30 de octubre 2024 - 21:22hs

Donald Trump adora hacer del mercado bursátil una gran encuesta de desempeño político. Cuando estaba en la Casa Blanca y la bolsa subía, repetía a quien lo escuchara: es que estamos haciendo las cosas bien.

En plena carrera con Joe Biden en 2020, vaticinó que Wall Street se desplomaría si ganaba el demócrata. Y no dejó de aprovechar cada baja del mercado en esta nueva contienda para atacar a su oponente, Kamala Harris. Es más, lo bautizó el “Kamala krash”.

Los números dicen que, en efecto, durante el mandato de Trump el S&P 500 subió más que en el Biden -aunque no deja de ser un balance parcial-. La diferencia no es insignificante pero bajo ambas presidencias las acciones treparon con fuerza.

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El acumulado da un 67,9% bajo Trump y un 53,5% en lo que va del gobierno de Biden. Otra alternativa es tomar el retorno anualizado que obtuvieron los inversores. En ese caso, el rendimiento fue de 16,3% anual con Trump y 11,8% desde que asumió Biden en 2021.

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Clinton manda: la bolsa se disparó un récord de 210% en sus dos mandatos

Ahora, para Trump, tan afecto a hablar de sí mismo con superlativos, algunos datos llaman a la modestia. Durante el primer término de Obama, la bolsa ganó 85%, así que le sacó más de 15% de diferencia. Si sumamos el segundo mandato, Obama “rindió” en total 182%.

Pero hasta ahora nadie se acerca a Bill Clinton. Con una suba extraordinaria de 79% en el primer período, que repitió casi idéntica en el segundo (73%), acumula un avance de 210% de las acciones durante todo su Gobierno.

A todos les tocó la suya. Pero claro, con la pandemia en el medio, como un evento catastrófico que explotó ante la incredulidad del mundo, y la feroz suba de tasas que siguió a los estímulos de asistencia, los años de Trump y Biden fueron todo menos apacibles en el mercado.

Trump logró un rebote sobre el final gracias a la baja de tasas post Covid

La crisis del Covid lo alcanzó a Trump sobre el final de su período, que había comenzado en 2017. En los primeros tres años, el recorte de la tasa federal de ingresos corporativos de 35% a 21% disparó las ganancias de las empresas y por ende, el precio de sus acciones.

Además, con una inflación que se mantuvo por debajo del 3%, las tasas de interés eran muy bajas, un entorno propicio para los negocios bursátiles.

Así, el primer año el S&P ganó 18,1%, para el segundo el acumulado descendió a 10,7% pero para el tercero se disparó a 42,7% (en todos los casos se toma el 1 de diciembre)

Pero entonces llegó la pandemia. El impacto de la crisis sanitaria fue tan dramático que para marzo de 2020 las ganancias de su mandato pasaron de 42,7% a 14,2%.

Pero niveles masivos de estímulo destinados a sacar adelante a la economía combinados con una agresiva baja de tasas de interés por parte de la Reserva Federal (Fed) hicieron posible el rebote extraordinario que lo dejó a un paso del 70%.

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Biden tuvo en contra la restricción monetaria pero ayudaron las tecnológicas

Cuando Biden asumió los mercados todavía estaban recuperando terreno luego de las pérdidas ocasionadas por el Covid. Por eso le fue posible lograr en el primer año de su mandato una suba del 25,5% del S&P (y de paso destrozar la profecía de Trump).

Pero el 2022 fue un año diferente. La Fed comenzó a incrementar el costo del dinero -el inicio del ciclo de endurecimiento monetario que recién ahora empieza a desandar- para frenar la escalada de inflación que había provocado la inyección de tanto dinero y eso ahogó por completo al mercado.

El índice cayó durante casi todo el año. Las ganancias acumuladas bajo Biden quedaron evaporadas a 1,1%. El 2023 ya fue algo mejor, marcado por la constante especulación sobre la cantidad, el tamaño y el timing de los recortes de la Fed. Biden mejoró su desempeño bursátil a 25,6%.

Una vez que la Fed reconoció que no estaba en “pausa” sino que el ciclo de alzas había terminado, el S&P recibió un gran empujón.

Pese a las tasas altas, con Biden el mercado contó con dos ventajas: por un lado, un crecimiento económico resiliente que alimentó las ganancias corporativas y por el otro, el boom de las tecnológicas, en especial las relacionadas con la inteligencia artificial.

La evidencia es clara: republicanos o demócratas, los retornos no cambian

Un estudio del Deutsche Bank rastreó los retornos totales anualizados del S&P 500 para cada presidente desde la Gran Depresión y llegaron a la conclusión de que no hay evidencia que respalde la idea de que republicanos o demócratas son mejores en lo que hace al mercado.

Los retornos totales son la tasa de acumulación de capital que obtienen los inversores si reinvierten todos sus dividendos en más acciones durante su período de tenencia de esos papeles.

Del grupo analizado, sólo tres presidentes mostraron retornos negativos y sus administraciones coincidieron con épocas de shock económico que escapaban a su control.

Un caso es el de Herbert Hoover (1929-33), con el peor resultado entre todos los presidentes (-28%). A Hoover le tocó lidiar con la Gran Depresión y si bien su manejo fue criticado, mucho se gestó en la administración de su antecesor Calvin Coolidge.

Es el segundo caso es Richard Nixon (1969-1974), que estuvo al frente de la crisis del petróleo en 1973, con un retorno de -1%. Y finalmente George W. Bush (2001-2009), que llegó a la Oficina Oval en plena burbuja puntocom y se fue en medio de la crisis financiera global (-4%).

La bolsa predijo al ganador en 20 de 24 presidenciales desde 1928

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El S&P 500 es, además, un predictor curiosamente preciso de quién puede ganar las elecciones. Lo fue en 20 de las últimas 24, según LPL Financial Holdings, la firma de consultoría financiera más grande de EE.UU.

Desde 1928, la forma en que se comporta el índice en los tres meses previos al comicio anticipa el ganador con un nivel de exactitud del 83%, según la investigación.

Los expertos detectaron sólo cuatro excepciones. Una de esas anomalía es muy reciente.

En 2020, en un mercado bajista inducido por la pandemia, el S&P 500 había rendido 2,3% en los tres meses previos a la elección. Pese a ese rebote, la aprobación del presidente Trump, que se presentaba para su reelección, se hundió al 30%.

¿Qué pasa esta vuelta? Entre agosto, septiembre y octubre el indicador avanza 7%. Si la regla funciona, son buenas noticias para Kamala.

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