el tipo de cambio (0,98-0,99) y el Banco Central Europeo (BCE) llevará la tasa hasta 1,5% (hoy 2,75%).
Lo mejor entonces, sería que Trump saque a la UE del purgatorio y suba las tarifas ya. Sobre los hechos, se puede actuar.