Habían pasado minutos del anuncio de la muerte del Papa Franciso y la “comunidad cripto” ya había reaccionado. Es un mundo controvertido que no se detiene ante nada. Ni siquiera lo sagrado. Los usuarios crearon a la velocidad imparable de las redes los tokens del momento -las memecoins- para apostar sobre quién sería el sucesor del pontífice.
Así, las plataformas de negociación de esas criptomonedas ligadas a la noticia del momento y la viralidad hoy no sólo permiten especular con cualquier evento -hasta los más cuestionables- sino que funcionan como mercados de predicción con una precisión llamativa. Las “Vaticoins”, un signo de los tiempos.
Según PolyMarket, un sitio de apuestas con criptomonedas con base en EE.UU., casi 30% de los usuarios votó por el cardenal Pietro Parolín. Le siguen Luis Antonio Tagle y Matteo Zuppi con 22,9% y 12,3%. Las memecoins de los tres contendientes con más chances se dispararon más de 2.000% al poco tiempo de ser creadas.
Aquí es preciso aclarar que estos activos digitales tienen un valor muy bajo (fracción de centavo de dólar), por lo que poseen una volatilidad vertiginosa. A su vez, también se crearon token ligados a la Iglesia: las dos memecoins más populares, POPE Coin y LUCE Coin, aumentaron 770% y 134%.
El caótico universo de las memecoins, en busca de sus propios límites
Polymarket, un mercado descentralizado de predicciones en base a las apuestas de los usuarios con criptomonedas, ganó popularidad después de que el año pasado se convirtió en una suerte de encuesta en tiempo real de la opinión pública en las elecciones presidenciales de EE.UU.. Su nivel de acierto desconcertó a muchos.
Pero en el propio mercado de apuestas se abrió un debate en febrero sobre los límites morales de especular sobre la salud de Papa cuando fue hospitalizado. Las criptomendas son una comunidad en construcción, atravesada también por preguntas sobre sus fronteras, integrada por usuarios que la moldean mientras la regulación los alcanza.
Los usuarios pueden crear estas memecoins en forma casi instantánea. Pump.fun es un sitio donde es posible hacerlo. El año pasado lanzó un evento en vivo que rápidamente puso de manifiesto los riesgos del contenido autogenereado sin un moderador. Pump.fun lo suspendió y lo relanzó con normas más estrictas para generar activos digitales. La comunidad se autoregula.
Ya sea que uno lo considere un riesgo, una tontería o ambas cosas, no puede ignorar que es un fenómeno que crece.
El propio presidente de EE.UU .Donald Trump lanzó su memecoin un día antes de la ceremonia en que prestó juramento. Y acaba de lanzar una campaña para cenar en el Golf Club con los 225 mayores inversores en su token, con el incentivo de una recepción y tour previos por la Casa Blanca con top 25.
Sin control: a veces nacen como bromas pero las pérdidas no son chiste
En todo caso, hay que tener presente que en EE.UU., el ente regulador del mercado (la SEC, por sus siglas en inglés) aclaró que estas criptomonedas no están bajo su supervisión.
Esto significa que quien quiera explorar este nuevo rincón del mundo online navega en un vacío legal. Las pérdidas que puede sufrir serán muy reales aunque las memecoins a veces nacen como bromas. Si hay apuestas de por medio, no serán un chiste.
Europa está intentando establecer controles más estrictos a través del reglamento MiCA (reglamento de la UE para los criptoactivos), que exige transparencia mínima y documentación técnica obligatoria pero no es fácil supervisar un fenómeno escurridizo que se mueve por canales alternativos.
Volviendo al Vaticano, quizás las memecoins vuelvan a probar su capacidad de predicción y el elegido sea Parolín. Es, de todos modos, sólo una anécdota. Es un día de recogimiento y profunda tristeza no sólo para los creyentes católicos sino para todos los que admiraban al Papa.
Y seguramente que a Francisco, con su sentido del humor, lo divierta, en medio de la solemnidad, el secretismo y la rivalidad del Cónclave, saber que tiene una memecoin.