El funeral del papa Francisco que se celebrará el sábado en Roma y que incluirá el traslado de su cuerpo desde la Plaza San Pedro a la basílica de Santa María La Mayor, donde el pontífice jesuita decidió su morada final, desplegará un gigantesco operativo de seguridad para afrontar los más de 200.000 fieles que se esperan y la custodia de las delegaciones de unos 170 países, que incluyen jefes de Estado como Donald Trump y los reyes de España.
El acontecimiento de dimensiones globales contempla el blindado de la ciudad de Roma, con el despliegue de 4.000 policías y la extensión de la zona de exclusión aérea para aventar cualquier incidente.
Cientos de agentes y miembros de la protección civil ya se mueven en torno al Vaticano para controlar el tráfico de vehículos y ordenar a las miles de personas que caminan a la basílica de San Pedro para despedirse de Francisco, cuyo cuerpo dentro de un cajón de madera permanecerá hasta el viernes tras su arribo este miércoles en medio de una multitud de feligreses y curiosos.
Los accesos al Vaticano y las calles adyacentes ya están completamente cerradas y hay rigurosos controles de seguridad que incluyen revisiones de mochilas y escáneres de rayos X.
Carabineros, Policía de Estado y Guardia de Finanzas
Unos 2.000 carabineros -policía militarizada-, junto a agentes de la Policía de Estado y Guardia de Finanzas fueron movilizados y hay cientos de agentes y patrullas de la Policía local de Roma que ampliarán su presencia hasta 2.000 entre el viernes y el sábado cuando ocurrirá el funeral.
Ese será el desafío más significativo para las autoridades italianas, cuando estarán presentes delegaciones de unos 170 países que incluirán al presidente de Estados Unidos, Donald Trump; al ucraniano Volodímir Zelensky; a los jefes de Gobierno de Francia y Reino Unido, Emmanuel Macron y Keir Starmer, así como el príncipe Guillermo de Inglaterra o a los reyes de España, y mandatarios sudamericanos como el argentino Javier Milei y el brasileño Luiz Inácio Lula da Silva.
Drones, francotiradores, perros y cazas militares
El operativo contempla una zona de exclusión aérea del Vaticano que se extenderá por Roma, mientras que el área en torno a la Plaza de San Pedro quedará blindada el sábado con detectores de metales, drones y medidas de vigilancia aérea del Ejército.
Medios italianos señalaron que habrá francotiradores apostados en lugares estratégicos, unidades caninas y de detección de explosivos a pie de calle y subterráneas.
Además, los cazas militares estarán disponibles en caso de emergencia y se activarán dispositivos para detectar drones hostiles.
El río Tíber que atraviesa Roma no fue dejado de lado y su seguridad estará a cargo de una unidad de la policía fluvial y también de los bomberos.
Refuerzo de custodia en embajadas y sedes diplomáticas
El operativo incluye un refuerzo de custodia en las sedes diplomáticas y embajadas de Roma por las que pasarán las respectivas delegaciones, sobre todo la residencia del embajador estadounidense, donde se prevé que sea alojado Donald Trump.
Ante la llegada de delegaciones y fieles, se prevé reforzar a su vez la seguridad en estaciones de tren y de los aeropuertos romanos de Fiumicino y Ciampino, donde la gestión del tráfico aéreo y de las pistas se adaptará para el arribo de los jefes de Estado extranjeros.
Pero nada quedará sujeto al azar. Bajo tierra, equipos de la Oficina de Prevención y Rescate Público controlan estaciones de tres y andenes de metro, y el Ayuntamiento de Roma intensificó la circulación de metros y buses hacia el Vaticano para facilitar la llegada hasta la basílica de San Pedro.
Para completar el cuadro de seguridad se activaron mecanismos de nueva generación desplegados por la Policía que incluye un sistema 3D para garantizar una visión de 360 grados de las áreas que rodean la Plaza de San Pedro del Vaticano, un tipo de vigilancia que realiza el Centro de Gestión de Seguridad de Eventos.
El recorrido del féretro del Vaticano a Santa María La Mayor
Otro asunto crítico para la seguridad será el recorrido que se hará con el féretro del papa desde el Vaticano hasta la Basílica de Santa María la Mayor, en el centro de Roma, donde será enterrado. Un trayecto que de manera habitual contempla 5,4 kilómetros por la "ciudad eterna".
"Dada la gran participación que esperamos, hemos decidido hacer público el recorrido", informó el prefecto de Roma, Lamberto Giannini, que no informó hasta ahora cuál será el camino que se seguirá pero remarcó que se permitirá a la gente despedirse de Francisco en su último viaje hasta la sepultura.