Hasta ahora, la catástrofe climática que se había traducido en mayores pérdidas económicas en la historia de España era la DANA que azotó a Murcia y el sur de Alicante en septiembre de 2019. Fueron 1.319 millones de euros, un costo que quedará minimizado frente al nivel de destrucción del desastre natural que hoy vive parte del país.
El dato surge del Informe Anual de Catástrofes, elaborado por el broker de seguros Aon. Antes de esta tragedia, la DANA de 2019 y la tormenta Gloria de enero de 2020 concentraban el 61% del costo de los 10 mayores eventos catastróficos.
Es pronto para estimar los daños estructurales, en la medida en que las zonas afectadas no se han secado todavía, explica el Observatorio de Catástrofes. Pedro Tomey, su presidente y director general de la Fundación Aon España, conocedor como pocos de la materia, arriesga un piso de 4.000 millones de euros.
Para tener una idea, el 2019 fue el año de mayor impacto económico hasta la fecha en lo que hace a desastres climáticos, con 3.120 millones de euros. Así que estamos hablando de un costo que supera el de los eventos ocurridos a lo largo de todo el año más marcado por la fuerza devastadora de la naturaleza.
Mirenchu del Valle, presidenta de la Unión Española de Entidades Aseguradoras y Reaseguradoras (Unespa), asegura que “va a ser el peor evento catastrófico que se ha vivido nunca en la historia de España”.
Ni las inundaciones de Bilbao de 1983, ni el terremoto de Lorca, ni el volcán de La Palma se acercarán al nivel de destrucción económica, agrega.
Murcia es la región que más padece los costos derivados de este tipo de catástrofes, con el 11,32% del total. Le sigue Alicante (10,2%) y Valencia (8,46%). A más distancia, Barcelona (5,87%) y Málaga (5,22%).
Indemnización ante desastres climáticos
Según el Observatorio de Catástrofes de la Fundación Aon, en España sólo la mitad de la población está cubierta de las pérdidas relacionadas con la crisis climática. Es, de todos modos, un nivel que supera ampliamente el promedio europeo de apenas el 25%.
Afortunadamente, en Valencia, la provincia más castigada, el nivel de cobertura está por encima de la media nacional, ya que un 76% tiene seguro, lo que permitirá el pago de más indemnizaciones a los afectados.
En estos casos interviene el Consorcio de Seguros, que ya ha abierto 46.000 siniestros y casi la mitad se están tramitando.
El Consorcio elaboró un informe con las 85 peores catástrofes en las que ha intervenido, en este caso desde el punto de vista del monto de las indemnizaciones que fueron desembolsadas.
Algunas de las más prominentes: la gota fría de Murcia y Valencia de 1987, el ciclón extra tropical Klaus (que barrió el norte de España en 2009), el terremoto de Lorca de 2011...
Pero la que encabeza la lista son las inundaciones de Vizcaya de 1983, que afectaron el área metropolitana de Bilbao y municipios como Durango, Llodio o Bermeo y provocaron 34 muertos.
Las reclamaciones tocaron un máximo de 24.802 y llevaron al pago de un récord de indemnizaciones por valor de 977 millones de euros actuales (ajustados por la inflación).
En el caso de la tragedia actual, utilizan como referencia la DANA de 2019, en la que el Consorcio recibió menos de 50 reclamaciones e indemnizó a las víctimas por 478 millones de euros. Estiman que en esta ocasión fácilmente el resarcimiento puede ser cuatro o cinco veces ese monto.
Sin embargo, la evaluación de los daños materiales de aquella inundación que maneja el organismo es muy superior, mayor a la estimación que maneja Aon.
Según el Consorcio, la factura total fue de 2.270 millones de euros, de acuerdo con los cálculos que el Gobierno español remitió a Bruselas para solicitar ayudas del Fondo de Solidaridad de la Unión Europea.
Las catástrofes costarán el 30% del PBI global
Los costos se dispararán a nivel mundial a medida que el cambio climático vuelva estos episodios cada vez más frecuentes.
Un informe de Network for Greening the Financial System (NFGFS), que reúne a 140 bancos centrales y entidades regulatorias calcula que si la temperatura se incrementa 3 grados centígrados, las catástrofes naturales le pasarán al mundo una factura equivalente al 30% del PBI global.
Y no es que sea demasiado tarde. Pero a esta altura, revertir las cosas será caro. Sería necesario invertir entre u$s 900.000 millones y u$s 2,1 billones por año (el 1% del PBI global) para alcanzar emisiones netas cero en 2050, según el Programa de Medio Ambiente de las Naciones Unidas.
Y el calentamiento global está directamente ligado a estas inundaciones severas. Según los científicos, cuanto más caliente el aire, más capaz de retener agua y por ende, provocar mayores lluvias. Por cada grado centígrado en que se eleva la temperatura, se acumula un 7% más humedad.
En todo caso, las pérdidas materiales son apenas una parte de la tragedia. Una variable susceptible de traducción económica.
La asistencia a quienes están atravesando este espanto requiere movilizar todo tipo de recursos y contemplar las pérdidas que se resisten a los cálculos.
